

POSDATA Digital Press| Argentina
Es curioso cómo, en la búsqueda de seguridad, muchas personas terminan atrapadas en un círculo vicioso del que no son plenamente conscientes. Por temor a las represalias, eligen el silencio, y en ese silencio, fortalecen justamente aquello que los somete. El miedo les lleva a desconfiar de quienes intentan actuar, viéndolos como una amenaza para la aparente estabilidad que se esfuerzan en proteger.
A menudo, estas dinámicas llevan a que quienes tienen la valentía de enfrentar el problema sean señalados o criticados, mientras que el resto, inmovilizado por el miedo, puede ser influenciado para desactivar a aquellos que buscan el cambio. Es una paradoja devastadora: en su afán de sentirse protegidos, las personas terminan otorgando más poder a quienes las someten, ya sean delincuentes, personas violentas, o figuras narcisistas que manipulan su entorno.
Este ciclo de manipulación es difícil de romper porque se alimenta del miedo y de la resistencia al cambio. Sin embargo, reconocer esta dinámica es el primer paso para salir de ella. Reflexionar sobre cómo nuestras decisiones y acciones, o la falta de ellas, influyen en nuestra realidad, es clave para recuperar el poder personal y colectivo.

Algunos jemplos cotidianos que reflejen estas dinámicas:
Entorno laboral: Un empleado puede quedarse callado ante un jefe autoritario por miedo a perder su trabajo. Sin embargo, este silencio fortalece el comportamiento del jefe y desmotiva al equipo, perpetuando un ambiente tóxico.
Relaciones personales: En una relación abusiva, la persona afectada puede evitar confrontaciones para "mantener la paz". Este miedo al conflicto refuerza el control del abusador y dificulta romper el ciclo.
Comunidad o sociedad: En vecindarios donde hay delincuencia, algunos residentes prefieren no denunciar por temor a represalias. Esto le da más poder a los delincuentes, haciendo que la situación empeore.
Medios de comunicación o redes sociales: Las personas pueden optar por no expresar opiniones para evitar críticas o cancelaciones. Este silencio puede limitar el debate abierto y enriquecer posturas extremas.
Estos ejemplos cotidianos muestran cómo el miedo puede atraparnos, pero también destacan la importancia de tomar conciencia y actuar con valentía para romper el ciclo.
Fuente:P./D


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