La extraña muerte de un presidente

En Estados Unidos el caso de Warren G. Harding, la falta de una autopsia y las sospechas que aún hoy perduran. sobre su esposa que lo habría envenenado por infiel.

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El retrato oficial del presidente estadounidense Warren G Harding. (Wikimedia Commons / Public Domain)



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Ocho presidentes de Estados Unidos han fallecido en el cargo. Algunos a manos de asesinos –como Abraham Lincoln, William McKinley y John F. Kennedy– y otros por enfermedad, como Franklin Roosevelt. Todos han causado conmoción, amplificada por el contexto específico de cada época y sus circunstancias. Pero en el caso de Warren G. Harding, la falta de una autopsia y las revelaciones de quien fuera su amante atizaron truculentas sospechas sobre las circunstancias de su muerte que aún hoy perduran.

Los escándalos que mancharon su legado


En su época, Harding gozaba de importante popularidad. Ganó en 1920 la elección por el mayor margen registrado hasta ese momento y aunque durante su administración hubo casos de malos manejos y abusos en algunas instancias, la mayoría de esos escándalos que mancharon su legado estallaron después de su muerte.

Entre esos destapes figura la noción de que su súbito fallecimiento por problemas cardiacos y otras complicaciones el 2 de agosto de 1923, en el contexto de un largo recorrido que hizo por varios estados del país, habría sido en realidad un asesinato.

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Foto del presidente Warren G. Harding y la primera dama Florence Harding en el tren que los llevó a Alaska en el fatídico viaje durante el cual falleció en 1923. (Photo by Library of Congress/Corbis/VCG via Getty Images)

Entre junio y julio de 1923, Harding emprendió un viaje en el tren presidencial –el ancestro del presente avión Air Force One– para recorrer el oeste de EEUU. Salió de Washington y visitó San Luis, Missouri; Denver, Colorado; Salt Lake City, Utah; Helena, Montana: y Spokane; Washington, entre otras ciudades, antes de llegar a Alaska, en la primera visita de un presidente estadounidense a ese estado y, luego, retornar a la zona de Seattle.

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El funeral. Foto:via Getty Images



Harding no gozaba de buena salud, y aunque sus médicos le daban tratamientos disímbolos, por ejemplo laxantes y estimulantes cardiacos, se afirma que le habían advertido por años de los problemas de corazón que, incluso, se estaban agravando por sus frecuentes aventuras amorosas.

La hija ilegítima

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Combinación de fotos de Warren G. Harding y su hija Elizabeth Ann Britton. (AP Photos/File)

Entre 1917 y 1923, aproximadamente, Harding tuvo una relación amorosa con Nan Britton, una mujer 31 años menor que él, de la que nació una niña.

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Pruebas genéticas demostraron en 2015 que el presidente sí tuvo una hija con su amante Nan Britton, confirmando la escandalosa historia de amor que ella reveló en su libro "La hija del presidente" y por la que fue ferozmente condenada durante casi un siglo. (AP Photos/File)


Pero durante décadas se puso en entredicho que Elizabeth Ann Blaesing fuera en realidad hija del presidente, hasta que en el 2015 la paternidad fue confirmada por pruebas de ADN.

Fuente:us.noticias

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