¿Los pasaportes de vacunación atentan contra la libertad de las personas?

Sociedad 02/09/2021 CVA  Producciones Integrales CVA Producciones Integrales
Crédito:tekcrispy

POSDATA Digital Press | Argetina

Mientras algunos países como Australia aún dudan de introducir los pasaportes de vacunación, en otros donde ya están en juego las personas protestan para proteger su libertad. Pero, ¿han resultado en realidad tan malo como pensábamos? ¿Constituyen una solución aún más drástica que los bloqueos y cierres prolongados?

Hablar de bien y mal en términos absolutos es difícil, por no usar la palabra imposible. Sin embargo, la práctica está mostrando que esta estrategia podría ayudar a mitigar la pandemia.

¿Por qué se cree que los pasaportes de vacunación quitan libertad?
Después de muchos reveses, los países europeos han optado por la estrategia de aprender a vivir con la COVID-19. Las restricciones prolongadas implementadas previamente ya no son la regla, y para mitigar los brotes han optado por los pasaportes de inmunidad, acusados de atentar contra la libertad de las personas.

Su función es básicamente permitir la integración a la “nueva normalidad” a las personas completamente vacunadas y evitar su contacto con los no vacunados. Y aunque suena a sometimiento y discriminación, la situación mundial actual lo amerita.

Probablemente quienes ya hayan recibido la vacuna no sientan tanta incomodidad con ello. Quizás hasta muestren con orgullo su pasaporte. Pero, por otro lado, los no vacunados contra COVID-19 quedan restringidos de ir a bares, restaurantes e incluso viajar.

Y si bien suena injusto, dado el carácter voluntario de recibir las vacunas contra COVID-19, también hay una responsabilidad implícita que muchos han estado omitiendo: la protección de otros.

Protestas contra los pasaportes de vacunación contra COVID-19

Desde mucho antes de que las vacunas contra COVID-19 estuvieran disponibles al público, los investigadores evaluaban los pros y contras de una idea un tanto controversial: pasaportes o certificados de inmunidad.

Como indicamos el año pasado, a pesar de lucir muy práctica a simple vista, había preocupaciones válidas respecto a posibles efectos más allá de permitir reactivar las economías. Pero en nuestra realidad actual, con una “inesperada” propagación de la variante Delta del coronavirus SARS-CoV-2 y la reticencia de las personas a vacunarse de forma voluntaria, estos documentos no parecen tan nefastos.


En Francia, su implementación llevó a más de 200.000 personas a protestar; el Pass Sanitaire, como se denomina su certificado, es un requisito para asistir a restaurantes, bares, viajar en un tren a larga distancia e incluso para visitar un hospital. El argumento era que los pasaportes de vacunación atentaban contra la libertad de las personas.

Los certificados de “inmunidad” parecen funcionar

Sin lugar a dudas, la cifra de protestantes fue impresionante, y el argumento, desde cierto punto, sólido. Pero según indica John Quiggin, profesor de la Universidad de Queensland, en su artículo en The Conversation, se quedó corta en comparación con los millones que decidieron vacunarse contra COVID-19 finalmente.

A pesar de que los científicos explicaron en varias razones por qué sería una mala idea implementarlos, la práctica en el contexto actual no parece ser contraproducente. Si bien es cierto que hay mucha oposición respecto a su implementación, una encuesta de YouGov publicada hace poco reveló que el apoyo la supera. Un 66 por ciento de apoyo a los pasaportes de vacunación frente a un 21 por ciento de oposición, en parte por sus efectos sobre la libertad, y un 13 por ciento de indecisión.

Dos dificultades en la práctica

Ahora bien, el problema detrás del uso de pasaportes de vacunación va más allá de las protestas. En nuestro mundo, nada parece ser perfecto, y esta idea tampoco lo es, y no necesariamente sea por su potencial de atentar contra las libertades de las personas que han preferido no vacunarse.

Aunque todo depende de los niveles de seguridad de cada institución, la realidad es que existe un alto riesgo de muchas personas falsifiquen su certificado. Además, en la práctica, errores de sistema o fallas en el proceso de registro pueden dejar a muchos sin poder descargarlo a pesar de haberse vacunado o haber padecido la enfermedad.

Fuente:tekcrispy

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