Mujeres astronómicas: las “Computadoras de Harvard

Reconocidas por su gran habilidad con los números y sus enormes aportes a lo que hoy conocemos como el espacio.

Cultura - Sucesos históricos 18/06/2021 CVA  Producciones Integrales CVA Producciones Integrales

Mujeres astronómicas-POSDATA

POSDATA Digital Press | Argentina

Si existió un grupo de mujeres que realmente aportó al mundo de la astronomía, definitivamente fue aquel que se conformó entre 1877 y 1918, el cual incluía a grandes mentes que trabajaban para el Observatorio de la Universidad de Harvard. A estas mujeres las llamaban las “Computadoras de Harvard” por su gran habilidad con los números y sus enormes aportes a lo que hoy conocemos como el espacio.

Pero, ¿cómo empezó a organizarse esta agrupación? Pues todo empezó gracias a un cuarto director del Observatorio: el astrónomo Edward Charles Pickering.

Pickering tuvo la idea de reunir a varias mujeres para analizar placas fotográficas del cielo nocturno. Tomando en cuenta la gran diferencia de salarios, en donde las mujeres podían ganar la mitad del salario sus homólogos hombres por llevar a cabo el mismo trabajo, muy probablemente esta haya sido la motivación que tuvo Pickering para decidir contratarlas.

El trabajo de estas mujeres era obtener los datos sobre el espacio de forma manual. Para ello, analizaban placas fotográficas del cielo nocturno y realizaban cálculos basándose en ellas.

Habían tres trabajos principales: el de las mujeres que calculaban, conocidas como “computadoras”; el de las “observadoras”, que, como su nombre lo indica, simplemente observaban; y el de las que recopilaban todos los datos obtenidos, a las cuales llamaban “registradoras”.

Sin embargo, si bien fue Pickering quien contrató a las mujeres, la persona que le recomendó hacerlo fue Maria Mitchell, la primera profesora estadounidense de Astronomía que, años después, se convertiría en directora del Vassar College. Ella se encargaba de formar a mujeres para que estas se convirtieran en profesionales, y gracias a este trabajo se dio cuenta de que ellas eran más hábiles llevando a cabos trabajos tediosos que requerían de mucha paciencia.

Mitchell siempre abogó por que estas mujeres recibieran el mismo salario que el de sus contrapartes masculinas, pero aún así, no fue escuchada. Sus salarios iban de 25 a 50 centavos la hora ─menos de lo que cobraba un oficinista─, mientras que los hombres recibían hasta 250 centavos por el mismo trabajo. Sin embargo, su poca remuneración nunca les impidió trabajar de la forma más eficiente posible, ni hacer grandes aportes a la ciencia.

Grandes mujeres y grandes historias

De izquierda a derecha: Ida Woods, Evelyn Leland, Florence Cushman, Grace Brooks, Mary Van, Henrietta Leavitt, Mollie O’Reilly, Mabel Gill, Alta Carpenter, Annie Jump Cannon, Dorothy Black y Arville Walker, Frank Hinkely y Edward King. Crédito: Harvard University College. Fuente: Instituto de Astrofísica de Canarias

La primera mujer en ser contratada fue Williamina Fleming, una sirvienta de Pickering que comenzó a trabajar con el astrónomo luego de que su esposo la abandonara. Dentro de sus grandes logros destacan el descubrimiento de la Nebulosa de la Cabeza del Caballo y, por si fuera poco, elaboró el primer Catálogo Draper de espectros estelares. Calificó 10.351 estrellas en 17 categorías y fue la primera que propuso la utilización de letras para la clasificación de las estrellas.

En 1895 entró al grupo Henrietta Swan Leavitt, quien se había formado en el Radcliff College y se terminó de unir 7 años luego de que comenzara a trabajar en el Observatorio como voluntaria. Su trabajo era comparar estrellas variables y determinar el brillo de las mismas, por lo que no nos sorprende que haya descubierto aproximadamente 2.400 estrellas variables. En 1925 fue nominada para el Premio Nobel, pero lamentablemente había fallecido cuatro años antes debido al cáncer.

Williamina Fleming, la primera de las “Computadoras de Harvard”

Otra egresada del Radcliff College fue Margaret Harwood, quien se convirtió en la directora del Observatorio Maria Mitchell en Nantucket, Massachusetts. El gran aporte que le hizo a la ciencia fue ignorado en la época y ocurrió en en 1917, año en el que descubrió un asteroide. Sin embargo, el crédito por el hallazgo se lo dieron al astrónomo George H. Peters, quien lo vio cuatro años más tarde que Harwood.

Cecilia Payne-Gaposchkin también fue uno de los personajes relevantes en este observatorio. Ella era una británica que había viajado a Estados Unidos para hacer un doctorado en Astronomía y terminó convirtiéndose en la primera mujer en obtenerlo en Harvard. De hecho, su tesis aún hoy en día es considerada como una de las más brillantes de la historia de la Astronomía.

Cecilia Payne-Gaposchkin, una de las “Computadoras de Harvard” y la primera mujer en obtener un PhD en dicha universidad

Otra de las grandes mentes de esta agrupación fue Annie Jump Cannon, una mujer que creó un sistema de clasificación estelar que consiste en las letras O, B, A, F, G, K, M para organizar las estrellas de las más calientes a las más frías. Por otro lado estaba también Florence Cushman, quien estuvo en el trabajo por más de 50 años y colaboró con Cannon en la observación y clasificación de estrellas para el catálogo Henry Draper entre 1918 y 1934.

Así como ellas, muchas otras grandes mujeres ocuparon cargos en el Observatorio. De hecho, fueron más de 80 las que colaboraron en dicha institución, y tal como lo menciona Alejandra Rueda Moral en su artículo del Instituto de Astrofísica de Canarias, estas “son sólo una pequeña parte de esas científicas que reclamaron el lugar de las mujeres en la Astronomía”.

Reconociendo su labor

Aunque sus trabajos fueron muy importantes para la ciencia, la verdad es que no habían sido reconocidos como se debía, tal como ha ocurrido en numerosas ocasiones cuando se trata de mujeres haciendo trabajos que se consideraban netamente masculinos. Sin embargo, fue Lindsay Smith, una conservadora del Observatorio de Harvard, que recuperó el legado y el trabajo de estas mujeres gracias a una investigación.

Actualmente, aún se mantienen trabajando para digitalizar toda la información que fue recopilada por las Computadoras de Harvard, pues se trata de una cantidad exorbitante de información. La misma estará disponible en el sistema de datos astrofísicos de la NASA, el ADS, y en la página web del Proyecto PHaEDRA (siglas de Preserving Harvard’s Early Data and Research in Astronomy) demostrando así que el legado de este casi centenar de mujeres se mantendrá vivo en las futuras generaciones.

Fuente:tekcrispy

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