¿Hay reglas para escribir relatos de ciencia ficción?
Todos los que escriben gustan de saber cómo lo hacen otros. Al menos eso creo yo.
Opinión - Desde mi punto de vista20/08/2020 Luis García Orihuela
POSDATA Digital Press | Argentina
Escribir, lo que se dice escribir, yo diría a priori, que reglas para escribir relatos de ciencia ficción (o de cualquier otro género literario), no las hay. ¿Por qué habría de haberlas? ¿En dónde reside el truco en mi pregunta? Omití el poner en la pregunta ‘¿HAY REGLAS PARA ESCRIBIR BUENOS RELATOS DE CIENCIA FICCIÓN?’. Aquí ya, entramos en harina de otro costal. Y como diría nuestro querido Don Quijote “Con la iglesias hemos topado”, amigo Sancho. Lo bueno, rara vez resulta sencillo o a nuestro gusto sin más. Siempre conllevará sangre, sudor y lágrimas.
MISTERIOS
Casi que de seguro siempre resultará un misterio el saber o descubrir cual fue la posible causa que origino el que una obra literaria alcance la cima y sea editada en decenas de idiomas así como que alcance figurar entre los puestos de las obras más vendidas.
¿Cuál es el secreto? ¿Lo hay?
De todos es sabido ( o eso creo), que las editoriales tienen mucho que decir en todo estoy también mucho que callar respecto a sus métodos editoriales.
Una marca de coches de competición de carreras, o de motocicletas, pongamos por caso, tienen corriendo en su nombre toda una plantilla de profesionales, pero antes o después se decantan por promover a bombo y platillo a unos pocos o incluso a uno sólo. Esto mismo lo podemos trasladar a las editoriales, y no sólo a ellas. Podemos ampliar el círculo e incluir esa táctica de ventas a los países. Todos los países quieren gozar de publicitar al munto entero de sus insignes talentos en cualquiera sea la disciplina. Ojo, esto no quiere decir que no sean merecedores de dicha promoción, pues siempre será más fácil promocionar dentro y fuera de sus fronteras a unos pocos, que a muchos, amén de que de no ser así, estarían dando a entrever de que todos lus escritores, músicos, directores, etc. todos son igual de talentosos, No, Mejor unos pocos.
Si nos vamos a las biografías publicadas —y autobiografías (siempre más interesantes si están escritas con sinceridad)— veremos que se dan en sus consejos ciertas coincidencias, pero que estas no son relevantes ni veladoras. Nos podremos encontrar con que ciertos autores nos dicen que hay unas horas determinadas en dónde les es más fecundo el escribir y la dama inspiración es más condescendiente con ellos. Otros sin embargo optan por trabajar de noche o levantarse temprano y dejarlo sobre las seis de la tarde. Incluso nos encontraremos con autores que su “método” consiste según ellos mismos en escribir diariamente un número de páginas diarias ( o un total de palabras) Qué nadie se asombre. Esto es así.
Quiero escribir un relato. ¿Qué hago entonces?
Visto lo visto, “cada maestrico tiene su librico”. Así decimos aquí para indicar que cada uno tiene una forma de hacer, un método propio.
En mi caso en particular, tomé la decisión de ir probando y desechando sistemas. Como decía Julio Cortázar, una idea la comienzas y ya queda en la cabeza,. No importa el tiempo que transcurra hasta que vuelvas a retomarla, Cuando lo hagas ahí estará, sin importar hayan pasado años desde que escribiste las primeras líneas. Me pasa lo mismo que él decía. En este año 2020 estoy cerrando historias que comencé a escribir hace años, algunas hasta siete años atrás. Unas veces parece una buena idea, y luego al comenzar a desarrollarla veo que no era tan buena como pensé, incluso que va a requerir de tiempo para como el buen vino, madure y tome cuerpo.
EL COMIENZO
Obviamente, el comienzo se remonta a mucho antes de comenzar a escribir. Puede ser un tema que nunca he tratado y que de pronto siento interés, apetencia por enfrentarlo. Otras en cambio, y estas son las más de las veces, opto el hacer una historia simplemente por un título que me ha venido a la mente: “Aquella casa alejada de la mano de dios”, “Tienes un mensaje nuevo”, “Deathman” “El hombre que compraba tiempo, o “El hombre simétrico”, por citar alguno de ellos.
