Conmoción en la ciudad santafesina de Rafaela por una hostia que sangra

Sucedió en el Santísimo Sacramento de la Casita de San Miguel habría sudado sangre mientras un joven rezaba. El caso causó conmoción en la ciudad santafesina y, por ahora, decidieron retirarlo de la capilla, hasta que puedan mandarlo a Roma.

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Posdata Digital | Argentina

La Casita de San Miguel está ubicada en el barrio Güemes de la ciudad de Rafaela. Allí funcionada un centro de rehabilitación para jóvenes con adicciones. El lunes, mientras uno de ellos estaba rezando en la capilla, notó que se empañaba el vidrio del Santísimo Sacramento.
Ante la sorpresa, el joven fue a buscar al encargado y al regresar, pudieron evidenciar que la Eucaristía sudaba sangre, según indicó diario Uno de Santa Fe. Uno de los fieles pudo grabar un video del lugar mientras el Santísimo Sacramento todavía estaba empañado y con la mancha. Enseguida se sumaron otros compañeros, quienes al ver el fenómeno, comenzaron a llorar y a orar.

Algunos minutos más tarde llegaron al lugar el padre Alcides Suppo y el obispo de la diócesis Luis Fernández, quienes decidieron retirarlo debido a que se había convocado mucha gente en el lugar. La muestra sería enviada al Vaticano para que el ente especializado en análisis científicos determine si se trata de un milagro real.


El comunicado del Obispo de Rafaela

A partir del suceso el Obispado de Rafaela difundió un comunicado: “Habiendo tomado conocimiento de que una hostia consagrada, mientras era adorada sobre el altar, presentó signos de una sustancia que, aparentemente, es sangre, el obispo de nuestra diócesis Luis Fernández, acompañado por el presbítero Alcides Suppo, se hizo presente en el lugar para contemplar lo sucedido y hablar con las personas que allí se encontraban.
La Iglesia en estos casos y otros similares pide que, con prudencia y mesura, se juzgue el acontecimiento con el objetivo de brindar luz y dar certeza de lo sucedido.

A lo largo de la historia, la Iglesia ha recibido el testimonio de la presencia real y substancial de Jesucristo en la eucaristía, bajo esta forma tan singular de manifestación. Los casos no han sido nada comunes ni sencillos de discernir.

Por tal motivo, siguiendo el procedimiento recomendado por la Iglesia, cuerpo de Cristo, nuestro obispo ha retirado de la exposición pública la hostia en cuestión, reservándola convenientemente. De este modo, se inicia el camino de discernimiento necesario para que, a su debido tiempo, se llegue a conclusiones ciertas.

Cualquiera sea el resultado de tal investigación, debemos utilizar este tiempo para renovar nuestra fe y devoción en el milagro más grande: la presencia real de Jesucristo en cada celebración de la misa.
Conforme se vaya haciendo la investigación correspondiente, se darán a conocer las conclusiones. Mientras tanto, se recomienda la prudencia y el respeto del caso, del lugar y las personas que fueron testigos de tal acontecimiento, especialmente teniendo en cuenta que se trata de un lugar que requiere el silencio y la sobriedad como parte importante del proceso de quienes allí habitan y trabajan. Invitamos a poner la mirada creyente en el Misterio Pascual que celebramos en estos días, centro de nuestra fe, y que acompaña de manera cotidiana el caminar de nuestro pueblo.

Vía: El Tribuno

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