Escritores, editores y concursos literarios, (la verdad está ahí fuera)

'Más de un lector se va a llevar las manos a la cabeza'.

Opinión - Desde mi punto de vista 27/08/2020 Luis García Orihuela

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POSDATA Digital Press | Argentina

desde mi punto de vista
Por Luis García Orihuela | Escritor | Poeta | Dibujante



De escritores, editores y concursos literarios, está el mundo lleno. Y de todo ello quiero hablar hoy, en este espacio de opinión personal.

¿Es lo mismo para el escritor de hoy publicar, qué para el escritor de antaño? ¿Qué posibilidades tengo de publicar y cuanto me pagará la editorial si me pública mi primer libro? ¿Debería de hacer una presentación de mi libro? ¿De cuantos ejemplares constará la primera edición? ¿y la segunda? ¿Son un fraude los concursos literarios? ¿Y si me hago editor?
Os invito a escudriñar conmigo todas estas preguntas y analizar juntos sus posibles respuestas.

Toma asiento y ponte cómodo. Nuestro viaje comienza ...¡Ya!

 ¿Es lo mismo para el escritor de hoy publicar, qué para el escritor de antaño?

 No hace falta remontarse muchos años atrás para darnos cuenta de que ha habido cambios en todos los ámbitos. Desgraciadamente no siempre han sido ni son ahora favorables para nosotros, los llamados ‘escritores’. Hoy, embutidos en plena década digital es más fácil publicar una novela (ensayo, biografía, etc) que nunca antes, pero todo tiene su pro y su contra. ¿Los vemos?

Los autores clásicos se morían literalmente de hambre las más de las veces, sin haber llegado en ocasiones a ver su obra publicada y con grandes padecimientos y enfermedades. La tuberculosis se llevó sin piedad a muchos grandes escritores, como es el caso de Jhon Keats. Pero antes, —y aquí hay que decirlo bien claro— Las editoriales pagaban al autor por su obra, le ofrecían un dinero a cuenta de los posibles beneficios. Obviamente, si el escrito que recibían para su revisión, era considerado mediocre (y ojo con esto, que para vivir de publicar, son cientos los casos en que se equivocaron a la hora de juzgar una obra literaria). Esto nos lleva a la reflexión, de que las editoriales hacían y puede que hagan ahora, de filtro. Evitando así lleguen a publicarse obras totalmente infumables.

Hoy, como dije antes, tenemos recursos de autoedición (Véase Amazon) y pequeños aventureros, muchas veces escritores que no viendo beneficios con sus escritos, deciden buscarse la vida publicando a los demás.

 ¿Qué posibilidades tengo de publicar y cuanto me pagará la editorial si me pública mi primer libro?

 Posibilidades de publicar las tenemos todas si disponemos de algo para ser publicado.

Hoy en día las editoriales ya no hacen tiradas de miles de ejemplares. Como mucho, arriesgan (si lo hacen) con una tirada pequeña de unos 1,000 a 1.500 ejemplares. Y eso , claro está, tan solo se da con sus escritores más que consagrados, y que al menos, teóricamente, sobre el papel, les hace creer van a recuperar los costes de dicha tirada. Esta forma de imprimir sin demanda ocupará espacio después en almacenes, y se irán deteriorando en puntas y amarilleando si el papel no es de cierta calidad, en las estanterías de sus canales de distribución (Grandes almacenes, tiendas de productos varios, librerías, mercadillos, ferias, presentaciones…) 

Otro aspecto que es bueno conocer y tener en cuenta, es el gran sesgo de bosques que esto conlleva para conseguir el papel necesario, así como el coste de tener almacenes abarrotados de libros invendibles tocando sus techos.

Las editoriales, las llamadas “editoriales de toda la vida”, salvo rarísimas y contadas excepciones, lo más probable si les envías muestras de tus escritos, es que, en el caso de que te contesten, sea para decirte que tu trabajo es muy bueno y te tienen en cuenta, pero que desgraciadamente tu novela no encaja en la línea editorial, o que, aún que está muy bien escrita, es un tema que ya no se vende y que tienen mil novelas como la tuya. ¿Chaparrón? Si. Así es. Cuanto antes tengamos claro que de escribir son muy pocos los que llegan a vivir de ello, mejor funcionaremos.

 ¿De cuantos ejemplares constará la primera edición? ¿Y la segunda si la hay?

 Las primeras ediciones, como las posteriores a ellas, son todo un invento editorial. ¿Qué interés tiene para mi como lector, el saber que igual al ejemplar que yo tengo hay equis miles más repartidos por la faz de la Tierra? Ya lo digo yo: Ninguno. Pero el invento consiste en hacer una mínima tirada de ejemplares con el fin de que se agoten en las librerías a los pocos días. Entonces vendrá ta aquello de “Nos los quitan de las manos”, 2Primera edición agotada. Ya a la venta la segunda edición”. Eso si es literatura; Cuentos chinos.

A nivel de coleccionismo, es verdad que una primera edición de según que año de publicación y por supuesto de que autor, son buscadas con ahínco y llegan a alcanzar grandes sumas de dinero. Máxime si van firmadas o dedicadas por el autor de la misma. También es cierto que hay fraudes. Algunos espabilados consiguen papel de la época concreta que necesitan y los usan para imprimir en ellos. A la hora de autentificar un libro antiguo, las pruebas pertinentes al papel (carbono 14 u otras análogas) confirmarán fehacientemente que el libro es de esa época concreta.

