
El arte de cosechar lavanda: un encuentro con la esencia de la vida
Vestigio06/05/2025

POSDATA Digital Press| Argentina
Hoy quiero compartir con ustedes mi cosecha de lavanda, un pequeño ritual de conexión con la naturaleza. Sus flores, hojas y ramitas tienen tanto para ofrecer… ¡Desde infusiones relajantes hasta recetas deliciosas y productos para el bienestar!
La naturaleza nos regala momentos mágicos, y hoy quiero compartir uno de ellos: la cosecha de mi lavanda. Desde que comenzó a florecer, su perfume ha llenado el aire, y al podarla, descubrí la belleza de cada parte de esta planta: sus hojas frescas, sus flores delicadas y sus ramitas aromáticas. Separé cada elemento con cuidado, porque sé que tienen mucho para ofrecer.
Propiedades que abrazan el bienestar
La lavanda no es solo un placer para los sentidos, sino también una aliada para la salud. Con su efecto relajante, es ideal para calmar la mente y mejorar el sueño. Sus propiedades antisépticas y cicatrizantes ayudan a la piel, mientras que su poder digestivo alivia malestares estomacales. ¡Un regalo de la naturaleza en toda su expresión!
Productos caseros
- Aceite de lavanda: Macera las flores en aceite de almendras durante 2 semanas. Ideal para masajes relajantes.
- Sales de baño: Mezcla sal gruesa con flores secas y unas gotas de aceite esencial de lavanda. Úsala en un baño caliente para liberar tensiones.
- Velas aromáticas: Agrega aceite esencial de lavanda a la cera derretida antes de hacer velas. ¡Perfuman y relajan el ambiente!
- Infusión relajante: Agrega una cucharadita de flores de lavanda a una taza de agua caliente. Deja reposar 5 minutos y disfruta de sus efectos calmantes.
- Sacos aromáticos: Colocar flores secas en bolsitas de tela para perfumar espacios y ropa
- Baños relajantes: Agregar flores o aceite esencial al agua caliente para reducir el estrés
Usos encantadores para el día a día
Con mi cosecha, preparé pequeños racimos para perfumar los rincones de mi hogar. También reservé flores para infusiones relajantes y experimenté con recetas que llevan su toque especial. ¿Te imaginas unas galletas con lavanda o una limonada con su esencia? Su aroma transforma cada experiencia en algo único y armonioso.
Además, el aceite de lavanda es una joya para el bienestar: con solo unas gotas en un masaje, el cuerpo se libera de tensiones. Y para los momentos de autocuidado, unas sales de baño con lavanda son perfectas para relajar cuerpo y mente.
Un encuentro con lo natural
Cosechar mi lavanda ha sido mucho más que un proceso: ha sido un instante de conexión con la tierra y sus bondades. Cada flor y cada hoja tienen un propósito, un potencial para compartir bienestar.
Si alguna vez te encuentras con una planta de lavanda, anímate a descubrir todo lo que puede ofrecerte. La naturaleza siempre nos habla, solo hace falta escucharla.
Crédito: Imágenes de nuestra cosecha propia | Posdata digital press

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