Minería a cielo abierto: Solución local momentánea con problemas globales permanentes.

La minería a cielo abierto genera, por un lado, fuentes de trabajo en pueblos donde habitualmente no existe otro medio de vida, haciendo que se desarrollen mientras dura la mina abierta y por otro lado generan destrucción del medio ambiente, contaminación de ríos y eliminación de flora y fauna.

Natura - Medio Ambiente 26/11/2016 Walter Gustavo Telesca Walter Gustavo Telesca
mina a cielo abierto

Es sabido que en los pueblos perdidos en las montañas y con poco desarrollo comercial y urbano, la creación de una mina genera expectativa por el desarrollo urbano que tendrá la zona y las fuentes de trabajo que generará dicho emprendimiento. Pero dicho sea de paso, durará sólo hasta que la mina sea rentable y desmonte todo, dejando un pueblo desarrollado y sin actividad productiva que pueda sostener ese desarrollo ganado.

Las llamadas minas a cielo abierto son las explotaciones mineras que se desarrollan en la superficie del terreno, a diferencia de las subterráneas, que se desarrollan bajo ella. Para lograr el objetivo es necesario excavar, con medios mecánicos o con explosivos, los terrenos que recubren o rodean la formación geológica que forma el yacimiento. Destruyendo así parte del terreno donde se haya el mineral buscado, a través de explosiones con dinamita.

Estos materiales (los que se dinamitan) se denominan, genéricamente, estériles, mientras que a la formación a explotar se le llama mineral. El estéril excavado es necesario apilarlo en escombreras fuera del área final que ocupará la explotación, con vistas a su utilización en la restauración de la mina una vez terminada su explotación.

Las minas a cielo abierto son económicamente rentables cuando los yacimientos afloran en superficie, se encuentran cerca de la superficie, con un recubrimiento pequeño o la competencia del terreno no es estructuralmente adecuada para trabajos subterráneos (como ocurre con la arena o la grava). Cuando la profundidad del yacimiento aumenta, la ventaja económica del cielo abierto disminuye en favor de la explotación mediante minería subterránea.

Y además de todo esto para realizar la exploración y extracción de los minerales se utilizan millones de litros de agua diario que luego se transformarán en millones de litros de agua contaminada que desecharán en las periferia de la excavación. 


Pero ¿quién gana con una mina a cielo abierto?


Las empresas que explotan las minas hacen convenios con los gobiernos de turno que denotan un amplio beneficio para ellas y poco para el estado interviniente, en nuestro país la ganancia por cada mina que se explota no supera el 3% de las ganancias totales, mientras que en otros estados europeos superan el 25%.

Pero más allá del porcentaje de ganancias, que poco le importa a los pobladores, lo importante es establecer que ventajas tienen las minas de cielo abierto.

Por un lado el desarrollo de las poblaciones como habíamos mencionado, la generación de puestos de trabajo y la extracción de minerales que sirven para el desarrollo tecnológico o científico de algunas actividades. Pero a su vez, la explotación de una mina a cielo abierto, genera contaminación de los ríos adyacentes y las napas de agua de una basta región que las rodea, destrucción de la flora y la fauna del lugar que no puede volver a recomponerse hasta muchas décadas después de cerrar la mina, cambios climáticos en la región por la generación de un hoyo que cambia la gravedad local y en consecuencia afecta vientos, generación de lluvias y modificación del medio ambiente.

Es difícil establecer leyes y reglas claras cuando las cantidades de dinero aportado por las empresas mineras obnubilan la visión de los funcionarios locales, que ven el desarrollo de su pueblo dentro de su mandato, como un puente para obtener en el futuro un mejor estatus social y político que le permitirá ascender rápidamente en la escala social.

Entonces y considerando que las ventajas que provoca una mina a cielo abierto son muy inferiores y locales que sus consecuencias globales y generales, la pregunta del inicio sigue en pie ¿sólo se benefician las empresas mineras en la explotación de sus minas?, la respuesta sería SI. el desarrollo de las poblaciones es ficticio y momentáneo, las ganancias para el estado ínfimas y el desastre ecológico que se genera irremediable por siglos.

Es de esperar que las autoridades comiencen a legislar y a regular dicha explotación a efectos de establecer si los beneficios que redundan en la explotación comercial de la mina justifican los daños ambientales que a largo plazo son mucho más costosos que la cantidad de las ganancias obtenidas por el material extraído.

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