Karl Landsteiner, el Nobel que revolucionó las transfusiones de sangre

Ciencia 20/09/2021 CVA  Producciones Integrales CVA Producciones Integrales
  

POSDATA Digital Press | Argentina

Uno de los grandes avances médicos que permitieron salvar muchas vidas en el mundo fue el de las transfusiones de sangre. Pero para poder llegar a ellas, los científicos de los siglos pasados tuvieron que pasar por muchos malos ratos que al final no mejoraron el pronóstico de sus pacientes.

El éxito llegó cuando Karl Landsteiner, un médico y químico austriaco, identificó cuatro tipos de sangre y su compatibilidad, a partir de la cual podrían aplicarse mejores estrategias para lograr tranfusiones efectivas. Este hallazgo le valió nada menos que un premio Nobel, pero más importante aún, el reconocimiento por un aporte invaluable a la hematología.

Interés temprano por la inmunidad y la composición sanguínea

Karl Landsteiner dedicó gran parte de su vida al estudio de la inmunología y enfermedades infecciosas como la poliomielitis.


Karl Landsteiner nació en Viena el 14 de junio de 1868, hijo de un doctor en derecho llamado Leopold Landsteiner y Fanny Hess, quien se encargaría de criarlo sola desde que cumplió sus seis años de edad por el fallecimiento de su esposo. Se dice que Landsteiner era tan devoto a la figura de su madre que conservò una mascarilla mortuaria de ella durante toda su vida.

Landsteiner estudió medicina en la Universidad de Viena, obteniendo su título en 1891, pero antes de ello ya había iniciado una investigación relacionada con la sangre, la cual publicó ese mismo año.

Entre 1891 y 1896, el ya médico trabajó en diferentes laboratorios, incluidos los de Hantzsch en Zurich, Emil Fischer en Wurzburg y E. Bamberger en Munich, en donde participó en estudios relacionados con el cáncer, las células plasmáticas y los anticuerpos. Esto proporcionaría una base importante para sus trabajos posteriores.

Años después tuvo la oportunidad de trabajar como asistente en el Departamento de Anatomía Patológica de la Universidad de Viena, bajo el liderazgo del profesor A. Weichselbaum, quien descubrió la bacteria de la meningitis.

Para entonces, Landsteiner ya estaba interesado en comprender los mecanismos que intervienen en la inmunidad y la naturaleza de los anticuerpos, y su trabajo hasta 1919 le permitió publicar muchos artículos en los que informó sus hallazgos sobre anatomía mórbida e inmunología.

Identificación de los grupos sanguíneos

Landsteiner descubrió que la razón por la que ocurrían reacciones explosivas al transfundir sangre de dos individuos era su incompatibilidad.


Entre sus tantos aportes, podemos destacar la identificación del virus que causa la poliomielitis, una enfermedad que causa parálisis y que constituyó una gran preocupación para la humanidad en el siglo XX.

Pero para hablar de uno del hallazgo que marcó el antes y el después en la historia de la hematología, conviene ir un poco más atrás, a la época de Leonard Landois, el fisiólogo alemán reconocido por ser pionero en las transfusiones de sangre.

Landois no obtuvo especial éxito en dicho procedimiento, pero logró identificar el obstáculo que lo impedía: cuando se extraen los glóbulos rojos de una especie de animal y se mezclan con suero extraído de un animal de otra especie, los glóbulos rojos se aglutinan y rompen los vasos sanguíneos.

Landsteiner descubrió una reacción similar al mezclar la sangre de un humano con la de otro ser humano, causando efectos graves como ictericia, hemoglobinuria y shock en los pacientes. Esta era la explicación detrás del fracaso de algunos intentos previos de transfusiones de sangre, como los de Landois, la cual presentó en un artículo publicado en 1901 titulado “Aglutinación de sangre humana normal”.

En su documento explica que los antígenos ubicados en el exterior de las células sanguíneas eran diferentes entre individuos, a partir de lo cual distinguió algunos tipos de sangre. Cuando una sangre de cierto tipo se trasfundía con otro tipo de sangre, la reacción de aglutinamiento ocurriría.

Asimismo, descubrió que esta reacción propiciaba la explosión del antígeno invasor que transportaban las células sanguíneas, y a medida que las células explotaban, se acumulaban, formando grupos que podrían obstruir los vasos sanguíneos, causando los estragos ya mencionados, e incluso la muerte.

Existen cuatro tipos de sangre principales, pero inicialmente Landsteiner reconoció solo tres: A, B y C, el cual se conocería más tarde como tipo O. El cuarto tipo, AB, fue descubierto en 1902 por uno de sus estudiantes al observar que desencadenaba una reacción cuando se mezclaba con la sangre tipo A o tipo B.

Nobel de Fisiología o Medicina en 1930

La clasificación sanguínea presentada por Landsteiner se mantiene aún en nuestros días.


Los hallazgos no resonaron sino hasta 1909, cuando clasificó formalmente la sangre de los humanos en los grupos que conocemos en la actualidad: A, B, AB y O. Entonces también demostró que las transfusiones entre individuos de los grupos A o B no dan lugar a las explosiones antes descritas, y que este fenómeno ocurre cuando se mezclan con tipos de sangre diferentes.

Pero fue apenas en 1930 que el Comité de Salud de la Sociedad de Naciones en Ginebra, Suiza, adoptó formalmente esta clasificación, año en el cual también fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina.

Landsteiner hizo numerosas contribuciones a diferentes áreas de la medicina, como la anatomía patológica, histología e inmunología. Pero sin lugar a dudas, su nombre será recordado siempre por su destacada labor en la identificación de los grupos sanguíneos, y el consecuente avance en las transfusiones de sangre que hoy en día salvan miles de vidas.

Fuente:tekcrispy

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