Los experimentos nazis más atroces de la Segunda Guerra Mundial

Cultura - Sucesos históricos 11/10/2021 CVA  Producciones Integrales CVA Producciones Integrales

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POSDATA Digital Press | Argentina

La Segunda Guerra Mundial fue el conflicto bélico más mortífero de nuestra historia. Algunas estimaciones indican que entre 40 y 45 millones de vidas pudieron perderse entre 1939 y 1945, otras señalan que la cifra podría haber llegado hasta los 100 millones. Pero, lo que siempre queda claro es que no todas las muertes se dieron en los campos de batalla. De hecho, muchas se dieron a causa de los experimentos realizados por los nazis.

Teniendo como principales víctimas a los judíos, los nazis realizaron diversas pruebas, experimentos y demás utilizando a las personas atrapadas en los campos de concentración. Según reporta la Holocaust Encyclopedia, dichas prácticas nunca contaron con el consentimiento de los participantes.

Los experimentos nazis más atroces de la Segunda Guerra Mundial

A pesar de que la Segunda Guerra Mundial no inició sino hasta 1939, las ideologías de la supremacía alemana y el nazismo se difundieron en el mundo de la medicina desde 1933. Como consecuencia, para cuando estalló el conflicto bélico, existía toda una red de médicos y científicos dispuestos a realizar experimentos poco éticos en favor de la superiodad de la raza.

Como consecuencia, miles de judíos de los campos de concentración, gitanos, prisioneros de guerra soviéticos y alemanes discapacitados fueron utilizados como conejillos de indias durante años. A continuación, te hablaremos un poco sobre los experimentos nazis más notorios que se realizaron durante esa época:

El experimento de los gemelos

Uno de los experimentos nazis más icónicos fue el liderado por Josef Mengele, quien realizó diversas pruebas con más de 1.500 pares de gemelos que estuvieron presos durante la guerra. De todos ellos, solo sobrevivieron unos 200.

Los experimentos consistían en tomar todas las medidas posibles sobre el cuerpo y signos vitales de los gemelos. Todo eso con la intención de mostrar las similitudes y diferencias en su genética y eugenesia. Además, también se investigó la posibilidad de “alterar” al cuerpo humano de formas antinaturales.

Desde mayo de 1943, Mengele realizó ese tipo de experimentos en el campo de concentración de Auschwitz en Polonia. Una vez el doctor había obtenido lo que quería, inyectaba a los gemelos con cloroformo directo en el corazón y se deshacía de ellos.

Experimentos sobre enfermedades

Además de lo anterior, los experimentos nazis también incluyeron estudios sobre el efecto que diversas enfermedades y anticuerpos podían tener sobre el organismo. Para poder llevar a cabo las investigaciones, el Dr. Kurt Heissmeyer inyectó diversos virus en los prisioneros de los campos de Sachsenhausen, Dachau, Natzweiler, Buchenwald y Neuengamme.

Entre diciembre de 1941 y febrero de 1945, se expuso a los prisioneros a enfermedades como la malaria, el tifus, la tuberculosis, la viruela, el paratifus A y B, la fiebre tifoidea, la fiebre amarilla, la hepatitis infecciosa, el cólera y la difteria, entre otros.

Investigaciones sobre los efectos del veneno y los gases tóxicos
Otros de los experimentos Nazis que no podían faltar son aquellos realizados para determinar los efectos del veneno y los gases tóxicos en el organismo. Para el primer caso, los investigadores del campo de Buchenwald desarrollaron balas envenenadas y diversos métodos de ejecución con fenol y cianuro para probar en los prisioneros soviéticos.

 
Adicionalmente, también se experimentó envenenando la comida para determinar los efectos y el tiempo de acción de veneno. Los prisioneros que no morían a causa de él, terminaban siendo ejecutados.

Por otra parte, entre septiembre de 1939 y abril de 1945, los nazis también hicieron experimentos con el fosgeno. El también llamado “gas mostaza” fue liberado en Fort Ney, cerca de Estrasburgo, Francia, para observar qué efectos causaban en los 52 prisioneros que fueron expuestos. Cuatro de ellos murieron durante el experimento y los demás tuvieron problemas pulmonares como la aparición de edemas.

Experimentos de trasplantes, inseminación artificial y esterilización

Otros de los experimentos nazis más conocidos fueron los intentos de trasplantes de piel, nervios y músculos que se llevaron a cabo en los campos de concentración. Específicamente, en el de Ravensbrück se estuvieron realizando desde septiembre de 1942 hasta diciembre de 1943. Claramente, los trasplantes no fueron exitosos y muchos prisioneros murieron a causa del desangrado o por infecciones.

Como si fuera poco, apoyando las ideas de la “raza superior” se desarrollaron programas de esterilización que fueron seguidos por los doctores de los campos de concentración de Auschwitz, Ravensbruck y similares. Desde marzo de 1941 hasta enero de 1945, el Dr. Carl Clauberg estuvo a cargo de la coordinación de dichos procesos de esterilización física o química.

Del otro lado de la moneda, también el Dr. Clauberg también buscó desarrollar posibles métodos de inseminación artificial. Para eso, los nazis experimentaron con más de 300 mujeres de Auschwitz a las que se torturó mentalmente al decirles que habían sido inseminadas con esperma de animal.

Experimentos alimenticios

Finalmente, otros de los experimentos nazis más resaltantes fueron los que involucraron cambios en la alimentación. En una oportunidad, el Dr. Ernst-Günther Schenck trató de descubrir qué pasaría si solo alimentaba con cebada a sus prisioneros. Según se sabe, cien republicanos españoles, retenidos en el campo Mauthausen murieron a causa de experimento.

En otro caso, durante 1944, el Dr. Hans Eppinger y sus colegas decidieron solo dar de beber agua salada a 90 gitanos del campo de concentración de Dachau. Al no poder beber ni agua potable ni comer otros alimentos, muchos prisioneros comenzaron a lamer los pisos recién trapeados en busca de un poco de alivio. Aquellos que no fallecieron a causa del experimento, sufrieron graves fallas sistémicas en su organismo.

El código de Nuremberg

Una vez acabó la guerra, los pocos que sobrevivieron a los experimentos nazis terminaron a menudo mutilados o sufriendo de por vida con condiciones causadas por las experimentaciones. Como una respuesta, en agosto de 1945 se inició lo que ahora conocemos como el Juicio de los doctores o el Juicio de Nüremberg. La batalla legal terminaría en octubre de 1946, con solo algunos de los doctores condenados por sus acciones, según recalcó NOVA Online .

El legado más grande de dicho juicio llegaría un año más tarde, en agosto de 1947, cuando los doctores Leo Alexander y Andrew Conway Ivy presentaran en “Código de Nuremberg”. Ese es básicamente un memorándum de diez puntos para la regulación de los experimentos con humanos, donde se colocan límites éticos y la clara necesidad de consentimiento de parte de los involucrados. Todo con el fin de que una atrocidad como lo que los experimentos nazis no se pueda repetir.

Fuente:tekcrispy

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