Historia del Obelisco en Buenos Aires

Columnas - De mí hacia ustedes 03/05/2024 Cecilia Marsili

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POSDATA Digital Press| Argentina

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Por María Cecilia Marsili | Escritora| Narradora oral | Conductora de radio

Si fuera París, estaríamos en la Torre Eiffel, en el Coliseo romano, si paseáramos por Italia, si fuera Londres visitaríamos el Big Ben; en cada lugar nos contarían la historia de estos monumentos. ¿Pero sabemos la del que nos identifica en el mundo entero?

El Obelisco de Buenos Aires es un monumento histórico, considerado ícono de Buenos Aires, capital de Argentina.

A 400 años de la primera

Fue construido en 1936 con motivo del cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires por Pedro de Mendoza. La obra es autoría del arquitecto argentino Alberto Prebisch y la construcción estuvo a cargo del consorcio alemán GEOPÉ-Siemens Bauunion-Grün & Bilfinger. Tiene una altura de 67,5 metros, de los cuales 63 son desde la base de 7x7 m hasta el inicio del ápice de 3,50x3,50 m, culminando con una punta del estilo Roma de unos 40 cm. Tiene una sola puerta de entrada y en su cúspide hay cuatro ventanas.

En la torre, por primera vez la bandera

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Iglesia San Nicolás de Bari- Crédito:nuevociclo

Se encuentra ubicado en la plaza de la República, en la intersección de las avenidas Corrientes y 9 de julio, en el barrio de San Nicolás en Buenos Aires, en el solar donde se encontraba emplazada la iglesia dedicada a San Nicolás de Bari, que se decidió demoler para la construcción de la avenida 9 de Julio. En la torre de esa iglesia fue izada oficialmente por primera vez en Buenos Aires, en 1812, la bandera argentina. Dicha circunstancia se recuerda en una de las inscripciones del lado norte del Obelisco.

Se decía que el bloque radical de las cámaras presentaría un proyecto para que en ese lugar se erigiera el monumento a Hipólito Yrigoyen. Pero, el 3 de febrero de 1936, a 400 años de la denominada «primera fundación de Buenos Aires», el intendente Mariano de Vedia y Mitre, nombrado en la presidencia de Agustín Pedro Justo, firmó un decreto que generaría enconadas polémicas, para la »ejecución de una obra de carácter extraordinario, que señale al pueblo de la República la verdadera importancia de aquella efeméride:“Que no existe en la ciudad ningún monumento que simbolice el homenaje de la Capital de la Nación entera“. Se le encargó entonces al arquitecto Alberto Prebisch la construcción de un obelisco que se realizó en solo sesenta días: la obra comenzó el 20 de marzo de 1936 y fue inaugurada el 23 de mayo de ese año.

Tiempo récord, material cordobés y pesos moneda nacional

Alberto Prebisch 1899-1970
Alberto Prebisch (1899-1970), el arquitecto tucumano y masón, autor del Obelisco. Crédito:programacontactoconlacreacion.blogspot.com

Alberto Prebisch fue uno de los principales arquitectos del modernismo argentino y autor también del vecino Teatro Gran Rex. Con respecto al motivo de la forma del monumento Prebisch dijo:

Se adoptó esta simple y honesta forma geométrica porque es la forma de los obeliscos tradicionales… Se le llamó Obelisco porque había que llamarlo de alguna manera. Yo reivindico, para mí el derecho de llamarle de un modo más general y genérico «Monumento».

El consorcio alemán a cargo finalizó la obra en el tiempo récord de 31 días, para la que empleó a 157 obreros. Maximizando el aprovechamiento del tiempo se utilizó cemento Incor de endurecimiento rápido y se fue construyendo el monumento por secciones de 2 metros para facilitar el volcado del hormigón. Para su construcción, que costó 200 000 pesos moneda nacional, se utilizaron 680 m³ de cemento y 1360 m² de Cuarzo de Pampa de Olaen, provincia de Córdoba.

El tendido de la línea B de subterráneos favoreció la construcción del monumento. La losa plana del techo del túnel del subte permite el paso de la losa de fundación del obelisco.

En la Plaza de la República, el 20 de junio de 1936, Día de la Bandera

En la noche del 20 al 21 de junio de 1938, se produjeron algunos desprendimientos del revestimiento de piedra que destruyeron las gradas donde el día anterior se agrupaban los abanderados de la ciudad durante el acto. Para terminar con el peligro de que nuevas placas de piedra pudiesen caerse, fueron reemplazadas por revoque de cemento en el que se imitó el dibujo de las lajas, que fue pintado con 620 litros de látex. Al quitarse las lajas no se tuvo en cuenta que se retiró una leyenda que decía «Alberto Prebisch fue su arquitecto».

¿Y si lo tiramos abajo?

Inmediatamente después de su construcción, el obelisco se tornó en centro de las burlas y protestas de los porteños. Tres años después de su inauguración, en junio de 1939, el Concejo Deliberante sancionó la demolición del Obelisco por Ordenanza N.º 10.251, por 23 votos contra tres, aduciendo razones económicas, estéticas y de seguridad pública. Pero la ordenanza fue vetada por el intendente Goyeneche, y no prosperaron otras tentativas por derribarlo.

Acorralado y protegido

En 1987 se lo rodeó con una reja para impedir las inscripciones en sus paredes. En 1998, activistas de Greenpeace violaron el acceso y desplegaron desde la punta un cartel con la leyenda «Salven el clima». En la actualidad, el Obelisco ha sido frecuentemente utilizado como punto de reunión de diversas manifestaciones, las que abarcan también las avenidas 9 de Julio y Corrientes que lo rodean, hecho similar al que ocurre en Plaza de Mayo.

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