
Ella es amable; siempre golpea mi puerta para pedirme un poco de azúcar
Foto:misions cuatro
POSDATA Digital Press | Argentina
Por Sil Pérez | Escritora | Poeta | Miembro directivo de SADE (Lomas)
Publicación original|08/03/2019 en el Día de La Mujer
SUEÑOS DE UN TUMULTO INQUIETO
Y tus manos cubrieron
las llamas de tus huesos.
Y un amanecer rotundo
golpeó tu mirada,
y un cielo de sal
se instaló en tu mejilla.
Y la conquista
fue el extremo
de tu frontera.
Arterias ardientes
clamando por tus venas.
Fue el destino
quimera
que la ceniza cubrió.
Hoy tu silueta desafía al tiempo,
y altiva se desliza
por arenas de terciopelo.
No habrá tempestad
que azote tu cintura.
¡Nunca más muñecas rotas
en el rostro turbio
de la memoria!
Hoy sueltas tus cabellos
al viento,
y al galope firme
de tu honra
devoras escombros
implacables
de titanes muertos.
Así mujer te recuerdo
sangrando sed
y azotando sueños
en un tumulto perdido.
Hoy la historia
recoge tu virtud
y tu gloria.
Ella es amable; siempre golpea mi puerta para pedirme un poco de azúcar
Aquel día y con apenas veintidós años, Victoria sumó a su vida el riesgo de una observación desprejuiciada.
Cada vez que llego a la estación, los días se detienen. Tal vez porque allí siempre está él, con su figura apacible y abismada.
De capturar el mundo... a cambiarlo con la mirada.