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Hoy en día, es difícil encontrar a estos artesanos ambulantes por las calles, salvo en algunos lugares donde aún se conserva la tradición y se valora su trabajo
Sociedad - Historias urbanas 17/04/2023POSDATA Digital Press | Argentina
El oficio del afilador de cuchillos callejero nació en Orense (Galicia) en el siglo XVII, de ahí que esta ciudad se haya ganado el sobrenombre de «Terra de Chispas» con el paso de los años. Los comerciantes ambulantes, también conocidos como amoladores, iban de casa en casa afilando los instrumentos de corte de los vecinos. Podían pasarse varios meses viajando de un pueblo a otro. No pasó mucho tiempo antes de que los afiladores salieran de Galicia para recorrer toda España dando a conocer su trabajo.
El instrumento caracteristico que toca el afilador
El instrumento que toca el afilador se llama chiflo de afilador, aunque también se le conoce con otros nombres como mini flauta, flauta de afilador, xipro, silbato del afilador o chifre. Es una pequeña flauta de pan hecha de cañas que produce un sonido aflautado de notas graves y agudas. El chiflo de afilador servía para anunciar la presencia del afilador en el vecindario.
Desembarca en Argentina
El oficio del afilador callejero llegó a la Argentina a finales del siglo XIX y principios del XX, con la inmigración de muchos gallegos que traían consigo su rueda de afilar y su chiflo. Estos afiladores recorrían las calles de Buenos Aires y otras ciudades ofreciendo sus servicios a los vecinos, sobre todo a los carniceros y cocineros. Con el tiempo, el oficio fue evolucionando y adaptándose a las nuevas tecnologías, como la bicicleta o la motocicleta, que facilitaban el transporte de la piedra de afilar. Sin embargo, en las últimas décadas, el oficio del afilador callejero ha ido perdiendo protagonismo y clientela, debido a la cultura del consumo y el descarte, así como a la competencia de los aparatos domésticos de afilado. Hoy en día, es difícil encontrar a estos artesanos ambulantes por las calles, salvo en algunos lugares donde aún se conserva la tradición y se valora su trabajo
El afilado artesanal tiene varias ventajas, entre ellas:
Permite obtener un corte más limpio y suave, lo que reduce el daño a la comida y facilita el control del cuchillo.
Puede variar la calidad del afilado según la habilidad y experiencia del afilador, así como los materiales y herramientas que utilice.
Hoy en día, es difícil encontrar a estos artesanos ambulantes por las calles, salvo en algunos lugares donde aún se conserva la tradición y se valora su trabajo. ¡Qué privilegio el nuestro de encontramos con Ramón, recorriendo las calles de la histórica ciudad santafesina de San Lorenzo!
Fuente:PosData/Bing IA
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