“Poético”, un documental sobre Amores truncos de Juan Botana
Realizado por María Margarita Pérez Vallejos, el audiovisual recorre gran parte de los trabajos literarios del autor e incluye dos canciones con sus letras.
En nuestro riquísimo idioma castellano hay letras que se usan asiduamente y otras que prácticamente están olvidadas.
Opinión - Sin ojos que los miren16/10/2022 Eduardo ServentePOSDATA Digital Press| Argentina
Por Eduardo Servente | Ingeniero Civil
Nota de archivo - Publicación original:16/04/2018
En nuestro riquísimo idioma castellano hay letras que se usan asiduamente y otras que prácticamente están olvidadas.
No hay duda que la E, o la A, o bien las consonantes S, R o C como otras se usan constantemente; algunas se usan esporádicamente; y otras parecen olvidadas por la lengua de Cervantes.
Para los argentinos, en los últimos años, la letra K ha tomado significados que algunos adoran y otros repudian. Es parte o símbolo de esa famosa grieta abierta en toda la sociedad.
Hace más de una década atrás la letra K nos podía indicar presencia de potasio, alguna anotación incompleta de los kilogramos de peso o kilómetros recorridos, o bien usarla en alguna palabra como kiosco, kimono, koala, vikingo, páprika, kiw..., muchas derivadas de otro idioma
Su sonido también lo tenemos en la C o en la Q. En la actualidad varias personas la usan en las redes sociales para ahorrar escritura y dilapidar cultura.
Hoy en nuestro país esa letra K ha pasado a ser el símbolo de un gobierno liderado por el matrimonio de Néstor y Cristina Kirchner que gobernó durante doce años y ese símbolo es también usado por sus seguidores de entonces y de hoy.
Esa K significa realidades muy contrapuestas para distintos sectores de la sociedad. Desde la idealización hasta el odio visceral.
Es la misma separación, diferencia o grieta, como la llamamos hoy, que siempre existió en nuestra sociedad. Unitarios y Federales; Rosistas, Urquicistas, Sarmientistas y Mitristas; Anarquistas y Conservadores; Peronistas y Anti-Peronistas; K y Anti-K.
Somos una sociedad sin grises, solo blancos y negros, diametralmente opuestos e irreconciliables. Eso indica que nos escuchamos poco, que no intentamos comprendernos, que no pretendemos construir sino imponer a cualquier costo.
Hace poco tiempo mi hijo me mostraba un monumento que hay en Belfast, Irlanda del Norte, donde se recuerdan a todos los caídos durante la lucha contra el terrorismo del IRA; católicos, protestantes, del ejército, civiles…, todos, para cicatrizar heridas y mirar al futuro. Imaginen si lográramos en nuestro país hacer un monumento con el nombre de todos los caídos y desaparecidos por el régimen militar y todos los muertos por el terrorismo de Montoneros y ERP mostrando una sincera reconciliación y pudiendo mirar con esperanza el futuro de nuestra sociedad. ¡Qué gran salto de conciencia daríamos!
¿Podremos hoy no estigmatizar al que piensa distinto?, ¿podremos conversar, cambiar ideas, comprender, escuchar?, si debe actuar la justicia ante alguna denuncia que lo haga y que sea justa sin importar quien está delante, pero mientras tanto conversemos sin echar culpas, tratemos de entender al otro.
La letra K es una muestra de nuestras diferencias. Dejémosla que vuelva a simbolizarnos el potasio o usarla cuando expresamos que vamos al kiosco. Dejemos nuestras diferencias, aprendamos a convivir en nuestra sociedad, apostemos a crecer como país, como grupo humano.
Realizado por María Margarita Pérez Vallejos, el audiovisual recorre gran parte de los trabajos literarios del autor e incluye dos canciones con sus letras.
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