Así es como los discursos de odio incitan acciones de violencia

Los expertos recomiendan analizar cuidadosamente los discursos a los que estamos expuestos y analizar críticamente sus contenidos.

Sociedad 06/04/2019 CVA  Producciones Integrales CVA Producciones Integrales

Hitler. Foto: tekcrispy.com

Posdata Digital | Argentina

Para nadie es un secreto que las palabras influyen sobre nuestro comportamiento. En este sentido, se ha observado con preocupación cómo los discursos de odio provenientes de distintas fuentes tienen el potencial de desencadenar importantes actos de violencia.

Así, dada la facilidad con la que se transmite actualmente la información, investigadores de todo el mundo se han dedicado a estudiar este fenómeno. El objetivo último es comprender cómo el lenguaje influye sobre nuestra conducta, a fin de evitar que esto sea utilizado para hacerle daño a los demás.

El lenguaje tiene el potencial de incitar acciones de violencia

Foto:tekcrispy.com. 

Indudablemente, el lenguaje tiene un gran poder. Así, desde elocuentes discursos hasta estímulos aparentemente insignificantes, como un meme, tienen el potencial de influir de forma importante sobre el comportamiento de las personas.

En atención a esto, se ha observado que la transmisión de discursos de odio, aumenta las probabilidades de que los espectadores se involucren en actos de violencia. Para explicar esto, los expertos han desarrollado una teoría llamada “la teoría de la simulación”.

Esta teoría plantea que el procesamiento cerebral del lenguaje se traduce en la activación de los mismos mecanismos sensoriales, motores y emocionales a los que hacen alusión las palabras o significados a los que estamos expuestos. Este proceso hace que las palabras se conviertan en acciones. Es decir, las palabras simulan situaciones reales.

Por ejemplo, se ha demostrado que cuando las personas leen una frase tal como “se tomaron de la mano mientras caminaban en la playa durante la noche”, se activan los sistemas cerebrales asociados a ese comportamiento.

Específicamente, se puede observar una activación tanto de los mecanismos motores relacionados a caminar como de los sistemas sensoriales asociados a la percepción de estímulos externos. En la misma línea, estudios han evidenciado que cuando las personas leen palabras como “lamer” o “patear”, se activan los circuitos neuronales asociados a estas acciones.

En pocas palabras, tan solo leer unas frases o escuchar un discurso, activa las mismas áreas cerebrales asociadas a la actividad a la que se hace alusión a través del lenguaje. Por tanto, los discursos de odio tienen el potencial de generar un estado de hostilidad en los individuos que los hace más propensos a involucrarse en acciones violentas.

Nuestro cerebro procesa las palabras como si fuesen acciones reales

Tradicionalmente, el lenguaje se analiza como un conjunto de palabras y reglas que nos permiten transmitir ideas. Sin embargo, las ideas pueden convertirse en acciones, lo que le confiere un gran poder al lenguaje.

En este sentido, se parte de la premisa de que el procesamiento del lenguaje depende de los mismos sistemas neuronales asociados a la conducta, la percepción y la emoción. Por tanto, el procesamiento del lenguaje conduce a la activación de los mismos sistemas cerebrales que se relacionan a experimentar en la vida real las palabras que describen las acciones.

De esta manera, el lenguaje tiene la capacidad de evocar estados emocionales en los individuos que los hace más propensos a involucrarse en determinados comportamientos. Entonces, ante discursos de odio, las personas procesan el lenguaje como si estuviesen viviendo realmente la situación descrita, lo que genera estados de malestar que pueden desencadenar acciones de violencia.

Además, todo esto adquiere mucho más poder cuando el discurso es repetido constantemente a través de distintos medios. Sin embargo, esto no es algo inevitable.

Para evitarlo, los expertos recomiendan analizar cuidadosamente los discursos a los que estamos expuestos y analizar críticamente sus contenidos. La idea es identificar el objetivo de los interlocutores y tomar una postura crítica en torno a lo que intentan transmitir.

Fuente:www.tekcrispy.com

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