Lamentablemente, a la hora de comprar un libro, una novela, nos dejamos influenciar por las listas de los más vendidos, los más publicitados y por supuesto el número de edición.

 ¿Es esto el fin? ¿Tiro mi novela a la papelera?

 A poco que busquemos información por Internet, daremos con editoriales de nueva factoría (osea, que no las conoce ni su padre) y que amablemente se prestan a publicar no sólo nuestra primera novela, sino todo lo que tengamos escrito; hasta las notas de la lista de la compra y recopilaciones de frases ocurrentes guardadas en postips. Evidentemente, nos van a decir que nos pongamos en contacto, y al momento nos van a decir que somos unos grandes escritores y que están dispuestos a publicarte. Pongamos por caso una tirada de unos 100 ejemplares. Por supuestísimo, ellos —la editorial desconocida— nos hará el diseño de las tapas,y nos dirá que hagamos una presentación del libro. Que somos los primeros interesados en promover nuestra obra. Dicho de otro modo: la presentación de tú libro te costará el dinero de la sala, los tarjetones de invitación, los marca páginas, el vino de honor (cómo si fuera una boda, si) los músicos, el presentador del acto, perderás un cierto número de amigos (algunos en el último momento inventarán alguna escusa para evitar tener que ir y comprar tu libro, y obviamente te costará el importe de los libros. Procura hacer sitio en casa dónde alojar entre 90 y 95 de tus libros. Al final, lo normal, es que termines regalándolos. Al menos darnos ese baño de protagonismo que para algo nuestro buen dinerito nos ha costado. Pues claro que si.

Conste que no todos son así. Siempre hay quienes van de buena fe y verdaderamente desean ayudarte y ayudarse. Pero está claro que han visto un mercado nuevo por explorar. Ellos las más de las veces, tan solo son un intermediario con una imprenta que les hace un precio especial de tirada por llevarles muchos clientes cada mes.

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Ilustración:Pinterest



 ¿Son un fraude los concursos literarios?

 Veamos. Como en todo en esta vida, hay concursos literarios malos y los hay buenos. Luego hay otros que manifiestamente son un timo o un insulto a quien escribe.

Por un lado, tenemos concursos convocados por grandes firmas editoriales cuya cuantía económica es muy importante, pero, lo que esconde en cierto sentido es una campaña publicitaria. Para cuando salga el comunicado del galardonado con ese deseado y suculento primer premio, encontraremos que en menos de veinticuatro horas el libro ganador estará a la venta. Impreso en papel y anunciándose por todos los medios habidos y por haber.

Por otro lado, dije es un insulto a los escritores, cuando lo que se orece son cantidades económicas mínimas (eso los que ofrecen dinero), en otros concursos se limitan a publicar al ganador en su página web, a editarlo (y quedarse con todos los derechos de edición) dándole al autor cinco o diez miserables libros, o bien, dos días de estancia en algún hotel.

¿Más cosas negativas? Pues sí. Aquí también existen los depredadores, gente sin talento alguno, que ven como organizando un concurso, van a recibir cientos, tal vez miles de ideas, que luego van a poder ‘adaptar’ como de su propiedad,

Los convocantes parecen tienen un miedo extraño a dar premios a escritores de otros países. La literatura, la cultura, queda sesgada. Se le pone barreras a la participación. Unas veces limitándolo abierto tan sólo a un país (el convocante del concurso), en otras de entre una edad determinada a otra,,, Si tienes mas edad o menos, no puedes participar.

Muy importante. A la hora de participar, tenemos que saber que sólo se puede presentar a un concurso, si está pendiente de otro o bien ya participó en otra edición, ya no puedes presentarla, En un cuento breve, de pocas palabras, podemos permitirnos en cierto modo esa cláusula, pero, y en una novela que puede nos haya llevado años de concretar, amigos, eso ya es otra historia, ¿verdad? 

Mi opinión, ¿concursar? De acuerdo. Ahora bien, leer todo lo que pone en las bases, averiguar del convocante, y finalmente cercioraros de que los derechos de autor, los vuestros, permanecerán en dónde deben de estar. En su legítimo dueño.

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Ilustración:Pinterest

 ¿Y si me hago editor?

Es un recurso que se va haciendo a cada día más habitual.

 “Por un lado edito y publico mi propia obra literaria y por otro lado cubren mis gastos los autores que ponen su trabajo en mis manos tan alegremente. Arriesgar no arriesgo nada o casi nada, ya que lo primero que hago es pedir el dinero de la edición por adelantado. ¡Faltaría más!”.

En el mercado existen muchos perfiles de autores de los llamados ‘de un solo libro’. Son escritores de una historia, que de normal es personal, biográfica, sobre un miembro de su familia, etc. Una vez han encontrado a ese editor que les dice que su obra es súper original, que es un gran escritor y que le quitaran los libros de las manos (a saber con que velada intención) se deja llevar por esa gloria prometida que nunca alcanzará, publica su libro-capricho y aquí paz y luego gloria.

Cómo decía un personaje de Benedetti en “La tregua”, no soy un pesimista, tan sólo un optimista informado.

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