La revolución poética

Ayer fuimos miles publicando nuestros poemas. 2896 miembros en total, desde que el grupo del festival se volvió virtual por la pandemia.

Opinión - Sin ojos que los miren 14/07/2020 Juan Botana
2do Festival de Poesía en el Basa 2
Foto: J. Botana

POSDATA Digital Press | Argentina

Lic Juan Botana Por Juan Botana | Lic. en comunicación | Escritor | Poeta

Ayer fuimos miles publicando nuestros poemas. No lo digo yo, lo dicen las estadísticas del grupo de facebook @festivaldepoesía. 2.000 publicaciones en un día. Hora de más actividad: 18 hs. 2896 miembros en total, desde que el grupo del festival se volvió virtual por la pandemia.

La misma estadística indica otras cosas también, que los miembros más participativos en los últimos 28 días son:

Silvy Boiart, Cristy Elena, María Margarita Pérez Vallejos, Manuel Kantore, Sabrina Caballero, Osvaldo Dardo Vélez, Pablo Funes, Marilyn Zumbo, María Esther Fernández y Carmen Antonieta Peña Díaz. Que hay más mujeres que hombres.

Que los principales países que participan son: Argentina 2.012, México 147 Colombia 135, España 84, Chile 64, Uruguay 61, Venezuela 53, Perú 53, Estados Unidos 27 y Brasil 20.

Y que las principales ciudades que intervienen son: ciudad de Buenos Aires 778; Lanús, provincia de Buenos Aires 70; Córdoba, provincia de Córdoba 70; La Plata, provincia de Buenos Aires 69; Rosario, Santa Fe 48; Montevideo, Uruguay 42; Santiago de Chile, Chile 38; Chivilcoy, provincia de Buenos Aires 37; y Monterrey, Nueva León, México 34. Y hasta parece el anuncio de una gira poética.

Y todo esto, no lo imaginó Mara Cocco el día que apareció en la Sociedad Pescopaganesa con su bombo y un par de poemas a cuestas y registró en fotos y video este 3er festival virtual de poesía. Ni Marta Albarracín ni Raúl Ezcurra. Ni el Círculo Literario Varelense tan bien representado por María Rosa Fernández, Liliana Fresco y Emanuel Fiorentini. Tampoco Sil Pérez cuando nos conocimos en el Museo Americanista. Mucho menos Gabriel Díaz, cuando nos vimos por primera vez en la Biblioteca Alberdi en Remedios de Escalada, convocados por el Municipio de Lanús por el Día de la Poesía y estábamos él, su mujer y yo. Y le conté que en ese mismo lugar iba a presentar un libro de poemas.

Pablo Funes tal vez creyó, cuando se cruzó la ciudad de Buenos Aires de Floresta a Constitución y en tren a Lomas de Zamora y después 20 cuadras, cerca de la cancha de Los Andes y se presentó en una tertulia poética con su tablet y puesta en escena. A lo mejor Gabriel Ochoa también, que casi viene a esa tertulia y después nos conocimos en la SADE viru viru mediante. Y tantos otros y otras que recuerdo de la primera hora. Y en especial, Edgardo Solano, que me puso en la tapa del diario La Unión sin conocerme aún o por mi currículum previo a esto o por alguna sospecha.

Tampoco lo imaginaron todos los que me brindaron lugares para hacer los festivales: la Biblioteca Alberdi, que esperaba la presentación de un libro y le caí con un festival; el Museo Americanista desbordado de gente y después a las autoridades y a algún que otro municipal no le cayó del todo bien la convocatoria abierta. La Pescopaganesa sí, y si no fuera por una lluvia torrencial, las 80 personas que había, hubieran sido 200. Mi agradecimiento especial a Mario Serrano y a todos sus amigos y familia.

El Macsur sólo me permitió hacer la presentación de mi libro con invitados y fueron muchos y muy buenos. Y la idea de ir ahí quizás se la debo a Rocío Valdez. Ahí conocí a Marcelo Saraceno y hasta vino Alejandra Segura. La SADE por un contacto que tengo no me controló y el auditorio explotó en todas sus formas. Lo mismo pasó con el Espacio Lezama Arte, donde yo trabajo arriba. 

Lo del BASA en cambio, salió de casualidad; Mabel Gagino insistió para que lo hiciera. Yo estaba de vacaciones y volví especialmente para hacerlo y ni siquiera sabía que en vez de adentro -como me habían ofrecido- íbamos a hacerlo afuera. Y a los pocos días hicimos otro al aire libre con la misma magia del primero y después música mediante se cayó. Y Gabriel Maugeri me habló del Oveja Roja y allá fuimos y también se llenó. Y desde el coronavirus andamos con los festivales virtuales aguantando la contienda. 

Nadie lo imaginó. Acaso Susy Rebequi que confió y vino a todos los festivales con paciencia; y Elsy Vega, que desde el principio quería que hiciéramos cosas juntos y me ofreció gentilmente su espacio y terminamos en aquella tertulia poética. 

Porque las cosas no se imaginan se hacen. Sin embargo, desde que trabajo de casa por esto de la cuarentena y juego la mayor parte del día con mi hija de 5 a lo que sea –aclaro que antes también jugaba todo el día- mi imaginación se abrió más de la cuenta. Y ahora sueño con llevar los festivales al interior del país, a otros países – tomando como referencia las estadísticas del grupo del festival de poesía- también a las calles, a las plazas, a los trenes, a los subtes, a los bares y a todos los lugares que quieran y puedan. Como una especie de revolución poética. 

Pero no me hagan caso, estoy soñando. O quizás me dejé llevar por la publicación de ayer, de más de 2.000 poemas.

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