Historia de Aurorita: la bicicleta plegable argentina

Y porqué se ocultó...

Sociedad - Historias urbanas 05/02/2022 CVA  Producciones Integrales CVA Producciones Integrales

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POSDATA Digital Press | Argentina

De José Ignacio González Casali en CLUB RETRO AURORITA

Don Aurelio Capogrosso, arribó al país en la década del 40. Como muchos en esos años, huía de Europa, donde se vivenciaban los primeros conflictos bélicos que derivarían en la Segunda Guerra Mundial.
En su pueblo natal llamado “Cirigliano”, ubicado al sur de la bota Itálica, Aurelio Capogrosso se ganaba la vida como ayudante de herrero, hojalatero, tornero, etc., llegando a tener su propio taller donde elaboraba barandales, pasamanos y balcones los cuales embellecieron cientos de palacetes italianos. Pese a ello, Capogrosso deja atrás su país y llega a la Argentina con sus herramientas y lo más valioso, un basto conocimiento en el torneado del metal. Es contratado de inmediato por un compatriota llamado Vitorio Rossi, un hombre pelirrojo proveniente de la localidad de “Bérgamo”, al norte de la península. Rossi había arribado al país en los 30, había llegado con su esposa y su hija, provenía de una familia acomodada del norte de Italia quienes le remesaban dinero con el cual montó un taller en el barrio de Barracas dedicado a la confección de cañerías para abastecer a una creciente industria de la construcción.


El desempeño de Aurelio en su trabajo hizo que fuera reconocido por la totalidad de sus compañeros. Además, era considerado por todos una excelente persona, en sus ratos libres, hacia juguetes con trozos de metal para los hijos de sus compañeros de trabajo, monopatines, triciclos, etc. Pese a todo ello no lograba conformar a su jefe Don Rossi, quien se negaba a aumentar su magro sueldo que solo le permitía cubrir dos comidas básicas por día.

Un día de Julio de 1945

Don Rossi llamó al personal de la planta para mostrarles un paquete que le enviaran sus familiares desde Italia. Frente a todos ellos, desembaló una flamante bicicleta Bianchi Rodado 26, color negro con ribetes en dorado. Rossi de un humor poco entendible pedía a sus empleados aplausos para la bicicleta que ellos nunca podrían pagar. Aurelio no podía tolerar un día más en los talleres. Mientras Rossi pagaba mínimos salarios, se paseaba vestido con trajes hechos a medida, conduciendo los mejores automóviles y encima de ello, menospreciando a sus compatriotas del sur a quienes trataba de “lordo” – brutos -.
Desde hacía seis meses, con sobrantes de caños y metales, luego de su horario de trabajo, Aurelio había comenzado a fabricar un cuadro de bicicleta que le permitiría movilizarse desde la pensión que ocupaba hasta el taller propiedad de Rossi – unas 30 cuadras – pero para terminar su obra solo le faltaba dotarla de llantas y cubiertas. Diariamente, antes de dejar la planta en su bicicleta Bianchi, Rossi solía burlarse grotescamente de la “piccola” bicicleta que fabricaba Aurelio. Cansado de ello Aurelio Capogrosso decide retar a Vitorio Rossi a una carrera en bicicleta. Rossi pone como condición que la carrera se corra por las márgenes del arroyo Matanza, lo que Aurelio acepta. Se dejaron estipuladas las siguientes condiciones, si Rossi ganaba, Capogrosso debería trabajar durante 4 años con el mismo sueldo y en doble jornada, si en cambio, Capogrosso resultaba vencedor, Rossi pagaría a Capogrosso un bonus de 15 sueldos. Rossi acepta sin dudarlo, ya que considera imposible perder una carrera en su rodado 26.-

Amor en dos ruedas

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Pusieron como fecha de la contienda el 26 de septiembre. Una colecta entre sus compañeros hizo que un día antes de la justa Capogrosso cuente con las llantas y cubiertas rodado 20 que completarían su bólido. Era 25 de septiembre, la bicicleta estaba a punto, la había pintado color naranja, las cubiertas emulando a los autos de la época tenían bandas blancas, todas sus partes de metal eran cromadas y la cadena aceitada, solo le faltaba esperar al día siguiente. La carrera se correría a las 10 de la mañana. Antes de retirarse, Aurelio pregunta a sus compañeros sobre el lugar de la carrera, ya que no conocía mas allá de su barrio y éstos le indican que distaba a 18 km desde donde vivía. En ese momento Aurelio entendió el por qué Rossi había elegido aquel sitio, pues quería desgastar a Aurelio antes de la carrera.

Con nervios por su descubrimiento Aurelio decide ir a su casa, al dejar el taller se cruza con un Packard Clipper color Bordo, un hermoso auto de cuatro puertas los cuales no eran abundantes para su época, al volante del mismo una muchacha pelirroja se disponía a dar una vuelta. Aurelio no dejaba de mirar a la muchacha, el color de su pelo rojizo contrarrestaba con la blancura de su piel, ella también clavó su mirada en Aurelio, este era ya un hombre de 30 años, de gran talla, un mostacho de grandes proporciones tapaba parte de su cara, lo mas sobresaliente eran sus ojos a los que ella no podía dejar de mirar, eran de un intenso color turquesa. Por un momento Aurelio olvidó todo, olvidó que al día siguiente tenía por delante la carrera que definiría su futuro, olvidó que debía ir temprano a las márgenes del arroyo si quería descansar luego de los 18 km de traslado hasta el circuito y hasta olvidó su bicicleta en el taller.

