“He protestado con rabia y con llanto”: la poesía combativa de Mario Antonio Rosa

Tuorientadora 06/04/2024 Isbela Farías

Imagen cortesía Mario Antonio Rosa - Edición Carlos J. Jarquín

POSDATA Digital Press| Argentina

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Por Isbela Farías | Escritora venezolana, doctora en Ciencias Sociales, máster en Filosofía y cursa estudios para acceder al grado en Orientación en Sexología en el Centro de Investigaciones Psicológicas, Psiquiátricas y Sexológicas de Venezuela.


Yo solo me quedo escuchando

como entras sin nadie.

Y sin nadie

me rompes hacia tu vida”.

Mario Antonio Rosa

Extracto del poemario:

Poemas en la Isla del incendio.

Mario Antonio Rosa (San Juan de Puerto Rico) es un poeta, editor, periodista cultural y crítico literario que ha recibido diferentes premios a lo largo de su trayectoria. En esta ocasión, concede una entrevista a la escritora venezolana Isbelia E. Farías López, sobre su producción, las pasiones que emergen de su alma y su esencia puertorriqueña, la cual se vislumbra impresa en cada una de sus líneas. Nuestro invitado es parte de la antología CANTO PLANETARIO: HERMANDAD EN LA TIERRA, Volumen I, compilación de Carlos Javier Jarquín, (H.C EDITORES, Amazon.com, 2023).

Isbelia Farias. (en adelante IF) ¿Cómo influye tu identidad puertorriqueña en tu poesía? ¿Qué elementos culturales o experiencias locales suelen inspirar tus versos?

—Mario Antonio Rosa (en adelante, MAR) “Mi poesía, de postulado existencial lleva el discurso de la identidad. Ser puertorriqueño, para mí es un oficio de libertad, esperanza, lucha y cambio. Los puertorriqueños tenemos un reto como país, como nación y es preservar nuestra cultura e identidad nacional. El poeta, debe ser parte de ese clamor. La patria nos necesita siendo con pasión y fiebre, puertorriqueños, caribeños, y latinoamericanos, de sangre y espíritu. Tengo un poemario anterior, ya agotado, Misivas para los Tiempos de Paz, de la editorial Isla Negra en el cual sus poemas apelan a nuestra identidad como pueblo, a la revolución del 30 de octubre de 1950 liderada por el Apóstol de la patria, Don Pedro Albizu Campos, un poema a Ernesto Guevara, así como un cántico a los cinco nacionalistas que tirotearon el Congreso de los Estados Unidos, llevando el mensaje de la patria esclava, irredenta, y un grito por la independencia de Puerto Rico. La poesía boricua, lleva como estandarte siempre, La patria, libre y soberana”

IF: Puerto Rico tiene una rica tradición poética. ¿Hay poetas puertorriqueños que te han inspirado o han influido en tu propia escritura, o tus influencias provienen de otras culturas? 

—MAR: “De Puerto Rico, han caminado conmigo, por sus versos, José Gautier Benítez, Santiago Vidarte, José de Jesús Esteves, Los Atalayistas, en especial, Clemente Soto Vélez; sigo con Juan Antonio Corretjer, Julia de Burgos, Clara Lair, Samuel Lugo, Hugo Margenat, Marina Arzola, los amadísimos poetas del Colectivo Literario Guajana, nuestra poesía combativa de la diáspora, poesía poderosa y resplandeciente.

Ahora, desde niño me fascinó la literatura rusa, tales como Nikolái Gógol, Vladímir Vladímirovich Mayakovski, Anna Ajmátova, Aleksandr Pushkin, Marina Tsvetáieva, Sergei Esenin, Borís Pasternak (de quien tengo un poemario inédito que publicaré en mayo al que he titulado Pasternak en el invierno) y de mi amado México, Octavio Paz, Xavier Villaurrutia, Juan Rulfo, mi maestro, Juan José Arreola, Carlos Pellicer, Alfonso Reyes, Rosario Castellanos, en fin, han sido diversas las influencias que siempre me acompañan”

IF: La erótica suele ser representada en términos de sensualidad y placer, ¿por qué en tus poemas esta noción pareciera ir asociada al emoción de tristeza como, por ejemplo, cuando declamas: “siento huellas de tu cuerpo como olas… pienso que llorarte es salmo de posesión”, “Hay cuerpos brillando de dolor, hay largas brasas de abandono”, entre otras líneas que vislumbran dolor?

—MAR: “Quise, como ejercicio de creación y amparado en la vivencia personal, escribir el inverso de la erótica. Este libro, me tomó cerca de un año terminarlo…¡y vaya catarsis!, fue crearme de nuevo en un archipiélago de espejos donde el cuerpo usado, una vez maravillado de orgasmo y deseo, de noches sin dormir, el estar encerrado, solo amando y descubriendo, el sentirse rebelde contra el mundo, de repente, nos deja, con una gran ausencia, desolación, y tristeza, pero no…supe, que ahí existía el poema de la erótica, con una música para bailarla solo, sin estragos, de la mano de un buen ron, y el ejercicio poético llevándote a un universo insospechado”

IF: Con respecto a tu oficio como escritor: cuando escribes, ¿sientes que te desvinculas momentáneamente de la realidad para abrazar lo abstracto o que te niegas a soltar tus raíces y extraes la palabra de la profundidad de la tierra que te dio el ser y se convirtió en tu patria?

