El alemán que llevó a los estadounidenses a la Luna

Wernher von Braun era un científico alemán que, desde siempre, se había interesado por los viajes al espacio y la cohetería. Esta es parte de su historia.

Ciencia - Astronomía 03/10/2020 CVA  Producciones Integrales CVA Producciones Integrales

POSDATA Digital Press | Argentina

En plena carrera espacial era bastante obvio que los estadounidenses necesitaban ayuda. Los soviéticos habían lanzado el primer satélite, enviado al primer individuo al espacio y Estados Unidos seguía sin siquiera pisarles los talones, hasta que decidieron crear la NASA para tratar de alcanzarlos. Sin embargo, lo cierto era que estaban desesperados, lo suficiente como para trabajar con un nazi en su proyecto de viaje a la Luna.

Wernher von Braun era un científico alemán que, desde siempre, se había interesado por los viajes al espacio y la cohetería. Desde temprana edad estudió física y matemática para comprender más esta área, además de hacer sus propios experimentos lanzando cohetes primitivos en depósitos abandonados en los suburbios de Berlín.

Su pasión por esta ciencia llamó la atención del ejército en 1932, así que a sus 20 años se convirtió en el principal especialista civil en la estación de cohetes Kummersdorf. Tan solo dos años después, su equipo había disparado dos cohetes que utilizaban motores de combustible líquido, tecnología que se convirtió en la base de los vuelos espaciales de la actualidad.

Wernher von Braun posando junto a integrantes del Ejército Alemán


En 1939 estalló la Segunda Guerra Mundial y el equipo de Wernher se mantuvo trabajando para producir cada vez más armas militares. El 3 de octubre de 1942 lanzaron con éxito el misil A-4, el cual se convirtió en el primer cohete en el primer objeto hecho por el hombre en llegar al espacio, realizando un vuelo suborbital a más de 90 kilómetros de la atmósfera, cosa que atrajo la atención de personas que querían obtener ese poder.

Uno de ellos fue, naturalmente, Hitler, quien comenzó a producir estos cohetes en masa para utilizarlos en la guerra. Otro de ellos fue Heinrich Himmler, de la Schutzstaffel (SS), que encarceló a Wernher para apoderarse del programa, aunque no lo logró.

En este sentido, los misiles A-4 se lanzaron sobre Londres y se decía que eran tan rápidos que las víctimas no los escuchaban hasta después del impacto. La propaganda nazi decidió cambiarles el nombre por V-2, ‘Vengeance Weapon Two’ (‘Arma de venganza dos’, en español), pues se lanzaron a modo de venganza por los bombardeos a ciudades alemanas.

A pesar de esta tecnología de punta, la verdad es que el V-2 no le brindó mucha ventaja al ejército alemán, pues poco después el país perdió la guerra. En vista de esto, Wernher se vio obligado a escapar y terminó rindiéndose ante los estadounidenses.

Una nueva vida como héroe

Wernher von Braun junto a John F. Kennedy. Foto:tekcrispy

Wernher, junto con aproximadamente 120 científicos alemanes, fueron llevados a Estados Unidos para participar en un proyecto secreto llamado Operación Paperclip, en el cual estos ayudarían a desarrollar tecnología militar para estar listos para el enfrentamiento que estaba por venir. A Wernher no se le condenó por su trabajo con los alemanes, sino que se le dio una nueva vida, al estilo borrón y cuenta nueva.

Muchos dicen que el científico alemán fue una víctima más del nazismo alemán, pues hay investigaciones como la de Michael Neufeld, ex presidente del departamento de historia espacial del Museo Nacional del Aire y del Espacio del Smithsonian, que expresa en su libro ‘on Braun: Dreamer of Space, Engineer of War’ que hubiera sido muy difícil para el científico quejarse de sus condiciones laborales estando en el ejército alemán. Sin embargo, no lo excusa del todo, pues asegura que Wernher estaba poco interesado en algo más allá de su carrera, por lo que las ideologías nazis no eran de su incumbencia.

Por otro lado, investigadores como Wayne Biddle, un periodista ganador del premio Pulitzer y autor de ‘Dark Side of the Moon’, condena a Wernher como un criminal que escapó de la justicia solo gracias a la intervención desesperada de los estadounidenses, quienes querían rebasar a los soviéticos en la carrera espacial.

Sea de una forma o de otra, la verdad es que Wernher caló dentro de Estados Unidos y su carrera no hizo más que despegar. En 1953 su equipo desarrolló el Redstone, el primer misil balístico de Estados Unidos que era capaz de lanzar una ojiva nuclear a más de 400 kilómetros hacia abajo. Posteriormente, desarrollaron una nueva versión del Redstone, el Júpiter-C, encargado en 1958 de lanzar el Explorer 1, el primer satélite del país.

Wernher se convirtió en director del Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA y desarrolló proyectos como el cohete Saturno V, que fue los programas Apolo y Skylab, llevando a los primeros humanos a la Luna.

Se presentó en un especial de Disney titulado ‘El hombre y la luna’ en 1955 como director de desarrollo de la Agencia de Misiles Balísticos del Ejército de Estados Unidos explicando cómo lograría llevar al hombre a la Luna . Su rostro apareció en la ilustración de una portada del TIME en 1958, en la cual se aprecia heroico frente a un misil en despegue.

A Estados Unidos pareció no importarle el hecho de que los más de 3000 misiles con el diseño de Wernher que fueron enviados a Gran Bretaña mataron a aproximadamente 5000 personas, o que más de 20000 prisioneros de los campos de concentración fallecieron ensamblando armas diseñadas por él.

Ya sea que fue obligado a participar en los planes nazis o no, lo cierto es que este personaje hizo su camino en la historia y fue tratado como un héroe, tanto en Alemania como en Estados Unidos. Hoy en día no podemos saber a ciencia cierta lo que pensaba Wernher, por lo que la duda acerca de si en algún momento se arrepintió de sus actos quedará en nosotros para siempre.

Fuente:tekcrispy

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