Las terroríficas primeras líneas, “El incipit”, es algo a lo que presto mucha atención, me parece fundamental el hacerlo.. Lo comparo con una caja de bombones o la portada de un libro; si no nos entra por los ojos, no la compraremos. Es como colocar los ingredientes de una comida bien presentados y con el plato con los bordes bien limpios.
¿DE QUÉ TRATARÁ LA HISTORIA?
Tener aunque sea una breve idea de a dónde queremos llegar y qué extensión (al menos en principio) tenemos pensado en darle a nuestro relato, nos va a ayudar en mucho. Por ejemplo, si pensamos en un micro relato (100/200 palabras) lo adecuado será una idea sencilla (normalmente un solo personaje y narrado en primera persona). Un relato corto, o breve, de unas pocas páginas, deberemos de partir ya con ese conocimiento de pensar en un guión con pocos personajes (2 o 3 lo veo ideal), una novela requiere de muchos personajes (algunos escritores señalan una cifra estimada de un mínimo de 50 personajes)
SI ES UN RELATO FUTURISTA, ¿HACE FALTA DOCUMENTACIÓN?
Efectivamente. Diría que incluso más que en cualquier otro género, si dejamos aparte el género histórico, que obviamente requerirá de unos datos contrastados y sin ningún tipo de lagunas. Coincido pues con los autores que proponen darle forma a un supuesto ilógico e irracional dentro siempre de una situación real y creíble, es decir; la historia, de una u otra forma a de parecerme cercana, conocer cosas (al menos algunas) que me permitan formar parte de ella, integrarme en un mundo sin importar que la idea inicial pueda parecer o ser muy disparatada. Para el escritor será siempre una prueba de análisis y deducción.
¿Un ejemplo?
Suelo partir a la hora de iniciar un relato con el pensamiento interrogativo:
¿Qué ocurriría si pasara tal cosa dentro de tantos años?
¿Qué haríamos? (nosotros o nuestros protagonista-héroe)
“IDEA: en el año X la necesidad de tener que estudiar carreras universitarias, aprender idiomas, realizar cursos específicos para encontrar trabajo, etc. de pronto deja de ser necesario. Los gobiernos proveerán a sus ciudadanos de la implantación gratuita de un chip en su cerebro que les dará acceso al conocimiento que necesiten obtener en cualquier momento para la buena realización de su trabajo, de su vida laboral”.
Con tan solo 67 palabras ya tenemos un punto desde dónde partir.
¿Queremos tenga acción nuestro relato?
Podríamos tratar esta idea desde un punto de vista meramente de la aceptación, o no, por parte de los ciudadanos. Podría haber grupos políticos que se manifestaran en contra abiertamente o bien actuaran desde la sombra para impedir su uso e implantación en la sociedad. Otra faceta a abordar, podría ser, la aceptación o no, de las distintas religiones en el año X. ¿verían bien se manipulase la mente humana? Podríamos igualmente contemplar estos mismos valores desde la creencia conspiranoíca de grupos antigobierno radicales o terroristas, que pensarían es un sistema ideado para controlar nuestras emociones mediante ese chip, y así, saber lo que pensamos o vamos a pensar en un futuro o nuestra intención de realizar un acto determinado (¿asesinato?). ¿Me dejo algo? Por supuesto, por ejemplo el mercado negro. Probablemente, sea el año que sea al que nos remontemos, nos encontraremos casi con certeza con los que especulan y comercian con todo. Los chips implantados podrían ser pirateados, estropearse, requerir de un mantenimiento muy caro que nos obligase a buscar otras vías de actualización de esas aplicaciones, y así, un largo etc.
Esta idea no estaba preparada. Ha surgido así conforme la redactaba. Como creo ha quedado constancia, se trata de crear un escenario general como hemos descrito y añadirle tan solo un detalle que hace o puede hacer que todo cambie. Ya desde ese punto de inicio, es ir visualizando en nuestra mente escenas y matices a la historia que dependerán de la extensión que deseemos darle.
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