POSDATA Digital Press| Argentina
Por Luis García Orihuela | Escritor| Poeta| Dibujante| Columnista internacional
Viniste suavemente,
como una ola perdida
en una playa desierta,
como el soplo de un viejo dios
de largos cabellos dorados
invocando la creación
de un deseo fortuito.
Como un vestido
de noche de blanco satén
cayendo en un silencio
sin eco,
en un desnudo y frío suelo
de una calle sin nombre
en una esquina cualquiera sin placa.
Llegaste, sin apenas
hacer ruido
como una música lounge
filtrándose por los bordados
de un viejo visillo.
No hizo falta palabras
ni ventana alguna abierta.
Entraste...
Yo fui la arena caliente
en aquella playa desierta
fui aquella calle sin nombre
por la que no pasaba nadie
y las sombras se escondían
de la luz de las farolas
hasta entrado ya el amanecer.
Fui y soy
el deseo de aquel soplo divino
que nunca tuvo lugar
y que desapareció
llevado por el viento.
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