¿Dónde se almacenan los recuerdos?

Sociedad20/07/2022CVA  Producciones IntegralesCVA Producciones Integrales
  

POSDATA Digital Press | Argentina

Por su complejidad, por sus fallos y también por todo lo que nos permite, la memoria es un proceso fascinante. Todos nos hemos preguntado cómo es posible que recordemos aquella tarde jugando en el parque durante la infancia, cómo somos capaces de retener tanta información o dónde se almacenan los recuerdos en el cerebro.

Gracias a ella, podemos revivir nuestras experiencias, usarla para implementar soluciones nuevas o mantener una identidad. Para ello, la memoria codifica información de forma que el cerebro pueda “leerla” y recuperarla cuando la necesite. Pero, ¿dónde la almacena?

El hipocampo y la memoria
El hipocampo es quizá la estructura cerebral que más peso tiene en nuestra memoria. Esta región, ubicada en el sistema límbico, es crucial para la formación, el almacenamiento y la recuperación de recuerdos. De manera más concreta, está relacionada con distintos aspectos de la memoria, cumpliendo más de una función, entre ellas:

 Asociar emociones positivas o negativas a los recuerdos

  • Facilitar el almacenamiento de la información reciente en la memoria a largo plazo.
  • Proporcionar un contexto espacial y temporal a los recuerdos.
  • El hipocampo es el encargado de guardar los recuerdos: es decir, de almacenar experiencias sensibles que hemos obtenido de distintos canales o sentidos -no solo guarda información, sino que lo hace de manera integrada-.
  • Si nos paramos a analizar eso que hacemos de manera cotidiana, nos daremos cuenta de que el proceso es realmente fascinante.

Todos los detalles tienen un papel fundamental, y es que actúan de la misma forma que los tiradores de los cajones: podemos asirnos a ellos para recuperar el recuerdo. Así, cuando escuchamos una canción somos capaces de transportarnos a un momento concreto o cuando olemos un perfume, recordar a la persona de nuestro entorno que solía llevarlo.

El hipocampo es el encargado de guardar los recuerdos, una estructura cerebral que tiene la forma de un caballito de mar.

Dónde se almacenan los detalles de los recuerdos

Como se ha expuesto anteriormente, el papel del hipocampo es incuestionable. Sin embargo, aún existen dudas sobre cómo y dónde se almacenan los detalles de los recuerdos. Esta parte del proceso es esencial, ya que si los rasgos o elementos de un recuerdo no se almacenaran de forma independiente, probablemente solo habría un estímulo que podría evocar ese recuerdo.

Dicho de otra manera, el almacenamiento por elementos permite que los recuerdos se guarden de forma más organizada o clasificada. Como si les pusiéramos una serie de hashtags que nos permitieran acceder a ellos de una forma más sencilla o variada. Por ejemplo, para guardar el recuerdo de ese cumpleaños en el campo, usaríamos las etiquetas #naturaleza #cumpleaños #familia #sol #picnic.

En este sentido, los expertos han planteado dos posibilidades sobre cómo se lleva a cabo este almacenamiento y dónde. Una opción es que el almacenamiento de los elementos esté integrado en el hipocampo, de manera que la activación de neuronas encargadas de codificar estímulos específicos puedan provocar una respuesta del recuerdo global. O bien, que los detalles se almacenen en otras áreas separadas implicadas, que a su vez tienen acceso a la representación conjunta del hipocampo.

Nuevos hallazgos

Estas dos cuestiones fueron planteadas recientemente por un equipo de investigación de la Universidad Rockefeller. Este decidió investigar los circuitos hipocampales y de la corteza cerebral en tiempo real durante la formación, almacenamiento y recuperación de recuerdos complejos. Sus hallazgos, publicados en la prestigiosa revista Nature, han sido realmente reveladores.

Para ello, llevaron a cabo un estudio con ratones en el que tuvieron que utilizar técnicas novedosas que permitieran registrar la actividad neuronal en múltiples áreas al mismo tiempo que los animales navegaban por pasillos interminables.

En estos, los ratones se encontraban con distintas combinaciones de olores y sonidos, que se iban asociando a experiencias gratificantes o negativas. De esta forma, gracias a detectar un olor o sonido concreto, los ratones fueron capaces de recordar toda la experiencia y resolver con éxito la tarea.

Sus resultados han revelado que el hipocampo, concretamente la vía entorrino-hipocampal, estaba involucrada en la formación y el almacenamiento de las experiencias. Sin embargo, encontraron que las características sensoriales individuales estaban siendo procesadas y registradas por la corteza prefrontal.

A su vez, los resultados mostraron que cuando los ratones se encontraban con una característica específica, las neuronas prefrontales se comunicaban con el hipocampo para evocar el recuerdo global.

Los recuerdos complejos se almacenan un todo y se clasifican por partes.

Implicaciones y conclusiones

Estos hallazgos tienen implicaciones teóricas y prácticas. Ahora podemos saber que el almacenamiento de recuerdos complejos se produce como un todo y clasificado por partes. Esta separación supone que exponerse a un estímulo individual sea suficiente para activar la corteza prefrontal y, consecuentemente, evocar un recuerdo.

En cuanto al desarrollo de tratamientos, este descubrimiento podría ser relevante para la enfermedad de Alzheimer, donde la recuperación de recuerdos está más afectada. Así, que existan varias vías de almacenamiento puede contribuir al desarrollo de distintas estrategias de recuperación. Por tanto, el uso de las vías prefrontales para los pacientes con Alzheimer podría ser más prometedor a nivel terapéutico.

En conclusión, aún nos queda mucho por conocer sobre el cerebro y su funcionamiento. En este caso, ahora sabemos que el hipocampo no es el único lugar donde se almacenan los recuerdos. También la corteza prefrontal, implicada en la personalidad o toma de decisiones, entre otros, se encarga de almacenar los aspectos más concretos de las experiencias que vivimos.

Fuente:https://lamenteesmaravillosa.com/

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