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POSDATA Digitala Press | Argentina
Por Maria Cecilia Marsili | Narradora Oral
|Escritora | Pta: Presidenta de la Asociación Civil
Compartiendo Miastenia Gravis
Hoy me duplican,
me sonríen y me abrazan
dos veces más allá del dolor,
dos veces más acá de la vida.
Parece que al final
la buena memoria
puede curar un poco las heridas.
Sólo un momento en la historia,
en que una persona
es el doble de la otra.
Como un eclipse,
donde el nacer,
el vivir,
y los engaños de la muerte,
se alinean,
se arremolinan
y se condensan
en un punto infinito.
Como el sol y la luna,
tienen tanto en común
y a la vez son tan distantes,
con apenas algunas
superposiciones fortuitas.
Como el sol y la luna,
y esos dos eclipses
que trataron de aguantar en pie
entre las fuerzas gravitatorias,
sin querer aferrarse
a lo pasajero.
Como el sol y la luna,
ellos fueron y volvieron del infierno,
poniendo la mente y el cuerpo,
con más enseñanzas
que lamentos.
Y así fue como pudieron
aprender a merecerse.
Él tuvo que ver
cosas que no eran
para ver con claridad,
y la paranoia y el delirio
terminaron forjando
su templanza incorruptible.
Ella tuvo que dejar
partes de su cuerpo,
golpe a golpe, pedazo a pedazo,
para poder respirar
el renovado e inagotable
aire de su juventud.
Ahora sus sonrisas entre aplausos,
a la luz de las velas que soplan,
me valen tanto,
me valen esta lágrima atragantada,
que todo lo recuerda
que todo lo aprende
que todo lo valora,
y que se disipa justo a tiempo,
antes de que se prenda la luz
para seguir festejando.