No te pierdas por el otro

Ocurre que, por amar, muchas veces creemos debemos seguir ahí como soldaditos cumpliendo con lo que al "otro" no le haga daño

Opinión18/08/2018 Sonia Iris Menéndez
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Posdata Digital | Argentina

Por Sonia Iris Menéndez | Counselor |Consultora en comunicación |Posgrado en despliegue y desarrollo personal |Escritora 

Ocurre en diferente tipos de vínculos o relaciones. Intentamos enfocarnos en parejas.
Una de las partes se brinda de tal manera que llega a enfermarse. Si, se enferma por dar, estar, ser, aguantar, soportar, perdonar, etc. 
Ocurre que, por amar, muchas veces creemos debemos seguir ahí como soldaditos cumpliendo con lo que al "otro" no le haga daño. Mientras, eso que no queremos para el otro, comienza a girar hacia nosotros, se acerca, nos respira en la cara, se nos plasma en el cuerpo, en el corazón, en el alma. Y como somos "buenos", seguimos sosteniendo lo que ya no tiene vida, lo que ya no es una relación de pareja. 
El tiempo pasa, la vida  pasa y, como autómatas, no hacemos nada; como acomodados en zona de confort preferimos "negociar" nuestros latidos; como tontos apostamos a que el otro se dará cuenta pronto que valemos mucho y merecemos nos vea, atienda, cuide y sea sincero, sobretodo anhelamos esa sinceridad, esa frontalidad de que nos mire a los ojos y se muestre ya sin caretas.
Pasan los días, meses, años y nada cambia. Todo sigue igual (o peor). Nos enfermamos más y más. Llegamos a aumentar las dosis de ansiolíticos, anti depresivos, etc. Dejamos de sentir deseo sexual. Rechazamos el contacto con el otro. Nos pasan tantas cosas como voces del NO y aún así, seguimos estando allí, en el lugar de cómodos o víctimas o crédulos...
Y no cambiamos. No hacemos nada por la persona más valiosa que es quien somos. Tememos a la soledad, a los momentos helados en los que necesitamos un abrazo, un mimo, alguien ahí (aunque conscientes de que no es un buen amor, que es presencia de ausencia). Otras, alguien que nos adule, que nos diga que somos geniales, que nos admira, que nos agradece todo lo que les brindamos, etc, etc. ¿Para que? ¿Realmente creemos lo que nos diga será  genuino? Estamos sinceramente convencidos nos es honesto? 
Lo sano es no transformarnos en hipócritas con nosotros mismos, no mentirnos, no herir nos con lo que ya sabemos es mentira.

El desamor es cruel. El desamor duele y taladra el alma, la desgarra. El desamor vacía de energía a quien se abre y alimenta a quien dice quererte mirándose el ombligo.
Nos niegan todo el tiempo y si te atreves a decirlo la única respuesta que lograrás es :no, no es así, yo te amo más que a nadie en mí vida y me duele tu dolor y te admiro y quiero que de una buena vez por todas sepas que estoy agradecido por todo lo que hiciste por mí y...bla...bla...bla...

También, podrás vivir la experiencia de ver la bancarrota de tu autoestima dado que el otro es experto en derrumbarla, muy astuto en su manera de convencerte que eres responsable de caer tan "bajo"...si, bajaste vos, el otro te admira y ama y ...¿recordás? Olvídate que te ayude a desplegarte como persona, que ame verte crecer en tu carrera, trabajo, etc...hará lo imposible para competir contigo, y si puede hasta anularte. Pero te admira, ¿ok? Y te ama, ¿ok?

 ¡¡¡Son e g o í s t a s!!!! ¿Entendés?

Un resúmen que, sin duda, llegará a tocar a muchos seres que padecen la enfermedad de pagar costos altísimos por tener a perejiles a su alrededor pero que jamás se ofrecerán a darle sabor a sus vidas (la tuya, no la de ellos).

Irán por tus heridas
Irán por tu energía, tiempo, ganas, sonrisas, buena onda
Irán por tus bienes materiales
Irán por tu belleza hasta volverla opaca, triste, insípida, vieja.

Irán por tu vida...Y una sola palabra como Basta descolgada de tu boca pero nacida en tu alma, corazón y mente, harán que agradezcas su paso en tu camino, sus lecciones, digas adiós sin rencores y te salves.

Quizás te abraces y perdones por la pérdida de ti mismo y te reencuentres.

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