A dejar de lado las diferencias

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Posdata Digital| Argentina

Por Daniel Traverso | Docente

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No es ningún secreto que la educación no está pasando por el mejor momento, hay factores de la sociedad que influyen, la realidad social juega un papel fundamental para pensar en la escuela que tenemos. Es una época donde hay que lidiar con las dificultades de este presente. Es una institución vulnerable, cuando hablo de escuela me remito al sistema donde están incluidos cada uno de sus actores. Una vulnerabilidad, la misma que abarca a nuestra sociedad como consecuencias de las malas políticas aplicadas por años. Eso es grave, con solo pensar que es el lugar pensado para que nuestros hijos encuentren respuestas para ese futuro soñado. Hoy la escuela no da respuestas a las demandas sociales, ha quedado inmersa en un pasado que no cubre hoy ninguna expectativa. Tampoco ignoremos que el problema educativo queda detenido en el Estado, en el propio docente, la sociedad también posee su cuota de responsabilidad. La educación involucra a todos los sectores.

Hay una nostalgia por esa escuela pública de buena calidad, por esa institución representativa, poderosa, donde el maestro representaba y era generador de un equilibrio y enlace social. Creo que esa nostalgia nos debe llevar a repensar, a rescatar a esa escuela. Es necesario pensar en un renacimiento de la escuela, esto significa que debemos participar activamente y como adultos pensar en una institución que genere confianza. Un lugar donde nuestros hijos puedan encontrar herramientas que los ayude a construir mundos, llenar vacíos, a cuestionar, a pensar, donde encuentren miradas que los lleven a no dejar pasar las oportunidades que ofrece la vida.

En este renacimiento, la familia tiene que estar presente para motivar a sus hijos a recuperar el valor del esfuerzo, recuperar la cultura del respeto y el liderazgo de los padres presentes. Debemos estar convencidos en una conciliación (familia escuela), es el momento de mejorar esa unión entre todos los actores educativos, familia y sociedad. Debemos recuperar la armonía.

Debemos rescatar la figura del maestro ante el alumno y ante la sociedad, recuperar el reconocimiento social. Es necesario que el docente este convencido de su preparación, que sienta placer por su trabajo, que pueda lograr independencia intelectual y así intentar la tan ansiada jerarquización de la profesión.

Invito desde este lugar a pensar, a dejar de lado las diferencias, a compartir este compromiso que nos ayude a concertar. No perdamos las esperanzas y entre todos aportemos para seguir trabajando sin esperar resultados inmediatos. Nuestros jóvenes, nuestros alumnos, merecen un compromiso de todos, unidos en la misma dirección.