Osiris Valdés recibe el premio mundial Cesar Vallejo

Literatura04/27/2025CVA  Producciones IntegralesCVA Producciones Integrales
  

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POSDATA Digital Press | Argentina


La unión hispanomundial de escritores en conjunto a mil mentes por México internacional, con el apoyo de la academia mundial de literatura, historia, arte y cultura. La UNACCC Centro y Sudamérica, de la mano de los organismos adheridos a la alianza de líderes globales, entregaron el premio mundial Cesar Vallejo a favor de Osiris Valdés (Cuba - España - USA). Ratificado con el centro universitario Cever Siglo XXI e instituciones adheridas a la alianza de líderes globales reconociendo sus altas aportaciones en excelencia global. Dando fé en el mundo de su excelente aporte: Carlos Hugo Garrido Chalén, presidente ejecutivo mundial, fundador de la unión hispanomundial de escritores UHE Y Jeanette E. Tiburcio Márques presidenta ejecutiva mundial de mil mentes por México internacional CEO UNACCC LATAM

 

Entrevista

Osiris. Recibir el Premio Mundial César Vallejo es una distinción de alto prestigio internacional. ¿Qué significó para ti este reconocimiento, otorgado por instituciones tan influyentes del ámbito literario y cultural mundial?

—Saludos, José Luis: De antemano, te agradezco profundamente por tus palabras y por el reconocimiento a mi labor. Sabes cuánto te aprecio. Recibir el Premio Mundial César Vallejo ha sido, sin lugar a dudas, una gran alegría en mi camino creativo. Este galardón, avalado por instituciones de gran prestigio en el ámbito literario y cultural internacional, representa para mí no solo un honor profundo, sino también una caricia al alma: una validación simbólica del esfuerzo, de la constancia fiel y de la pasión que he depositado en cada palabra escrita, en cada verso que he entregado al mundo. Es un reconocimiento que trasciende lo individual, convirtiéndose en un impulso luminoso para seguir sembrando belleza, conciencia y arte en este mundo que tanto lo anhela y lo necesita.

—Tu trayectoria abarca tres países —Cuba, España y Estados Unidos—. ¿Cómo ha influido esta riqueza geográfica y cultural en tu aporte a la excelencia global, que hoy ha sido ratificada con tanto honor?

—Vivir en tres países a lo largo de mi vida —Cuba, España y Estados Unidos— ha sido una experiencia profundamente enriquecedora, tanto en lo humano como en lo creativo. He tenido el privilegio de recorrer cada rincón de España, de empaparme de sus paisajes, su historia y su alma cultural, así como de explorar diversos estados de Estados Unidos, cada uno con su propio pulso, su diversidad y su energía transformadora.

Esta travesía geográfica y espiritual ha ampliado mi mirada sobre la vida y sobre el mundo en el que habitamos. Conocer nuevas culturas, dialogar con otras sensibilidades, experimentar otras formas de belleza y resistencia… Todo ello ha sido no solo una fuente inagotable de inspiración, sino también un llamado constante a la apertura, al respeto y a la celebración de lo diverso.

La Unión Hispanomundial de Escritores, Mil Mentes por México Internacional y la Academia Mundial de Literatura, Historia, Arte y Cultura han coincidido en ti como referente. ¿Qué responsabilidad sientes al ser considerada un símbolo de excelencia en el ámbito creativo y humanístico?

Ser reconocida por instituciones tan prestigiosas como la Unión Hispanomundial de Escritores, Mil Mentes por México Internacional y la Academia Mundial de Literatura, Historia, Arte y Cultura es un honor inmenso que abrazo con humildad y con profundo compromiso.

Más allá del reconocimiento en sí, siento una gran responsabilidad. Ser considerada un símbolo de excelencia en el ámbito creativo y humanístico implica estar en constante búsqueda de la verdad, de la belleza y de la palabra que conmueve y transforma. No se trata solo de crear, sino de servir; de tender puentes entre culturas, emociones y generaciones; de alzar la voz por los que aún no han sido escuchados y de sembrar luz donde otros solo han hallado sombra.

