
¿A quién mira la Venus del espejo en las pinturas de Velázquez o Veronés? ¿A ellas mismas? ¿A ti? ¿O al reflejo del pintor? Os hablamos del efecto Venus.
POSDATA Digital Press | Argentina
No es mentira para nadie que, en ciertas ocasiones, el tiempo pasa más rápido de lo esperado, mientras que en otras el mismo período puede parecer una eternidad. El mismo Albert Einstein lo predijo con su teoría de la relatividad, lo cual ha permitido incluso explicar el envejecimiento más lento de los astronautas respecto a las personas que se quedan en la Tierra. (Sí, seguro llegaron flashbacks de Interestellar).
En esta oportunidad no nos enfocaremos en esta teoría, sino en lo que ocurre en nuestro cerebro para que percibamos el tiempo de forma tan diferente. Para ello, citaremos los hallazgos de un nuevo artículo publicado en JNeurosci, que indican que nuestras neuronas sensibles al tiempo se desgastan, y es precisamente esto es lo que sesga nuestra percepción del tiempo.
Un tren de estímulos de adaptación
Un equipo de investigadores usó la resonancia magnética para medir la actividad cerebral de un grupo de participantes humanos mientras realizaban una tarea de comparación de tiempo.
La dinámica consistió en ver un adaptador visual, constituido por un círculo gris, durante un período de tiempo determinado, unas 30 veces consecutivas. Este supuso una fase de adaptación.
Luego, le mostraron a los participantes un estímulo de prueba, y les indicaron el tiempo que duró. Observaron que, cuando la duración de la experiencia del adaptación fue larga, los participantes tendían a subestimar el tiempo. En cambio, cuando la adaptación era corta, los participantes subestimaban el tiempo.
“Conductualmente, este procedimiento produjo un efecto secundario negativo pronunciado: un adaptador corto predispuso a los participantes a juzgar los estímulos como más largos y un adaptador largo predispuso a los participantes a juzgar los estímulos como más cortos”.
Fatiga neuronal sesga nuestra percepción
Los autores explican estas tendencias a través de las neuronas de la circunvolución supramarginal (SMG), las cuales, según la resonancia magnética, se activan en respuesta a un período de tiempo específico.
Durante el estudio, la actividad de las SMG disminuyó cuando la duración del adaptador visual y el estímulo de prueba fue similar, e interpretaron este descenso como fatiga neuronal.
Cuando nos exponemos repetidamente a un estímulo de una duración determinada, como hicieron los investigadores en con el adaptador visual en el experimento, estas neuronas se fatigan. Y dado que la percepción del tiempo sesgada se correlacionó con la disminución de la actividad de las SMG, una mayor fatiga neuronal, implicó una mayor distorsión del tiempo.
Fuente:tekcrispy
¿A quién mira la Venus del espejo en las pinturas de Velázquez o Veronés? ¿A ellas mismas? ¿A ti? ¿O al reflejo del pintor? Os hablamos del efecto Venus.
Es hora de hacer una pausa y reflexionar sobre el tiempo que pasamos en línea.
A diferencia de la memoria a corto plazo, que solo guarda datos fugaces por unos momentos