La reivindicación de Bugs Bunny

El día que al encantador personaje de nuestra infancia de Hanna Barbera llamado Bugs Bunny, fue declarado como un gran estafador.

Opinión - La columna de Eduardo 06/11/2019 Eduardo Servente

0000707411Crédito:LV12

Posdata Digital Press | Argentina

Eduardo ServentePor Eduardo Servente | Ingeniero Civil | Escritor 

Hace unos días escuchamos al presidente electo en una charla que ofrecía conjuntamente con el ex presidente uruguayo José “Pepe” Mujica en la Universidad de Tres de Febrero decir, con esa manera de hablar de considerarse superior y formas displicentes, que ese encantador personaje de nuestra infancia de Hanna Barbera llamado Bugs Bunny era un gran estafador y enviado por el imperio para transformar nuestros cerebros.

Habló bien de los dibujos de Disney diciendo que siempre había mensajes moralistas en ellos, obviando que en esos dibujos no había familias constituidas, eran todos tíos y sobrinos, aunque por eso no voy a dejar de apoyar y fomentar a Mickey Mouse o al Pato Donald.

Criticó a los dibujos de Hanna Barbera (él los mencionaba como los dibujos de Warner), diciendo que era la lucha entre los vivos y los tontos y como gran crítica manifestó que eran individualistas. Claro, el Sr. Alberto Fernández debe ser simpatizante de ese altruismo obligatorio que nos han impuesto durante décadas y no nos han dejado despegar como sociedad.

Manifestó con seguridad que como el mismo diablo nos inyectaron conocimiento dirigido con sesgos individualistas, sin reconocer que durante décadas nuestra clase política liderada por el peronismo ha hecho lo mismo en sentido inverso lavando nuestros cerebros e inculcándonos principios falsamente altruistas que para lo único que han servido fue para que nuestro país decaiga y nuestra sociedad se vuelva cada vez más inculta.

Más adelante, manteniendo ese tono y forma de hablar como de quien lo sabe todo, dijo que las sociedades cambian y muchas veces ponen límites, cosa que es cierta, y puso como ejemplo a la revolución hippie de los años ’60 y dio a entender que se rebelaban contra la sociedad de consumo y promovían la paz y el amor, y concluyó que los hippies perdieron. Lamento discrepar con sus conceptos, considero que la revolución hippie triunfó y el mundo cambió a partir de ella. Los hippies se manifestaron en contra del orden establecido y principalmente contra las rigurosidades del comunismo y fue un éxito rotundo.

Quizás el Sr. Fernández se sienta identificado con los llamados hippies que había por estos pagos, por eso dice que “perdieron” o bien fueron maltratados, pero en su simpleza de razonamiento se olvida que en esos tiempos esa juventud revolucionaria fue absorbida por otras corrientes como la que él milita y les volcó otros pensamientos diversos que no pararon de hacernos mal, y además fueron captados por otros más extremistas que hicieron que se enfrentaran con el orden establecido, pero con armas de verdad y no con las que con excelente éxito usaron los verdaderos hippies en otros lugares.

El Sr. Fernández, también se llenó la boca citándolo a Aristóteles para impresionar a su audiencia, con el concepto que el objeto de la vida es la búsqueda de la felicidad, pero intencionalmente obviando que esa búsqueda es individual, y aunque sea que la felicidad es conformarse con lo que uno tiene, como dice Mujica, ese conformismo o esa búsqueda sigue siendo individual, que en definitiva es lo que criticó en todo su discurso.

Sr. Alberto Fernández, espero por el bien de todos, que su gobierno sea más serio y no confunda tantos conceptos como lo ha hecho en unos pocos minutos de charla.

Dejemos los dibujitos animados en paz.

Eso es todo amigos (That’s all folks).

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