‘Friends’, así éramos antes de internet

La serie de seis veinteañeros en Nueva York que marcó a una generación ha envejecido bastante bien, pero los cambios tecnológicos han sido enormes desde entonces

Tecnología 07/01/2018 CVA Producciones Integrales
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Friends (NBC / Paul Drinkwater/NBCU Photo Bank)

Posdata Digital | Argentina

Las tecnologías emergentes y los comportamientos que provocan suelen tardar un tiempo en pasar de la vida real a la ficción en televisión y cine (no digamos ya a la literatura que, definitivamente, ha decidido quedarse atrás en este asunto). La llegada de Internet representó un gran cambio cultural, pero, salvo contadas excepciones, apenas tuvo presencia en las tramas argumentales de los seriales de la década de 90.

Si existe un término del que se ha abusado para calificar la exitosa comedia televisiva Friends, este ha sido el de “generacional”. Tal vez, porque la generación a la que pertenece ha quedado huérfana de señas de identidad claras que la definan, atrapada, como está, entre la vieja pandilla de los de la movida y la pujante muchachada de los millennials.

En unas declaraciones para The Huffington Post, Jennifer Aniston afirmó que Friends hoy no sería posible porque la gente está demasiado pendiente de sus iPhones y ya no mantiene el tipo de conversaciones que sostenían las tramas de la serie. Naturalmente, el éxito de The Big Bang Theory, una sitcom en la que la tecnología no sólo es incorporada con total naturalidad, sino que es parte fundamental de sus argumentos, se encarga de desmentir rotundamente las afirmaciones de Aniston. La actriz, que ha cumplido 48 años, se deja llevar por ese tópico, tan extendido que identifica incomunicación con smartphones.

A pesar de que pertenezco a su misma generación, no vi Friends en su día. El canal de TDT Neox está reponiendo la serie. Es una especie de segunda oportunidad para el puñado escépticos que no supimos disfrutar de sus bondades. Lo primero que salta a la vista es que no son sólo los peinados y la ropa lo único que ha quedado desfasado. Ahí está el mundo de ayer: no hay móviles, no hay tablets, ni internet; no existen WhatsApp, ni los selfies. Es un mundo de videos VHS, enormes teléfonos inalámbricos, gigantescos televisores de tubo y algún que otro tostador de pan. La aparición de un mensáfono (un “busca”) al final de la primera temporada resulta enternecedor.


Pero para ser justos, lo cierto es que Friends fue una de las primeras comedias televisivas en las que internet aparece representada. En el último episodio de la segunda temporada, el número 24, emitido el 16 de mayo de 1996, uno de los protagonistas masculinos, Chandler, inicia un romance cibernético que da pie a un buen puñado de gags.

Hay momentos en la historia que marcan un punto sin retorno. El escritor austriaco Stefan Zweig los llamaba “Momentos estelares de la humanidad”. Cuando terminó la Primera Guerra Mundial, Zweig supo que el mundo en el que había nacido, crecido y educado había dejado de existir. Dio a sus memorias un título lleno de nostalgia y desengaño: “El mundo de ayer”.

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Friends (NBC / Getty)

La nostalgia es una estrategia recurrente y muy rentable para la publicidad y el márketing. Probablemente, no haya muchas más razones para que una cadena de TDT haya decidido volver a emitir Friends. Sin embargo, ahora que los jóvenes estudiantes que veían Friends cada tarde, allá por los noventa, miran atrás preguntándose cuándo demonios comenzó a torcerse todo, siento que tras el regreso de Friends existe algo más profundo y oscuro: un deseo colectivo e inconsciente de vuelta al orden, de regreso imposible al tiempo, irremediablemente perdido, del “mundo de ayer”. Ese que nunca ha de volver.

En fin, tal vez la cita de una autoridad, Homer Simpson, pueda arrojar algo de luz sobre todo este asunto: “La guerra ha terminado y el futuro ha ganado. El pasado nunca tuvo ninguna posibilidad.” (Los Simpsons, Temporada 21, Capítulo 458.)

Vía | La Vanguardia

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