Infancia libre

El reflejo de tu mirada06/04/2024 Mirta Noemí Pavón
  
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Crédito:edu.org

POSDATA Digital Press| Argentina

Mirta Pavon

 Por Mirta Noemí Pavón| Escritora | Docente | Técnica en Minoridad y familia


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En un Centro Infantil, lugar de fantasía y de juegos, allí compartieron años laborales  un grupo de mujeres con demasiada semejanza a  los personajes de cuentos clásicos, se reencarnaron en algunos. Donde había que admirar dones de creatividad e imaginación, la envidia proliferaba, saliendo por los ojos con expresiones de gestos y actitudes.

Zafiro, con cierta virtud para la escucha y experiencia, solía orientar al resto. Aunque cualquier cenicienta o Blanca Nieves con sumisión y timidez fue aceptando la impertinencia, el hostigamiento y la discriminación. Fue expulsada... no al bosque, sino a un lugar pequeño donde se la llenaba de tareas. Su rutina era salir de ese cuarto al parque de juegos cuando algún pequeño se lastimaba, corría para socorrerlo, esa era su función...

Malú, solía realizar producciones muy decorosas, muchas veces descontextualizada. Le gustaba sobresalir y sus pares las nombraban superproducciones de Spielberg. 

No había cooperación, reinaba la competencia y el individualismo.

Úrsula, revivía a las hermanastras de Cenicienta y otras veces a la madrastra de Blancanieves. Era de aspecto llamativo, robusta, alta, expresiva, sonrisa socarrona. Disfrutaba poniendo apodos y siempre contaba con aliados. Daba consejos sin que se le pida; le gustaba indagar en vidas ajenas...Frontal pero incómoda.

Fani, fue discriminada por sus rasgos físicos hasta por algunas madres.

Con los años algunas llegaron a jubilarse, otras tuvieron diferentes destinos, en otros niveles. Pero en ese Centro Infantil, nuevos personajes aparecieron en escena como Quetzal, una joven pelirroja, ojos de color del tiempo, temperamental, desobediente, atrevida y arriesgada. Mixtura de Montessori, y Cossettini.Su madre había sido discípula de la escuela nueva donde el arte, la poesía, los versos volaban como pájaros turquesas y los príncipes destiñidos fueron convertidos en nuevos hombres lejanos del patriacardo y las princesas inútiles en brujas con brillante escoba. 

La pedagogía se visibilizó dinámica en equipo.

Los espejos de los cuentos se rompieron y cada una confió en sí misma y tejieron redes con tramas firmes y aggiornados fomentando asi más sonoridad entre mujeres, lejos de estereotipos de belleza, de género, rompiendo reglas, con fantasías y,... por sobre todo, con infancias libres, felices, diversas.

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