"Ela, la heredera"

POSDATA Digital Press | Argentina

Por Graciela Cecilia Enriquez |  Escritora |  Poeta |  Tallerista | Directora del Diario literario digital de Cuentos de hadas y fantasías. 

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Llegamos a su 2do libro:

"Ela, la heredera" editado en el año 2018. Aquí la magia, camina por una línea muy delgada  entrelazando la ficción, con la realidad propia, de su verdadera vida. Porque Ela, es su  autobiografía descrita y tan valientemente contada dentro de una novela mística, con poderes  sobrenaturales y tal vez milenarios.

La reseña: Graciela Enriquez, la autora nos presenta su vida desde su preexistencia, ya que  la historia comienza con su muy amada, dulce y verdadera abuela Ramona hasta su infancia,  donde absorbe todo lo que ve de su abuelita, el pequeño gran mundo, que elige vivir. Y allí entre  sueños de su madre, Ela, va mostrando su carácter y su voluntad. Mientras que un mundo  desconocido la preparan para conocer otros misterios de tradiciones y legendarias leyendas ancestrales.
 Pero los años pasan y la niñez solo fue guardándose en su interior. Para salir en  algunos momentos la niña y gritarle que no baje los brazos, que existe más cosas que vivir.  Peleas y sermones con su familia la vuelven vulnerable. Y se aleja al paso del tiempo y los años  venideros. Cuando el destino le rompe el corazón cuando llega la hora de despedir a su abuelita,  ya nada será igual. Una vida llena de tormentas y vicisitudes la envuelven en idas y venidas  amorosas, rodando de acá hacia allá. Nada es igual, y pequeños hijos comienzan a tirar de sus  sueños y ella se olvida por completo de ella misma, durmiendo a la mujer y haciendo nacer a  la madre que ya era. Sola y errática se va a vivir a los pagos de su amada viejita.

 Donde...

 Ese  mismo destino que pareció sacarle todo, comenzará a brindarle muy lentamente un futuro  que atesorara por siempre junto con su descendencia.  A pesar de las guerras internas y  externas que aún deberá recorrer. Así mezclado su imaginación con la realidad, esta  autora les brindará una lectura atemporal, y  que les sorprenderá su final.

FRAGMENTO del libro "Ela, la heredera" capítulo número I "La heredera"

Todo comenzó a las afueras de esa ciudad, a orillas del río una viejita rubia, muy rubia de ojos  celestes, lavaba la ropa y en su pobreza cantaba a la Pachamama que la rodeaba. El agua se  movía normalmente cuando de ella salió una mujer de cabello negro, muy negro, de ojos oscuros penetrantes, de rostro angelical igual que las vírgenes, de túnica celeste y blanca-azulada. Tan solo  la miró y no sé cómo, ella sabía que le decía, tras ella salió otra mujer tal vez de la misma edad,  muy joven de cabellos de oro y claros, parecía toda radiante envuelta en hilos dorados. Ambas  gesticulaban y no movían los labios, la viejita les sonreía con gesto de ¡ok, está todo bien! Y  entendí.  Se metieron otra vez al agua y el río se calmó. A partir de ese día fue la mujer  chamán del lugar,  las personas comenzaron a buscarla porque las curaba con sus manos, siempre les daba de robar agua de un vaso y todos se iban contentos y felices.  Tenía una hija muy morena e inteligente, que estudiaba en la ciudad y pocas veces podía ver  a su madre cita, por eso cuando iba por allí se quedaba un par de días para disfrutar de sus  cuentos e historias, (como en su infancia), y también de su exquisita comida, llena de riquísimos 
sabores...

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Para el año 2019. Graciela se encontraba más apasionada por las letras. Y también, supo  que nunca se había equivocado, en decidir entregarse por completo, a la literatura en su vida. Entonces entre varios títulos que sobrevolaban, por su cabecita muy fantasiosa. Un nombre le resultó cautivante, sin dejar la ficción, pero salir de esos sentimientos melancólicos y meditabundos, que se encontró al escribir su propia novela autografica.
Entonces allí nace "El indigente y otros Cuentos" al año siguiente o sea, 2019. Ella acá dice   sentirse, en su lugar de confort literario, como escritora del género, que la ha apasionado desde  siempre. El misterio y el suspenso, manteniendo al lector en vilo, desde el comienzo de cada  cuento.

Reseña: El indigente... primeramente fue, es y será eternamente dedicada El Memorándum de uno de sus compañeros de ruta, de ese camino, a veces, de rosas y otras de espinas.  

A Miguel Ángel Moreno (1967-2018). Un ser muy normal y a su vez muy extraño, porque vivió toda su vida, como, en dos mundos paralelos al mismo tiempo. Y eso le cautivará al personaje principal, tener que andar sobre cuerdas muy flojas.

Continuando con el resto del libro, cuenta con 18 historias alucinantes. Donde juegan un papel  muy claro, los portales que cruzan en idas y vueltas sus personajes, ya, para esconderse o  fugarse, de las trampas del destino que les ha tocado. El maniquí que llega a la vida en  suntuosas noches, y luego amanecen desechados entre casi, la basura del vestuario. Elevadores  que cruzan por lugares infernales y luego celestiales, buscando un amor. O magos, que todas  las noches reviven, en cada espectáculo, sin saber que hace años no  tienen la habilidad de atarlos a la lectura y no obligadamente, sino por un motivo en especial, no quienes creen ser. Así  cada cuento tiene su exclusividad. Y mucho más, por conocer. Los va a ir atrapando, porque   detenerse hasta su final.

FRAGMENTO del libro
"EL INDIGENTE Y OTROS CUENTOS"
Cuento número 6
"EL INDIGENTE"

Allá iba caminando por la plaza, con el cansancio pegado en las carnes, en su lomo una pequeña  joroba la que no se notaba a simple vista. Los brazos gruesos, manitas gordas y una pierna  también gruesa, tenía un tic que lo notaba al mirarlo y aquellos dos faroles verdes, de sus  ojitos bondadosos, los que alguna vez tuvieron brillo, hoy la miseria y el hastío los opacaron.  Sus cabellos ya dejaban ver tres cuartos de frente y cabeza, porque a esa altura le nacían, tan débiles y castaños claros, en su juventud eran rubios casi el reflejo del sol en ellos, largos más  allá de la nuca; hoy apenas le tapaban media cabeza, que iban convirtiéndose en blancos. Perdió  a sus padres muy joven enfrentó la vida como pudo y como le salió, trato de ser siempre buena  persona, todos lo querían bien, se hacía querer el pibe. Pasaron los años y el pibe se convirtió  en hombre, no era Brad Pitt, tampoco Frankenstein. 

Al llegar a los treinta conoció a una mujer,  a la que amó con locura, por ella su vida cambió, aunque no tenía mucho estudio, no terminó  el primario, pero en las cuentas nadie lo jodía, en su educación básica se formó, era gentil y  respetuoso con el otro. Ella no lo amó nunca, no pudo, no quiso, tal vez no le nació el amor ese  de novelas.   Pero lo quiso mucho, con ella el cambio se hizo notorio, hasta llegar a vestir traje   y corbata, zapatos finos y camisas blancas con puntillas, sombrero a la par y cada corbata de  color según la ocasión. Cuando amigos y conocidos lo veían no lo reconocían, intentó cambiar   de trabajo, vendedor, boxeador, busca vida, albañil, pintor. Nada, no pudo, solo él y su carro eran
uno, ya se conocían y fueron inseparables hasta el final...

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