
POSDATA Digital Press | Argentina

Al frente ya no hay horizonte
tan sólo una neblina ocarina
que lo va consumiendo
mientras se esparce sinuosa
por mares, tierras y cielo.
El viento trae la arena
de los desiertos
y la va dispersando a su paso
por toda la faz de la Tierra.
El aire se enturbia al poco
y adquiere un tinte grisáceo
dónde antes hubiera colores.
Ya no existen destinos
a los que ir
parajes por recorrer
o tierras que sobrevolar.
Una gaviota sobrevuela
el mar incapaz de dejar de hacerlo
o de cuál será su destino.
Un mercante de otro tiempo
viaja a la deriva
en completo silencio
alejándose cada vez más
por la proa de su derrota.
Ya no hay atrás o adelante
ningún lugar con tierra firme
en el cual poder pisar
y besar la tierra.
Tan solo ha quedado
un mar infinito
que carece de costas
a las que llevar a morir
sus olas.
Ya no hay ecos que respondan
a mis preguntas
ni valles verdes
que propaguen los gritos.
Perdí el recuerdo
del calor de un abrazo
del roce fortuito
al andar despistado
pensando en mis cosas.
Ahora sólo queda el mar
y sus olas vestidas de negro
invitándome a escuchar sus lamentos
a dormir el sueño eterno
flotando sobre su luto.
Ya escucho el dulce silencio
envolviéndome en su manto.
***
AUDIO
Voz en off y producción: