Día Mundial de la Paz

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“Interdependencia, prosperidad mutua y valores universales”, fue el marco de la celebración del Día Internacional de la Paz 2020, el 23 de septiembre vía zoom. El primer premio en poesía correspondió a “Galope de mariposas”, de José Luis Hernández Castellanos (La Habana – Cuba); y “Mi paz, tu paz” de Mirta Nancy Almassio (Necochea - Provincia de Buenos Aires – Argentina). Sendos poemas fueron distinguidos en primer término, ponderando la importancia de compartir más que competir como mensaje central de esta propuesta en perspectiva de cultura de Paz.

La celebración intercultural-interreligiosa comenzó con dos números artísticos, también presentados al Concurso: “Imagino”, un tema musical interpretado por Osvaldo Sanguinetti (Mercedes - Provincia de Buenos Aires – Argentina); y “Soy paraguaya mujer gloriosa”, una danza del Instituto de Arte La Victoria, que dirige la Embajadora para la Paz Lidia Victoria Giménez Amarilla, de Asunción, Paraguay. Luego continuó una sección interreligiosa guiada por la Embajadora para la Paz Jackeline Giusti, coordinadora del Movimiento Pacis Nuntii e integrante de la Mesa de Diálogo Interreligioso y Cultura de la Paz de Santa Fe. De esta Mesa ofrecieron oraciones o reflexiones Luciano Rossi, estudiante gnóstico; Iosy Przepiorka, seminarista de la comunidad Judía de Santa Fe; el padre Alejandro Saba, de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa de Antioquia; el Imam Marwan Sarwar Gill, presidente de la comunidad Ahmadia en Argentina; y Mónica Levrino, directora de Asuntos Públicos de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Se sumó a las invocaciones desde Quetzaltenango, Guatemala, Audelino Sac Coyoy, Ajq’ij Maya K’iche, “contador del tiempo maya”, de Xelajuj No’j. Yndabor del Valle Sayavedra, director de la Federación de Familias en Santa Fe y referente de UPF en Santa Fe, cerró con palabras alusivas esta sección, que como en años anteriores contagió un espíritu fraterno.

 

Galope de mariposas 

…Y es cuando aparece mi voz, 

o la tuya, o la entera fragancia instituida 

por el pétalo labrado; 

y es esa selva silente que salta 

al precipicio delicado, al cuenco 

de las alas benditas con sus colores, con sus 

disímiles colores carnales, con sus eternos avatares 

de luces galopantes.

  

¿Por qué el amor 

tiene un precio, tiene un extraño, bárbaro e ilegítimo 

precio instaurado por el tornado oscuro, por 

la oscura silueta de la infamia? 

¿Por qué tú no puedes ser yo, 

si ambos somos bañados

por la gravedad? 

¿Por qué

el mar se ahoga, se amonesta, lagrimea 

en tanto la espuma se mancha 

de tantas y odiosas 

osadías?

 

                          Hoy la mañana llora porque nadie narra sus dolores;

hoy el rocío se hiere porque la sequía

viene con la herida de las confabulaciones;

hoy necesito tu mano para juntarla

al claustro de la mía;

hoy es todavía verde nuestro cielo porque

la sangre se ha puesto delante de la aurora;

hoy busco la felicidad 

en tanto el alba sale del horizonte para alcanzar su propia magia. 

¿Y tú, qué haces con el alba?

¿Qué haces mientras el río corre su voz hasta el final

sin lastimarse la garganta?

 

 José Luis Hernández Castellanos (La Habana – Cuba)

 

 

Mi paz, tu paz 

Inmaculadas, ondulantes, 

Rítmicas, níveas. 

Acompañan el devaneo 

de las soledades y la indulgencia.

 

Imparten calma, esa calma 

que implora, de vez en cuando, el alma. 

Y de repente, 

la veo, en esa ola, zambullirse, 

y fragmentada la ilusión 

en infinitas gotas saladas, 

se esparce sobre la arena 

entibiecida.

 

Serán las gaviotas, 

las que descifren 

fragmentos de un todo 

atormentado por el juicio. 

Será un niño, 

quien con palita y balde, 

recoja los deshechos 

de la ilusión cristalizada. 

Será el mismo mar 

quien los rescate, náufragos de amor 

y desencuentros 

Y arme rompecabezas, gota a gota.

 

Serenas, altivas, eternas, impetuosas. 

Acompañan la quietud 

de los indómitos pensamientos. 

Suspiro de resignación y consuelo 

que inspira la brisa 

acompañada por el viento.

 

Los miedos embarcan

 hacia alta mar, hacia otro puerto 

y la esperanza retoza 

enamorada del mar, en sus orillas.

 Inmaculadas, ondulantes, rítmicas, níveas 

Acompañan el devaneo 

de las soledades y la indulgencia 

Y respiran expectantes, tu viento y mi cielo 

hasta que pasen los días de aislamiento.

 

Mirta Nancy Almassio (Necochea - Provincia de Buenos Aires – Argentina)