Mi vocación artística está indisolublemente ligada al alma humana, y esta distinción me recuerda que cada verso, cada obra, cada acto de creación tiene el poder —y el deber— de elevar, de sanar y de inspirar.

—¿Cuál crees que ha sido el hilo conductor de tu obra y tus acciones, ese elemento esencial que ha inspirado a tantos organismos globales a reconocerte como un referente universal?

—Sin dudas: el amor y la sensibilidad. El amor como fuerza creadora, como impulso que da sentido a lo cotidiano y a lo trascendente. Y la sensibilidad como brújula interna que me permite percibir las sutilezas del alma humana, los matices de la belleza, el dolor silente, la esperanza persistente.

Ambos elementos —el amor que abraza y la sensibilidad que inspira— han guiado mi voz literaria, mi labor artística y mi compromiso con los otros. Creo que esa coherencia entre lo que siento, lo que creo y lo que entrego al mundo ha resonado en quienes, desde diversos organismos globales, me han reconocido.

Porque al final, lo que permanece es la emoción verdadera. Y si algo de lo que he creado ha tocado un corazón o ha sembrado un instante de luz, entonces mi misión ya ha empezado a cumplirse.

Este premio no solo celebra tu trayectoria, sino también proyecta un legado. ¿Qué mensaje quisieras dejar a las nuevas generaciones de escritores, artistas y líderes culturales que al igual que tú sueñan con transformar el mundo?

A las nuevas generaciones de escritores, artistas y líderes culturales que sueñan con transformar el mundo, les diría: jamás dejen de creer en ustedes mismos. Aun en los días grises, aun cuando el eco de sus voces parezca desvanecerse en el ruido del mundo, sigan adelante. Porque dentro de cada ser sensible y soñador habita una fuerza capaz de mover conciencias, de construir puentes, de sembrar belleza en los rincones más recónditos e inhóspitos.

El arte, la palabra, la creación no son meros adornos de la vida: son herramientas sagradas para alumbrar el camino, para resistir, para sanar. Luchen con dignidad, con pasión y con ternura por un mundo más justo, más humano y más luminoso. Que la autenticidad sea su estandarte, y la esperanza su brújula. El legado más poderoso se escribe en las almas que tocamos con nuestra verdad.

Colette fue considerada la novelista que escandalizó a la sociedad parisina. En tus redes sociales compartes algunas publicaciones sobre ella, y en tu segundo libro, El arcoíris de mis deseos insaciables, publicado por la prestigiosa Editorial

—Planeta, S.A.U —la más importante entre todas las editoriales de habla hispana del mundo—, posas en la portada homenajeando la icónica fotografía de Colette. ¿Crees que el arte necesita hoy más que nunca mujeres valientes que, como tú y Colette, abracen su verdad sin pedir permiso?

—Sin duda alguna, el arte necesita mujeres valientes que abracen su verdad. Mujeres que no teman incomodar, que escriban desde las entrañas, que vivan y creen desde la libertad más profunda, desafiando moldes y rompiendo silencios. Esa valentía me conmueve, me habita y me invita a seguir ese mismo sendero de autenticidad sin concesiones.

En El arcoíris de mis deseos insaciables, al posar para la imagen de portada, haciendo homenaje a la icónica fotografía de Colette, quise rendir tributo no solo a su imagen, sino al espíritu libre y poderoso que representó. A esa llama que arde en cada mujer que decide ser ella misma, con todas sus luces y sombras, sin filtros ni miedos.

Hoy, más que nunca, necesitamos un arte con alma, con coraje y con voz femenina. Porque cuando una mujer se atreve a contar su verdad, ilumina el camino para que muchas otras también lo hagan.

