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POSDATA Digital Press | Argentina
Si hay alguien a quien le debemos casi todo lo que tenga electricidad hoy en día, ese es Nikola Tesla. Este científico nació el 10 de julio de 1856 en el entonces Imperio austrohúngaro, específicamente en una localidad llamada Smiljan, en la actual Croacia.
Desde que era pequeño, Tesla se interesó por la electricidad. De hecho, en una oportunidad sucedió que, cuando acariciaba a su gato, se produjeron chispas. Esto causó una gran impresión en él, así que le preguntó a su padre, Milutin Tesla, qué era aquel fenómeno, y este le respondió que se trataba de electricidad.
Además, la ciencia siempre estuvo presente en su vida, pues su madre, Đuka Mandić, dedicaba su tiempo libre a elaborar diversos aparatos caseros como herramientas artesanales. Ella fue una científica autodidacta que se quedaba en su hogar como ama de casa.
En 1863, la famila se trasladó a Gospić y ahí, Tesla asistió a un gimnasio (una escuela de educación secundaria) en Karlovac. El pequeño genio culminó sus estudios de cuatro años en solo tres.
Cuando tenía 17 años, enfermó de cólera. Su enfermedad agravó a un punto alarmante, por lo que su padre le prometió que, si se recuperaba, lo enviaría a la mejor escuela de ingeniería. Así sucedió, y en 1875 comenzó sus estudios en la Universidad de Graz en la carrera de Ingeniería Eléctrica.
A pesar de que algunas fuentes afirman que este se graduó en esta casa de estudios, la Universidad asegura que no contiene registros de Tesla más allá del segundo semestre del tercer año. Esta última aseveración cobra sentido, sobre todo porque Tesla trabajaba arduamente desde las 3:00am hasta las 11:00pm, incluyendo los domingos y los días festivos.
En 1878 se dirigió a Maribor (actualmente Eslovenia) en donde obtuvo un trabajo como asistente de ingeniería. En esta época sufrió de una crisis nerviosa, por lo que su padre lo persuadió de ingresara a estudiar en la Universidad Carolina en Praga. Sin embargo, en 1879 falleció su padre, por lo que abandonó nuevamente sus estudios.
En 1880 se fue a Budapest en donde trabajó junto a Nebojša Petrović en un proyecto que utilizaba turbinas gemelas para generar energía continua. Un año después, Tesla ya era jefe de electricistas de un compañía de telégrafos y, por tanto, se convirtió en ingeniero del primer sistema telefónico del país. Se dice también que logró inventar un dispositivo que funcionaba como amplificador, por lo que probablemente fue el primer altavoz de la historia.
La guerra de las corrientes
Posteriormente, Tesla se trasladó a París en donde comenzó a trabajar en la Compañía Edison y, en 1884, decidió viajar directamente hasta Nueva York, en donde se encontraba la oficina de Thomas Alva Edison, quien lo contrató inmediatamente.
Sin embargo, su relación no se convirtió en una buena. De hecho, sucedió completamente lo contrario. Edison y Tesla tenían grandes diferencias con respecto al planteamiento de sus trabajos: por un lado, Edison creía que la corriente continua era la mejor opción, mientras que Tesla defendía que la corriente alterna era una mejor opción. Tanta fue su rivalidad, que a esta disputa la llamaron “la guerra de las corrientes”.
A pesar de que, en realidad, Tesla era quien tenía la razón con respecto a su planteamiento, Edison se negaba a ayudarlo. No le parecía que un recién llegado le arrebatara su trono, así que se encargó de elaborar una campaña de difamación contra el joven serbio. Así, en una oportunidad le negó el pago de 50.000 dólares comentandole: “Cuando llegues a ser un norteamericano cabal, estarás en condiciones de apreciar una buena broma yanqui”.
De esta forma, Tesla decidió que no aguantaría más maltratos por parte de Edison, así que fundó su propia compañía, la Tesla Electric Light & Manufacturing. Sin embargo, esta no tuvo éxito al no contar con el apoyo de los inversores. Debido a esto, lo relevaron de su propia compañía y tuvo que buscar un trabajo como obrero para poder sobrevivir.
Aún así, no dejaban de inventar y experimentar. En 1887 construyó un motor de inducción sin escobillas alimentado con corriente alterna, desarrolló el principio de su bobina, y comenzó a trabajar con George Westinghouse en la compañía Westinghouse Electric & Manufacturing Company’s.
Guerra de patentes
En 1893, junto a Westinghouse, desarrolló un proyecto de suministro eléctrico para alimentar la ciudad de Búfalo, y unos años después, en 1898, presentó uno de sus últimos inventos en la primera Exhibición Eléctrica: el Teleautomaton, un bote en miniatura que se controlaba a distancia utilizando la radio. Lamentablemente, este no obtuvo los méritos por su invento, pues en 1903 el español Leonardo Torres Quevedo patentó el Telekino, considerado el primer aparato de radiocontrol de la historia.
Este no fue el único problema de este estilo con el que se enfrentó Tesla. De hecho, en 1909 se le atribuyó la invención de la radio a Guillermo Marconi, quien ganó un Premio Nobel ese año. Sin embargo, Tesla había intentado patentar la idea previamente, en 1896. Este error se rectificó poco antes de su muerte, en 1943, cuando la Corte Suprema de Estados Unidos le devolvió la patente.
Tesla falleció a la edad de 87 años el 7 de enero de 1943. Luego de su muerte, el gobierno de los Estados Unidos intervino en su despacho para requisar todos los informes de sus inventos y proyectos. Aún así, estos no pudieron ser descifrados, y no fue sino años después cuando la familia del inventor logró recuperar el material incautado.
Uno de los proyectos que quedaron en la mente del inventor fue el Sistema Inalámbrico Mundial, el cual buscaba “la transmisión inalámbrica instantánea y precisa de cualquier tipo de señales, mensajes o caracteres, a todas partes del mundo”. Sin embargo, este no pudo desarrollarlo debido a falta de fondos. Hoy en día, el inventor estaría muy orgulloso al darse cuenta de cómo funcionan las comunicaciones en la actualidad.
A pesar de lo injusta que fue la historia con este personaje, la verdad es que Tesla fue uno de los mejores inventores del siglo XX. Hoy en día, su vida y obra se da a conocer en el museo Tesla en la ciudad de Belgrado, en donde se encargan de que su legado perdure en la historia.
Fuente/Fotos:.tekcrispy
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