Para resumir, diré que Aurelio y la muchacha no solo intercambiaron miradas, hicieron mucho más que ello, el Packard Clipper era más grande que la habitación de la pensión de Aurelio por eso pasaron allí la noche, eran las 6 de la mañana, solo faltaban 4 horas para la carrera, Aurelio pidió a la muchacha que lo lleve al taller para buscar su bicicleta y partir rumbo al circuito.
Para ese entonces, Vitorio Rossi hacía una hora que había partido al lugar fijado para la carrera.-
Al bajar del automóvil Aurelio y la muchacha no podían dejar de despedirse, sus manos y labios no podían despegarse.

Al ver partir el Packard con tristeza y luego con júbilo Aurelio gritó con fuerza:

—¡¡Fermati subito!! ¡¡Detente ahora mismo!!

Unicamente le pidió que lo espere veinte minutos fuera del taller. Ella nada pregunto cuando él le pidió que abriera el baúl del Packard para meter dentro lo que parecía una pequeña bicicleta partida a la mitad. En esos 20 minutos con gran destreza Aurelio Capogrosso había partido la bicicleta a la mitad y soldado una bisagra para que la misma pueda doblarse y entrara cómodamente en el baúl del automóvil. Con los años, Aurelio descubriría que había inventado su primer bicicleta plegable.

El día de la carrera

La totalidad de los empleados de la fábrica y sus familias se encontraban al margen del arroyo Matanza, eran las 9.55 hs. Vitorio Rossi quien hacía 20 minutos que había arribado a la largada ya se coronaba campeón por abandono y no paraba de esgrimir insultos hacia sus compatriotas del Sur. A lo lejos la bocina del Packard sonó, las luces hacían señas mientras al frenar tapaba a la multitud con una gran cortina de tierra, al volante la hermosa muchacha pelirroja, a su lado Aurelio Capogrosso.
La cara de Vitorio Rossi se transformó, ya no sonreía, ya no gritaba, ni hablaba, sintió de golpe que sus piernas se aflojaban. Mientras, Aurelio Capogrosso extraía del interior del baúl del automóvil algo parecido a dos mitades de la piccola bicicleta que fuera objeto de las burlas de Rossi y realizaba maniobras a las que luego se las conocería como “des plegamiento” hasta formar la más bella bicicleta rodado 20 que la historia haya visto. Vitorio Rossi seguía perplejo, turbado, confuso, su mirada no se despegaba de la muchacha a bordo del automóvil. Se acercó a ella para terminar de confirmar lo que temía, era su hija, su niña de 18 años a la que con su mujer habían esperado despiertos toda la noche a que regresara. Solo alcanzó a hacerle una pregunta:

—¿Dove eravate ragazza? (¿dónde estuviste niña?)

Ella exclamó: —  ¡passare la notte più bella della mia vita!  (pasando la mejor noche de toda mi vida)

Mientras Aurelio Capogrosso se encontraba en la línea de partida con su flamante bicicleta, Vitorio Rossi se retiraba en silencio pedaleando hacia su casa, 18 km le esperaban por delante, ningún auto llevaría su rodado 26, y ya no tenía fuerzas para competir.
Aurelio ganó por abandono, sus compañeros lo levantaron en andas y no pararon de elogiar su bicicleta, nadie comprendía por qué Rossi se había retirado.
Los trabajadores preguntaron a Aurelio como llamaría a su bicicleta, qué nombre le pondría, miró a su pelirroja amada y se dio cuenta que no conocía su nombre, le pregunto:

—¿Cómo  se chiama amore?

Ella exclamó—¡Aurora Rossi!

Todos quedaron perplejos, al escuchar el apellido de su jefe, pero Aurelio solo se concentró en su nombre y llamó a su preciosura naranja, “Aurorita”.-

El final de la historia es algo confuso, pero al parecer Rossi no pudo soportar que su hija sea la amada de un pobre trabajador proveniente del sur de Italia, pagó la deuda de la apuesta y selló con Aurelio un pacto de caballeros por lo cual la historia nunca saldría a la luz, dejó su negocio y volvió con su mujer a Italia.
Aurelio Capogrosso con sus quince sueldos abrió un pequeño taller en La Matanza, más específicamente en Aldo Bonzi. Sus antiguos compañeros lo acompañaron en el nuevo emprendimiento, la producción se volcó a la fabricación de una bicicleta pequeña en tamaño pero gigante en estilo, practicidad, comodidad y fidelidad. Había nacido la producción de la famosa “Aurorita”.-

Es sabido que en los años 80, Aurelio Capogrosso y su esposa Aurora Rossi vendieron su fábrica de bicicletas en la argentina y volvieron a su Italia natal donde vivió hasta el final de sus días en 2002.-


P./D.-Esta historia fue un secreto por muchos años, hasta que en el 2001 un argentino que se encontraba paseando por un remoto pueblo del sur de Italia llamado “Cirigliano” detuvo la marcha de un anciano que se movilizaba en una rústica bicicleta que le resultaba familia. El argentino al verla exclamo

— ¡Una Aurorita, una Aurorita!”

El anciano se detuvo y con los ojos vidriosos le dijo al argentino:

—¡Questo e il primo aurorita! (¡esta es la primer Aurorita!)

—¿)“avere il tempo di ascoltare una storia...? (¿ tiene tiempo para escuchar una historia...?

Fuente:De José Ignacio González Casali en CLUB RETRO AURORITA./https://www.bttbike.com/

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