—MAR: “Me confieso desvinculado. Amo ser pasajero de la soledad, de estar en una estancia entre el silencio y la palabra, huyendo a gusto del mundanal ruido y sumergido en los elementos de búsqueda. Mis raíces también van en complicidad, de ahí mi última publicación, Poemas en la isla del incendio, ya disponible en Amazon. Ahí ocurre todo: geografías de mi ser, amor, miedo, existencia, T.S. Elliot, una mujer filántropa, vista desde lejos, son estampas desde un Puerto Rico que arde en dilemas y estertores que nos impiden mirarnos hacia adentro, como pueblo.

IF: ¿Crees que este momento es el culmen de tu madurez poética o consideras que todavía la palabra sentiente que desborda el alma debe alcanzar el papel, en tu trayectoria como poeta?

—MAR: “Me enfrento a la poesía todos los días. Es un salto mortal. Apenas un papel en blanco, interminable y sin señales. Es un acto solitario y delicioso. Al menos cuando escribes narrativa, teatro, novela o ensayo te puedes agarrar de una estructura, y del latido de tu historia. Navegas seguro. En la poesía no pasa eso. ¿Cómo empezar? ¿Qué imágenes llegarán? ¿Podrás llegar al mensaje? ¿Sobrevivirás? Eso hace siempre la poesía, inusitada, o surtidora entre el misterio y un esplendor cerradamente auténtico, un acercamiento al menos a imaginar el infinito. Escribir poesía, siempre es un comienzo, sólo sintiendo, y esperar la presencia de la palabra y su arrobamiento”

IF: ¿Has protestado a través de tu poesía?

—MAR: “He protestado. Con rabia, con llanto, aspirando en la luz de la protesta, el cambio y la conciencia que aún necesita alcanzar mi país”

IF: ¿Por qué sientes la necesidad de reafirmar la libertad a través de tus versos?

—MAR: El hombre del Siglo XXI es un esclavo. Muchas de sus cadenas son propias. Vive atrapado, desde ese amor moderno donde el empoderamiento en vez de brindarse como un discurso de amor y tolerancia, respeto, genuina igualdad -más allá del género- se nos convierte en una guerra íntima de prepotencia y territorio, de lucha feroz reclamando espacios, catalogando, como en un amargo estante de la vida “tus horas, las mías” o “mis amigos y los tuyos” perdiéndose el amor y la correspondencia, hasta la mirada al mundo, a los que le rodean, su indiferencia a los que sufren, al planeta, a la vida misma. Somos, una ruleta rusa natural. Eso es esclavitud. Nos distingue, en paralelismo con Saramago, nuestro propio ensayo de la ceguera. Aquí el poeta se convierte entonces en una vigencia que funde lenguaje, ser, espíritu y desde luego libertad. Roba las fronteras entre éste y aquél. El poeta, lejos de los nuevos significados que nos etiquetan, sostiene la libertad, y en ella la solución del ser en el mundo. Desde la libertad, se hace en poesía una revolución de futuro. “

IF: Cuando escribes, ¿te sientes obligado hacia tu público, tu patria o a lo que desborda tu ser?
—MAR: “Me amparo en la triada que propones en esta gran pregunta. Cuando leo poesía o dicto talleres de poesía llevo el deseo de brindar una diferencia al pueblo. Decirle a los que me escuchan, que hay esperanza, belleza, y también la elección para aspirar a una nueva conciencia”

IF: ¿Cuáles han sido los temas más frecuentes que sueles abordar en tus poemas?

—MAR: “La existencia. Me considero un poeta sorprendido con los constantes frutos del existir. Es un universo cercano y dueño de mensajes palpitantes. La poesía, desde la existencia, reboza plenitud, comprensión y amor”

IF: ¿Las líneas de tu poética nacen de las circunstancias, de tu manera de sentir o de ambas?

—MAR: “Ambas se deslumbran, con oficio. Y no me siento solo. Hay poetas de nuestra actualidad puertorriqueña, que mezclan esos parámetros; Michelle R.O., Xavier Valcárcel, Richard Rivera Cardona, Tania Anaid Ramos González (AZULA), Luis Enrique Romero, Rubis Camacho, Mayra R. Encarnación, Ana María Fuster Lavín, Julio César Pol, Ebrahim Narváez, Carlos Roberto Gómez Beras y su simbiosis exquisita en el enunciado de la existencia, Yanielle Ramos Cintrón, un brillantísimo Alberto Martínez Márquez, Antonio Ramírez Córdoba, Rosa Vanessa Otero, William Pérez Vega, poeta enorme y militante, Pedro Juan Ávila Justiniano, María Ostolaza, Marta Emmanuelli, Susie Medina Girau, Flor Vázquez, Pedro López Adorno, Lala González Rodríguez, Lynnette Mabel Pérez por solo nombrar una gran vanguardia que entre la circunstancia y el sentido, renuevan una poesía pujante y en abrazo con la gran Hispanoamérica, que nos quieren borrar los políticos locales.

Con ellos, y la otra gran pléyade, con nombres y testimonios, una gran vanguardia se nos presenta. Tenemos un Festival Internacional de Poesía, que, año tras año, abraza las fronteras de nuestra amada Latinoamérica, en existencia y forma.

¿Qué diré de mí? Aún la poesía sigue siendo la realización de un todo, del cual día a día busco con pasión…y no comprendo.”

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