9 explosiones nucleares
Fueron más poderosas que las de Hiroshima y Nagasaki.
Cultura - Sucesos históricos11/03/2022CVA Producciones IntegralesPOSDATA Digital Press | Arggentina
Actualmente, existen nueve países nuclearmente armados. Estados Unidos, Rusia y China encabezan el listado, con más de tres mil arsenales atómicos. Pero muy de cerca le siguen Francia, Israel, Reino Unido, India, Pakistán y Corea del Norte, quienes tras la Segunda Guerra Mundial han afirmado poseer armas militares hechas con uranio y plutonio.
Desde que se probó la primera ojiva nuclear en 2002, muchos han imaginado una guerra nuclear de proporciones globales. Sin embargo, viendo el panorama tan horrible en el que se ha convertido el mundo, es muy posible que esta idea deje de ser una fantasía para volverse realidad.
Por eso hoy te traemos las 9 explosiones nucleares que surgieron de ensayos militares, y que triplicaron la potencia de las bombas de 15 kilotones caídas en las ciudades niponas de Hiroshima y Nagasaki.
Ivy Mike
El primer registro de una explosión nuclear data de noviembre de 1952, cuando un grupo de científicos estadounidenses desarrolló una bomba de hidrógeno capaz de explotar por contacto. En ese entonces, el presidente Truman decidió probar su potencia en Enewetak, una isla del Pacífico, y pronto descubrió que había descubierto el material militar más peligroso de la historia.
Hoy se estima que el impacto fue de 10.4 megatones, es decir, 690 veces la bomba de Hiroshima. Lo que representa un gran impacto radiactivo, pero nada comparado al del resto de bombas en esta lista.
Tsar bomba o bomba del Zar
Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética lanzó una ojiva nuclear con dirección al archipiélago Nueva Zembla, en el océano Ártico. Este arma estaba hecha de hidrógeno comprimido y poseía una potencia explosiva de 50 megatones, es decir, 3 mil veces superior al arma que desencadenó la explosión nuclear de Hiroshima. A causa de ello, muchos científicos soviéticos la consideran “la reina de las bombas” y la segunda más potente registrada.
La bomba impactó en el océano el 30 de octubre de 1961 a las 11:30am, y explotó tres minutos después. Se desconocen las cifras exactas, pero se estima que la bola de fuego alcanzó una altitud de 4 mil metros a 864 kilómetros por hora. Una potencia explosiva que hubiese podido acabar con una ciudad del tamaño de Nueva York o Tokio.
Castle Bravo
En marzo de 1954, Estados Unidos detonó un arma nuclear de 15 megatones en las islas Marshall. Los militares afirmaron que se trataba de una prueba para determinar la utilidad de la energía nuclear como armamento. Sin embargo, muchos lo dudan ya que su potencia nuclear alcanzó los 18 mil kilómetros, generando la onda de expansión más grande hasta ahora.
Como resultado, los residentes de la isla, y de algunas zonas costeras de Japón, desarrollaron cáncer. Uno de los primeros síntomas de la radiación, que para la época era desconocido.
Castle Yankee
Casi en paralelo, Estados Unidos detonó otra arma nuclear cerca de una laguna en las islas Marshall. A diferencia del anterior, esta ojiva de hidrógeno solo alcanzó los 13.5 megatones, casi la mitad del Castle Bravo. Pero aún así fue 900 veces superior a la explosión nuclear que detonó en Hiroshima.
Castle Romeo
Asimismo, y tan solo con un par de semanas de diferencia, Estados Unidos lanzó su último misil con destino a Bikini Atoll. Este misil impactó en el agua con una fuerza de 11 megatones, lo que causó un aumento del oleaje en toda la zona. Por no mencionar, una onda de radiación que se sintió nuevamente en las Islas Marshall.
Prueba 147
Un año después de la Tsar Bomba, concretamente el 5 de agosto de 1962, la Unión Soviética lanzó otra arma nuclear hacia el océano Ártico. Esta vez con una potencia de 23 megatones, menor a la anterior explosión nuclear, pero aún así capaz de destruir el Central Park de Nueva York.
Por fortuna, la mayor parte de la explosión se dio bajo el agua, lo que redujo el riesgo de radiación. Sin embargo, el investigador Alex Wellestein asegura que, de haber impactado en la superficie, habría llegado hasta la Universidad de Stanford, a 14 mil kilómetros de distancia.
Prueba 123
Por su parte, la Unión Soviética lanzó en 1961 otra arma nuclear con dirección al archipiélago de Nueva Zembla. A pesar de que este no llegó a superar los 12.5 megatones, impactó en la superficie. Por tanto, muchas personas en el continente ártico se vieron afectadas tanto radiactivamente como logísticamente, siendo incapaces de escapar.
Prueba 173
La última explosión nuclear atribuída a la Unión Soviética fue la ojiva 173, lanzada el 25 de septiembre de 1962 y también con dirección a la Antártida, pues era la única zona para ese momento que no tenía una regulación contra armas nucleares. Siguiendo la tendencia de los anteriores, esta explosión nuclear fue mucho menor. Sin embargo, se estima que fue mil veces superior a la bomba de Hiroshima.
Aunque lo más curioso de esta explosión nuclear no fue su potencia, sino su impacto social, pues por su culpa Estados Unidos comenzó a ver a Rusia como una amenaza. Lo que llevó al país a instaurar almacenes nucleares en Cuba y Turquía.
¿Existe el riesgo de que estas explosiones nucleares se repitan?
Aunque las explosiones más potentes provienen de Estados Unidos y Rusia, no debemos desestimar al resto de países nuclearmente armados. Después de todo, se estima que existen más de 19 mil armas nucleares en estos momentos. Muchas de ellas desactivadas pero no destruídas, por lo que nadie sabe a ciencia cierta si puedan utilizarse para desencadenar explosiones nucleares a futuro.
Queremos ser optimistas y pensar que estos países aprendieron los peligros que supone manejar energía nuclear después de tantas detonaciones. Sin embargo, la toma de la planta de Chernóbil por parte de las tropas rusas nos deja mucho en qué pensar. ¿Habrá otra explosión nuclear que sumar a esta lista?
Fuente:tekcrispy Fotos:Pixbay
Los vendedores ambulantes y su historia en la Argentina
Sale a subasta una Biblia única traducida al hebreo en Soria en el siglo XIV
El valor de la conocida como Biblia Shem Tov por su autor, un famoso rabino y cabalista, se estima entre los 5 y los 7 millones de dólares
Informe.- Jamás se había reunido una multitud semejante, ni aún la que había acompañado los restos de Hipólito Irigoyen a La Recoleta en 1932