—Recientemente, el reconocido escritor, periodista, abogado y crítico cinematográfico español Fernando Alonso Barahona publicó una nota biográfica acerca de ti y a la vez anunciando tu nuevo libro, El diario de Francesca. En él, te muestras aún más atrevida: la imagen de portada te presenta completamente desnuda, apenas cubierta por plumas, en una propuesta visual que fusiona cuerpo y osadía. Se podría decir que eres la novelista que se atreve a escandalizar a la sociedad actual, desafiando los cánones no solo con tu escritura, sino también con tu presencia y voz artística. ¿Qué simboliza para ti ese desnudo, que se ha vuelto mediático y cómo dialoga con el contenido íntimo del libro?

—Ese desnudo no es solo piel: es símbolo, es manifiesto, es arte. Es el acto de presentarme tal y como soy ante la vida y el mundo. Las plumas, ligeras y etéreas, apenas cubren el cuerpo, pero arropan el alma con la promesa de la libertad.

El diario de Francesca explora los rasgos más hondos de la feminidad, el deseo, la sensibilidad y la fuerza. Es un libro que amalgama distintos estilos literarios —un sello que caracteriza mi narrativa— y se adentra, con una sensualidad profunda, en aquello que tantas veces se calla por pudor o por temor. Se escribe desde la entraña, desde el deseo y la piel viva. El desnudo en la portada es una revelación. Es una forma de decir: aquí estoy, soy mía, libre, completa, valiente, real.

Pienso que es necesario cuestionar lo establecido, abrir grietas por donde entre la luz. Y en esa luz, habita Francesca: que no es solo un personaje, sino también una extensión de mí misma y de tantas mujeres que se han atrevido a sentir sin censura, a amar sin moldes, a escribir con garra y con verdad.

Este gesto visual es parte del universo narrativo de la obra: un preludio simbólico que invita al lector a desnudarse también, a soltar los prejuicios, y a sumergirse en una historia donde el cuerpo y el alma dialogan con absoluta sinceridad.

—Permíteme plantearte una pregunta que, sin duda, ronda en la mente de muchos de nosotros cuando te observamos: ¿podrías revelarnos, al menos un destello, de tu enigmático secreto para verte siempre tan joven? En numerosas publicaciones periodísticas anuales —porque seamos sinceros, los medios de prensa son prácticamente tu hogar, siempre estás presente, deslumbrante y vigente—, desde el año 2017 hemos sido testigos de tu impecable presencia con distintos estilos y colores de cabello. Y, sin embargo, en todas y cada una de esas imágenes, pareces exactamente igual: impecable, radiante, eterna. ¿Acaso estás vampirizada? ¿O es simplemente un arte que solo tú dominas? Cuéntanos, ¿cómo haces para conservar esa juventud que parece eterna?

—¡Jajaja! Qué ocurrente y encantador eres, José Luis… No sé si estoy vampirizada, ¡quizás un poco! O tal vez, simplemente, he aprendido a amar la vida con tanta intensidad que ella, generosa, me lo devuelve en forma de luz.

Lo cierto es que estoy inmensamente agradecida. Me esfuerzo cada día por sonreír, por abrazar cada instante como un regalo irrepetible. La felicidad, para mí, es un acto de voluntad y de fe: me despierto con la certeza de que vivir es un privilegio sagrado.

Llevo una vida muy sana: no tengo vicios, bebo muchísima agua, práctico ayunos conscientes, me alimento con equilibrio, hago deporte, y —aunque suene a fantasía— ¡duermo como una criatura mágica! Todo eso, sin duda, ayuda.

Pero si existe un secreto, quizás sea este: me miro con amor, cuido mi alma y me rodeo de belleza. Porque cuando una mujer se siente en paz consigo misma, no hay reloj que logre alcanzarla.

