Niño de 3 años sería el primer entierro humano deliberado
La evidencia recolectada por el equipo sugiere que el niño fue enterrado cuidadosamente en lo que pudo ser la ceremonia de despedida deliberada más antigua.
Ciencia - ARQUEOLOGÍA06/05/2021CVA Producciones IntegralesPOSDATA Digital Press | Argentina
La muerte suele ser motivo de tristeza para los humanos, salvo ligeras excepciones que tienen concepciones totalmente opuestas a las habituales en Occidente. Pero, pese a ello, los arqueólogos han quedado fascinados con el reciente hallazgo de los restos de un niño tres años que murió hace unos 78,000 años en Kenia, África. La razón definitivamente es comprensible: el suyo fue el primer entierro fúnebre planificado por los humanos modernos.
La evidencia recolectada por el equipo sugiere que el niño fue enterrado cuidadosamente en lo que pudo ser la ceremonia de despedida deliberada más antigua documentada hasta ahora para los humanos modernos. Los hallazgos se publicaron en la revista Nature.
Los entierros deliberados de los humanos que mueren son más antiguos de lo que se pensaba
Con todos sus altibajos, muchos estarán de acuerdo en que la vida es en realidad buena. Lástima que, como casi todas las cosas que conocemos, tiene una fecha de caducidad; la muerte es algo tan natural como la vida misma.
Los humanos suelen celebrar la llegada de un nuevo ser a este mundo, pero las costumbres de despedida para los que se van varían un poco dependiendo del lugar. Sin embargo, en general, los entierros parecen ser una de las opciones preferidas y, de hecho, una de las más antiguas. El nuevo estudio deja evidencia de ello.
Los restos de un niño yacen en una tumba hace 78,000 años
Los arqueólogos descubrieron estos restos en el año 2013 en la boca de la cueva Panga ya Saidi, en la costa tropical de montaña de Kenia. Se encontraban a unos tres metros por debajo del piso de la cueva actual, dentro de un hoyo en forma de pozo, lo que sugirió que habían sido enterrados bajo planificación.
En aquel momento, la fragilidad y avanzado estado de descomposición de los huesos del niño impidieron a los arqueólogos continuar con la excavación y extraerlos. Tiempo después, en 2017, lograron la proeza y los llevaron al laboratorio del Centro Nacional de Investigaciones sobre la Evolución Humana (CENIEH) en España para analizarlos.
Al examinar el cráneo y la cara, notaron que la articulación de la mandíbula y algunos de los dientes, -que no llegaron a salir-, se mantenían en su lugar. De igual forma, la articulación de la columna vertebral y las costillas, que conservaron incluso la curvatura de la caja del tórax.
El estado de conservación sugirió a los científicos que el niño, en efecto, fue enterrado después de su muerte, por lo que la descomposición del cuerpo ocurrió en el hoyo donde encontraron los huesos.
Los exámenes microscópicos y químicos de los huesos y del sedimento en el que se encontraron, así como los análisis de dos dientes descubiertos les permitieron obtener detalles sobre el niño, como su edad.
Humanos ejercían prácticas funerarias previas al entierro
Los investigadores llamaron al niño Mtoto, que significa “niño” en el idioma swahili.
El entierro de Mtoto tuvo lugar en un agujero, donde quedó cubierto con sedimentos del suelo de la cueva.
La forma en que estaban dispuestos sus huesos sugiere que fue enterrado sobre su lado derecho, con las rodillas dobladas hacia el pecho, como en posición fetal, y envuelto en una mortaja que probablemente estaba hecha de material perecedero.
Su cabeza también mostraba una dislocación, probablemente causada por haber reposado en algún tipo de almohada, hecha también de material perecedero, que se desintegró con el paso del tiempo. Sumando todos estos hallazgos, los investigadores concluyeron que el niño había protagonizado algún tipo de práctica funeraria antes de ser enterrado.
Nuevos datos sobre las costumbres de los primeros humanos modernos
Hasta ahora, se habían encontrado antiguos entierros deliberados de humanos en otras partes del mundo que datan de hace 800,000 años. Sin embargo, estos correspondían a otras especies del género Homo, como Homo antecessor, Homo naledi y Homo neanderthalis.
El hallazgo de los restos de Mtoto no solo confirma que los humanos modernos (Homo sapiens) ya enterraban a sus similares fallecidos hace decenas de miles de años, sino también ayuda a comprender la percepción que tenían aquellos individuos sobre la muerte y su organización social.
Fuente:tekcrispy
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