En qué se parece la vida social de las abejas a la de los humanos

La vida social de estos insectos ha resultado mucho más parecida con los humanos de lo que se pensaba que era.

Natura 30/11/2021 CVA  Producciones Integrales CVA Producciones Integrales
Crédito:tekcrispy

POSDATA Digital Press | Argentina

Aunque los humanos y las abejas son organismos muy diferentes a simple vista, es curioso cómo su vida social ha resultado mucho más parecida de lo que se pensaba que era. Y es que los investigadores de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign han descubierto que las abejas melíferas se relacionan con sus homólogas de una forma similar a como lo hacen los humanos entre ellos.

En su artículo publicado en la revista PNAS confirman la teoría planteada años atrás, y revelan que entre estos interesantes insectos hay tantas diferencias como las hay entre los humanos.

Un vistazo a la vida social de las abejas

En estudios previos, el equipo colocó “códigos de barras” a las abejas melíferas a fin de monitorear automáticamente todos los lugares a los que se movían dentro de la colmena. Pero el interés no era específicamente rastrear su trayectoria, sino rastrear los socios de interacción para comprender sus redes sociales en el tiempo en lo que se conoce como red temporal.

Los investigadores se enfocaron en la trofalaxis, un acto en el que transfieren alimentos líquidos desde su boca a la de sus compañeras como una señal de cercanía. Las abejas ejercen este comportamiento tanto alimentarse como para comunicarse, razón por la cual es una buena referencia para estudiar sus interacciones.

“Dado que las abejas melíferas están conectadas físicamente entre sí mediante el contacto de la probóscide durante la trofalaxis, podemos saber si realmente están participando en una interacción o no”, dijo el primer autor Sang Hyun Choi. “Además, cada abeja melífera está etiquetada para que podamos identificar a cada individuo involucrado en cada evento de interacción”.

El equipo quería determinar cuánto tiempo pasa entre cada interacción de las abejas, y descubrieron que esta no ocurría de manera uniforme. Pero en esta oportunidad, usaron el mismo conjunto de datos y plantearon una pregunta diferente: ¿cuánto tiempo dedican las abejas a dichas interacciones?, o bien, ¿cuánto dura cada encuentro entre ellas?

La fuerza del resorte

Abejas con códigos de barras dentro de la colmena de observación. Crédito: Tim Gernat, Universidad de Illinois.
Cuando los investigadores examinaron las interacciones individuales de las abejas etiquetadas, notaron que efectivamente el tiempo variaba de manera significativa; algunas interacciones eran muy cortas, mientras que otras eran prolongadas.

Partiendo de ello, desarrollaron una teoría para explicar las diferencias entre dichas interacciones, a la cual se refieren como “la fuerza del resorte” o “el resorte virtual”. Por medio de esta, logran comparar la vida social de las abejas con la de los humanos en una forma bastante lógica.

“Desarrollamos una teoría para esto basada en una idea muy simple: si una abeja está interactuando con otra abeja, puedes pensar en eso como una especie de ‘resorte virtual’ entre ellas”, dijo Nigel Goldenfeld, coautor del estudio.

Los autores definen la fuerza del resorte como una media de cuán atraídos se sienten los individuos entre sí. Si el resorte es débil, las interacciones serán breves porque las abejas lo romperán fácilmente intentando separarse. En cambio, si el resorte es fuerte, estas interactuarán durante mucho más tiempo.

Vida social de las abejas es muy similar a la de los humanos

De seguro en este punto te suena bastante familiar y comienzas a comprender la similitud. Los humanos pueden preferir interactuar con amigos o familiares en su vida social en lugar de extraños de una forma comparable a como lo hacen las abejas.

Para confirmar dicha similitud, los investigadores aplicaron dicha teoría (introducida en un modelo matemático estadístico) a conjuntos de datos humanos; luego aplicaron una medida económica para las disparidades de ingresos entre los seres humanos.

Este procedimiento no hizo más que confirmar el primer hallazgo. Las abejas mostraban disparidades en sus interacciones sociales probablemente basadas en el atractivo, lo que indica una especie de universalidad en la vida social de los humanos y las abejas.

Así, aunque complejas, las sociedades pueden tener rasgos simples y universales que se repiten entre ellas a pesar de sus diferencias biológicas. Ahora los investigadores creen que su teoría y modelos estadísticos pueden aplicarse a otros insectos, aunque para ello será necesario plantear nuevos trabajos.

Fuente:tekcrispy

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