—Osiris, cinematográficamente hablando, posees un rostro profundamente romántico, enmarcado por rasgos exóticos que cautivan a primera vista. Si luces el cabello rubio, podríamos verte como la Marilyn Monroe cubana; con el cabello oscuro, resplandecen tus raíces españolas con majestuosa intensidad. Tienes ese tipo de belleza camaleónica que enamoraría a cualquier director de cine, porque puedes encarnar con igual naturalidad a una figura nórdica, europea, latina o incluso asiática. Cuéntanos, ¿te has planteado seriamente la actuación como un próximo paso artístico? ¿Te ves interpretando personajes que exploren todas esas facetas que tu imagen tan magnéticamente sugiere?

—Desde luego, me encantaría. La actuación es una forma de arte que me fascina profundamente. De hecho, estudié arte dramático y siempre he sentido una conexión muy íntima con la interpretación, con esa magia que permite habitar otros cuerpos, otras almas, y contar historias que trascienden lo individual.

Me atrae especialmente la idea de llevar la historia de Francesca a la pantalla grande y al teatro. Interpretar su personaje sería para mí un acto profundamente simbólico: ella no solo es una creación literaria, sino una extensión de mis propias emociones, de mis preguntas, de mis corajes y mis silencios.

Sería maravilloso encarnarla, darle cuerpo y voz ante el público. Pienso que el cine y el teatro, al igual que la literatura, tienen el poder de conmover, de transformar, de abrir horizontes en lo establecido… Y me seduce la idea de explorar, a través de ellos, todas esas facetas que mi rostro y mi imagen —como dices— pueden evocar, pero que solo el arte puede revelar con plenitud.

—Osiris Valdés, ha sido un verdadero privilegio sumergirnos en la profundidad de tu universo, entre arte, letras y alma desbordante. Para cerrar esta entrevista tan íntima como inspiradora, quisiera preguntarte: si pudieras susurrarle al oído del mundo algunas frases nacidas de tu puño y letra —que definan tu esencia, tu legado y el universo fascinante que habita en tu interior—, ¿cuáles serían esas joyas eternas que desearías dejar grabadas en la memoria del tiempo?

Frases y citas celebres de Osiris Valdés

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Ojalá algún día amanezca un cambio verdadero, uno capaz de silenciar las guerras, erradicar el hambre, disipar la maldad… y sanar todo aquello que jamás debió herir a nuestra humanidad.

No nací para cruzar puentes ajenos, sino para construir los míos con alas de fénix y pintarlos de arcoíris

El amor es el bendito cáliz que transforma cada instante sin salidas en lo dulce de una llama viva.

¿Suegras como Medusa? He tenido algunas. Quizás por eso, cuando llega Halloween, me disfrazo de ella… solo para hacerles un homenaje con estilo.

¿Por qué será que me siento tan yo, tan libre, tan viva, cuando estoy junto al mar? Siempre lo he dicho: en las profundidades del océano —enigmático y misterioso— habita el silencio de la paz que me transforma. Allí, entre corrientes azules y secretos insondables, se encuentra la verdadera belleza.

Entre el carmesí de mis labios y el vértigo sublime de unos tacones, descubrí el arte de conquistar al destino sin pedir permiso. Porque hay días en los que basta un labial de fuego, unos tacones altivos y la certeza de que soy llama… y a la vez, la reina del incendio.

El miedo, en su atrocidad incesante, refrena nuestras vidas cuando somos vulnerables; pero la verdad, en su desnudez luminosa, nos hace libres.

Nací en el infierno… y aún así, brillan mis tacones como fénix entre las cenizas. Cuando no existe el lujo de perder, los logros se convierten en destino. El riesgo no me asusta: es mi amante fiel en cada noche de gloria.

El amor es la fórmula que inyecta al pálpito con más intensidad

La palabra es como un navío en alta mar: surca océanos, alcanza las almas, realza el espíritu o lo quebranta.

Siempre lo supe: cuando la intuición resucita a la inspiración en mi alma poeta —en su forma más sublime y etérea—, sucede la magia. Entonces puedo leer lo que me revelan todos los ojos que me miran y lo que las bocas callan… entre sus sombras y sus luces. Supongo que es mi don… y también mi condena.

Osiris Valdés López

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