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Por María Beatriz Muñoz Ruiz | Escritora y poetisa |.Directora de la revista culturlal One Stop (Granada, España).-
Si me preguntáis si me ha gustado la película, no sabría qué contestar, lo que está claro es que, si analizas en profundidad la película, se plantea la pregunta incómoda de “¿Si la víctima es de los malos, es justificable que lo asesinen?” Entonces, la mayoría contestaría que no, porque es ilegal y porque entonces se podrían cometer errores, pero… ¿y si se pudiera demostrar? ¿miraríamos hacia otro lado?, ahí dejo la pregunta.
Ahora vamos a los pros y los contras de una película distinta, una película que me ha gustado si la enfocamos como género policiaco. Las tres horas de película se me han pasado rápidas, su trama ha sido bastante intrigante y entretenida, y hasta el final nos ha mantenido expectantes, vamos que, si le quitas al protagonista el disfraz y le pones una gabardina de detective, no se habría notado demasiado la diferencia.
Pero si me preguntas si me ha gustado la película como Batman, he de decir que no, me ha faltado el superhéroe, me ha faltado esa magia del comic, ese Batman con juguetitos caros, con su super mansión y su elegancia.
He visto a un Batman que, en las escenas sin traje de superhéroe, pensaba que le iban a salir los colmillos de vampiro de un momento a otro, un Batman que parecía que el traje tenía relleno, ya que vestido de persona normal estaba delgado y nada amenazante.
Por otro lado, su coche parecía haber sido sacado de una película de los años ochenta, tuneado por un tipo al que se le ha pagado poco, ¿Dónde quedó ese cochazo blindado que acudía como si tuviera vida propia en los peores momentos? Se ve que Bruce Wayne se estaba arruinando por no ocuparse de sus negocios como debía, pues la Batcueva más bien era un garaje cutre con un ordenador.
Mi Bruce Wayne debía parecer un rico ostentoso y simpático, o por lo menos, educado, este Bruce Wayne parecía un indigente con el pelo pringoso que apenas contestaba a la gente.
Bueno, también entiendo que el pobre Robert no haya sonreído en toda la película; tuvo que espera hasta la tercera película de la saga Crepúsculo para poder besar a Bella, y en esta tan solo ha habido un beso por parte de Catwoman, bueno, supongo que era Catwoman, porque se ha pasado más de media película mostrando su identidad, y con un pasamontañas de lana como máscara, eso sí, mientras yo me hinchaba a palomitas no he podido evitar sentir envidia de su cinturita de avispa. Mi yo envidiosa ha pensado “a esta le han tenido que quitar dos costillas de cada lado para poder lucir así, porque esa cintura no es normal, por eso está llorando toda la película”, pero no, no estaba llorando, era una especie de purpurina que llevaba en los ojos y que me ha costado media película averiguar.
Supongo que han querido humanizar la ficción, convertirla en algo más real, y es cierto que el mensaje que deja la película me ha gustado; Batman comienza lleno de resentimiento, sed de venganza, ira y desesperanza, y al final, aprende que la venganza no es buena y que la ciudad necesita una luz de esperanza para seguir adelante e intentar ser mejores.
Lo que no han entendido los guionistas, es que los que vamos a ver a Batman, esperamos a un superhéroe de verdad, porque si desean humanizarlo, entonces quedaría ridículo; piénsenlo, intentan dar seriedad a un tipo disfrazado de murciélago y a una tía vestida como si fuera una dominatrix.
Yo quiero a mi Batman, no a ese tipo con cara de niño patético y amargado que llora por las esquinas, quiero a ese Batman imponente, poderoso, ese Batman que daba miedo cuando salía de la oscuridad.
Lo siento por Robert Pattinson, porque en Crepúsculo me encantó, pero no es la persona que debería haber encarnado a Batman.
Por último, está el disfraz cutre del supervillano Enigma; ¿Y el sombrero para cuándo? Sí, todo muy real, les ha faltado sacar a Pingüino como si fuera un mafioso adinerado y normal ¡ah, no, que eso ya lo han hecho!
Bueno, mi conclusión final: la recomiendo como película policiaca, tiene una excelente trama y un trasfondo muy interesante, pero no la recomiendo como película de superhéroes, lo único interesante era lo bien que le quedaba a Robert Pattinson el traje a Batman, pero si le quitáis es traje es como cuando abres una bolsa de gusanitos y te das cuenta de que la mitad de la bolsa está llena de oxígeno y no de gusanitos, te sientes engañada, así que mejor no lo desnudéis, dejadlo disfrazado.
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