"La nostalgia de mirar al pasado"

El mes de diciembre suele traer consigo sentimientos encontrados, tales como la alegría, mezclada con recuerdos y nostalgia.

Opinión13/02/2024 Isbelia Farias
  

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POSDATA Digital Press| Argentina

Por Dra. Isbelia Farias | Escritora | Dra. Isbelia Farías
Licenciada y Máster en filosofía (Universidad del Zulia), maestrante en Orientación en Sexología (CIPPSV) 

El mes de diciembre, con sus luces centelleantes y su aire impregnado de magia, tiene el poder de sumergirnos en un torbellino de emociones. Mientras nos envolvemos en la calidez de las festividades, a menudo nos encontramos atrapados en una mezcla única de alegría y melancolía. Este fenómeno, conocido como nostalgia decembrina, nos lleva a reflexionar sobre los recuerdos del pasado que se iluminan con la luz tenue de las tradiciones y los momentos compartidos.

Las luces que adornan calles y hogares actúan como faros que nos guían de regreso a un tiempo que parece haberse desvanecido. Cada destello luminoso evoca recuerdos de infancias repletas de ilusiones, risas y la inconfundible sensación de anticipación que solo diciembre puede brindar. En esta atmósfera, la nostalgia se convierte en un acompañante silencioso, recordándonos la fugacidad del tiempo y la importancia de apreciar cada momento.

Un viaje sentimental al pasado

Las decoraciones que salpican la ciudad, desde los árboles iluminados hasta los escaparates festivos, despiertan en nosotros una sensación de asombro similar a la que experimentábamos cuando éramos niños. Las calles se transforman en senderos de recuerdos, guiándonos de vuelta a las navidades pasadas. En este viaje mental, las luces no solo iluminan el presente, sino que también proyectan sombras del pasado que se entrelazan con nuestra nostalgia.

La nostalgia decembrina es una conexión tangible con nuestras raíces, una oportunidad para revivir momentos que parecen congelados en el tiempo. Recordamos las cenas en familia, las risas alrededor del árbol de Navidad y el reconfortante aroma a especias que llenaba la casa. Cada destello de luz es como una paleta de colores que pinta cuadros de episodios vividos, llevándonos de vuelta a lugares y personas que, aunque ausentes, nunca dejan de estar presentes en nuestro corazón.

Una oportunidad para reflexionar

No obstante, la nostalgia no es solo un ejercicio de recordar; también es una oportunidad para reflexionar sobre cómo hemos cambiado y crecido a lo largo de los años. Diciembre nos invita a examinar nuestras vidas a la luz de las experiencias pasadas y a apreciar la evolución de nuestras historias personales. Las luces que iluminan el ayer actúan como espejos que reflejan el camino recorrido y nos permiten contemplar la trayectoria de nuestros sueños y aspiraciones.

Además de las luces físicas que decoran nuestro entorno, la luz espiritual de la generosidad y la compasión se intensifica en diciembre. La temporada nos invita a extender nuestras luces internas hacia los demás, creando conexiones más profundas y significativas en un mundo que a menudo se ve afectado por la prisa y la superficialidad.

No obstante, la nostalgia decembrina no está exenta de sus desafíos. Para algunos, esta época puede traer consigo la sensación de pérdida, recordándonos a seres queridos que ya no están presentes para compartir la magia de diciembre. Las luces, en lugar de iluminar el pasado con alegría, pueden arrojar sombras melancólicas. Sin embargo, incluso en la tristeza, las luces actúan como faros de esperanza, recordándonos que la luz perdura a pesar de la oscuridad.

En última instancia, esta época nos invita a abrazar la complejidad de nuestras emociones durante esta temporada especial. Las luces no solo iluminan el camino hacia los recuerdos queridos, sino que también revelan la belleza de la dualidad: la alegría y la tristeza, el presente y el pasado, la luz y la oscuridad. En cada destello, encontramos la oportunidad de celebrar la vida, honrar nuestras experiencias y, sobre todo, apreciar el regalo de la nostalgia decembrina que nos conecta con lo que fue, lo que es y lo que está por venir.

CV de la autora

Dra. Isbelia Farías
Licenciada y Máster en filosofía (Universidad del Zulia), maestrante en Orientación en Sexología (CIPPSV) su área está enfocada hacia el bienestar y la sexualidad en la pareja. Posee certificación en coaching (Universidad Autónoma de Barcelona), Fundamentos de la escritura (Tecnológico de Monterrey), Sexualidad, mucho más que sexo (Universidad de los Andes), Psicología Positiva (Universidad Metropolitana de Caracas), diplomada en Logoterapia y Análisis Existencial, Orientación de la Conducta y Psicología Forense.

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