Cascoteada en oro
Contrariamente a lo que se creía hasta ahora, los años no pasan, llegan para quedarse.
Columnas - De mí hacia ustedes02/12/2021 María Cecilia MarsilliPOSDATA Digital Press | Argentina
Contrariamente a lo que se creía hasta ahora, los años no pasan, llegan para quedarse y van tomando posesión de algunas zonas provocando aglutinaciones, aglomeraciones y depresiones.
Afortunadamente, lo que Natura no da…Salamanca, te lo vende. Gym, sudor y dieta; un atractivo personal trainer o una exclusiva prepaga de avanzada que incluya las más sofisticadas cirugías o ahora 12 con acceso en un centro de estética y los últimos tratamientos para abandonar nuestra figura de paquete de yerba, son algunas de las opciones.
Fui muy conservadora en estos aspectos hasta que una amiga me invitó a un showroom de trajes de baño, en el departamento vista al río de su nueva compañera del curso de couch. Antes hacíamos clandestinas reuniones de tupper en el baño de la oficina; ahora es un show room.
Alucinantes las prendas que había sobre la mesa y alfombra del living. Cada una ya traía el link para abonarla.
Cuidadosamente elegí una malla, siempre malla nunca traje para bañarme, enteriza, negra con algunos detalles y un buen escote. Hay que estar elegante pero seductora aunque sea en la terraza.
Cuando salgo del dormitorio-probador para recabar las opiniones de las asistentes, segura y conforme con lo que vi en el espejo, la futura couch con una dosis alta de grosería, me mira, me hace girar y muy suelta, dice: mamita, que cascoteado está tu trasero.
Se han dicho muchas cosas sobre mi cola: araña de galpón, almohadón, moño de geisha, y, en épocas de sequía, que me lo había olvidado en alguna silla, pero ¿cascoteada?
Me vestí con la remera mas larga y suelta que tenía imaginando mis cachas como el capot del auto después de una granizada, y asistí a la reunión de consorcio. Nunca las soporté, pero esta era de sumo interés, de asistencia obligada, porque el administrador debía autorizar unos arreglos en mi departamento.
Jamás imaginé que en ese conventillo de arpías podría solucionar todas las cascoteadas de mi vida: el arreglo de la mampara violentada por los albañiles del piso de arriba y mi adiposidad trasera.
La del octavo tiene un gabinete clandestino de estética en el departamentito, y se apareció en la reunión repartiendo tarjetas de su nueva actividad: glúteos up con peptonas de músculo y retensado cutáneo con hilos de oro. Allá fuimos.
Nada sencilla fue la cosa y mucho menos económica. No existen los milagros traseros, sobre todo si interviene Salamanca. Diez sesiones dos veces por semana de glúteos push up efectos 3D más vacuum y tensado con hilos de oro, sin incluir la bancarrota de la tarjeta de crédito, dan seguridad y elevan la autoestima hasta la capa de ozono.
Se acabaron las remeras largas. Mi nueva cola va detrás de mí y dando que hablar. Ahora luce brillante y dorada. Mis cachas cotizan en oro.
Ah, no le compré la malla a la coach.