Escuela en movimiento

Por Daniel Traverso | Docente

Posdata Digital | Argentina

En tiempos actuales, un tema esencial es reflexionar sobre la realidad de nuestra escuela. Ya no puede seguir siendo lo que era. Es necesario hablar de un nuevo escenario educativo en el que algunos de los elementos fundamentales se vean abocados al cambio, hablar del renacimiento, de la necesidad de repensar la escuela y de ahondar en los cambios necesarios para adaptarlos a esta nueva realidad.

Pensar en el renacimiento de la escuela es estar ante un gran desafío que nos lleva repasar nuevas respuestas.

Una escuela donde el pensamiento crítico, la creatividad y la comunicación tienen que estar presente. Apuntar a una educación integral donde el proceso educativo abarque todas las dimensiones de la persona y no solo a su intelecto. Una escuela con espacios para lo artístico, la tecnología, la educación física. Una institución para pensar en un alumno aprendiendo haciendo, con una actitud activa, de esta manera estaríamos en presencia de una escuela en movimiento.

Cuando hablo de pensamiento crítico, pienso en los jóvenes de nuestro país, para que puedan adquirir habilidades  en la escuela  como analizar, inferir, explicar, interpretar, evaluar, para que en un futuro sean buenos pensadores críticos, que puedan explicar que piensan y cómo llegaron a esa decisión. Una escuela que fomente la curiosidad para explorar y más dedicación apasionada a la razón y deseos de ansias de información.

El renacimiento de la escuela debe estar enfocado en preparar alumnos analíticos, investigadores, sistemáticos de mentes abiertas. Un espacio que fomente el desarrollo de la capacidad creativa en los estudiantes para que brote la imaginación y por ende la originalidad. Esa creatividad, en el futuro, seguramente será clave para que puedan encontrar soluciones a las dificultades que  les presente la vida cotidiana. La creatividad puede ser de ayuda para mejorar la realidad social. Ser creativos tiene sus ventajas, construye la autoestima, aumenta la conciencia de uno mismo, desarrolla la comunicación, favorece la socialización…

Renacer con creatividad nos puede ayudar a encontrar nuestro potencial.

Este nuevo escenario debe estar pensado en educar y transmitir conocimientos y valores, es una misión irrenunciable para orientar la formación de alumnos capaces de afrontar los nuevos desafíos de esta nueva realidad. Urge restablecer los valores como base para una buena educación. Es necesaria una conciencia que nos oriente hacia la paz y la comprensión entre los seres humanos y que nos mueva hacia un fin común, la educación en y con valores.

El docente debe conocer esta realidad y a la sociedad en que vive y hacer del aula un medio en que el alumno pueda analizar y responder de manera sistemática a los numerosos interrogantes que emergen, ya lo dijo  – Herrán Coord -. Educar significa enseñar a vivir en la realidad que nos ha tocado, pero con autonomía y capacidad crítica frente a ella. La educación no debe ser complaciente con lo que el mundo ofrece, sino selectiva (González, 1996)

Me remito a   Johann Heinrich Pestalozzi – pedagogo de la sabiduría – que consideraba que el problema fundamental de la educación consiste en responder al interrogante de qué tipo de hombre y qué sociedad se pretende formar, es momento de ir a las fuentes y reflexionar sobre esto como punto de partida para hacer renacer la escuela. Tampoco olvidemos a Paulo Freire que nos decía:"Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión".El diálogo implica un encuentro de los hombres para la transformación del mundo, por lo que se convierte en una exigencia existencial. Es nuestra responsabilidad permitir ese diálogo, que ese encuentro se produzca para que entre todos: escuela – familia – estado,  para modificar  esta realidad. ¡Es una exigencia innovar el escenario para que los jóvenes vuelvan a tener oportunidades…!

“La educación genera confianza. La confianza genera esperanza. La esperanza genera paz.”- Confucio –