El Peronismo y el populismo

Ilustración:google

POSDATA Digital Press | Argentina

Por Eduardo Srvente | Ingeniero. Civil

Algunas veces me he encontrado con peronistas que me han cuestionado, “pero acaso qué es el populismo”, “¿no es el gobierno del pueblo?”.

Su desconocimiento en algunas oportunidades parece sincero, pero la mayoría de las veces busca en esa presunta ignorancia aprovechar la aplicación de algunas ideas de su conveniencia bajo otros títulos.

Es así cuando se llenan la boca diciendo que el gobierno de Menem fue liberal, cuando estaba bien lejos de serlo. O bien dicen que Kirchner fue socialista, cuando en lo único que pensaba era en su bolsillo.

O cuando dicen que el mismo Perón era nacionalista…, bueno eso puede ser, pero con un anacronismo que metió miedo. Apoyado “filosóficamente” por un Jauretche que casi lo único que supo escribir fueron insultos a Sarmiento sin importarle tomar textos parciales, considerar los tiempos, ni siquiera interpretarlo correctamente.

El Peronismo se jacta de haber creado todas las leyes sociales en nuestro país, cuando o ya estaban creadas o el mundo presionaba para que así fuera. Pero gobernando la mayoría del tiempo desde su creación, no solo no supo cómo adaptarlas al tiempo, sino que las tornó más destructivas para el obrero y para el desarrollo del país.

Pero eso no importaba. A los peronistas de turno les servía ese discurso para convencer a un pueblo que ellos querían cada vez más inculto y obtener el poder pleno del país que nunca tuvieron la dignidad de hacerlo crecer sanamente.

Como bien dicen Julián Pérez Porto y Ana Gardey, el término populismo tiene sentido peyorativo, ya que hace referencia a las medidas políticas que no buscan el bienestar o el progreso de un país, sino que tratan de conseguir la aceptación de los votantes sin importar las consecuencias.

El Peronismo dejó de ser un “movimiento”, como decía el General, y se transformó en una herramienta para acceder y ejercer el poder. Constantemente consiguió la aceptación de sus votantes y nunca le importó las consecuencias, o mejor dicho, la única consecuencia que importaba era mantener el poder.

El Peronismo dejó de tener ideología, si alguna vez la tuvo, para ejercer poder o competir por él. Y en esa competencia a la que le costó mucho acomodarse, nunca lo hizo limpiamente.

Se victimizaron siempre que los sacaban por golpes militares, pero nunca mencionan que siempre existieron negociaciones para los golpes y los militares argentinos mayormente tuvieron su color peronista.

Nunca reconocieron que no permitieron gobernar a ningún gobierno que no fuese de su color, tanto que el último gobierno no peronista que había terminado su mandato antes del de Mauricio Macri, había sido el de Marcelo T. de Alvear en 1928 (¡¡¡pasaron 89 años!!!), cuando el peronismo aún no existía.

Y cuando los militares cayeron en desgracia y no los podían usar más para beneficio propio, fabricaron el golpe de estado civil; presionando de distintas maneras a un mal gobierno para que le sea imposible gobernar y con manejos de poder volver a acceder al poder nuevamente.

El peronismo, como dije más arriba, es solo una herramienta de poder, pero en la misma lo único que promueve es más populismo, más incultura y menos educación, para que siempre vuelva a ser bendecido por los votos y mantenerlos cautivos.

Hay que reconocer que el peronismo no es el dueño absoluto del populismo en nuestro país, de hecho caer en el populismo es una gran tentación para cualquier político, pero la diferencia está en que el peronismo es intrínsecamente populista y no puede sobrevivir de otra manera. Lograr el poder es el único objetivo y si para eso no hay que darle educación al pueblo y mantenerlos con promesas falsas, no hay duda que ese es el camino y cuanto más inculto el pueblo, más fácil es.

Por el bien del país y como ya lo dije anteriormente en otro artículo el-peronismo-no-es-sano, el peronismo debería definir su posición y aclarar su ideología dentro de un esquema moderno del desarrollo de las naciones, para que pueda convivir sanamente con otros partidos políticos en una sana alternancia democrática.

Si se mantiene en su posición populista sin proponer soluciones reales, el pueblo se engañará nuevamente, desde el gobierno provocarán el problema para luego darte un simple analgésico para que les agradezcas y mantener el convencimiento para la próxima elección. Ojalá que si en algún momento el pueblo finalmente se convence y no vuelven a acceder al poder, no intenten tomarlo con violencia como varias veces lo intentaron.

El populismo nos castiga desde hace más de 80 años de los cuales durante más de 70 ha tenido al peronismo como partícipe principal.

Un lavado de cerebros de varias generaciones que tenemos la obligación patriótica de revertir.

Necesitamos una Argentina en serio.

---