El último pasajero:historia de un fabulador

Los fantásticos relatos de un hombre de más de 80 años crean su propia realidad sobre las historias del Boulevard Atlántico Hotel, en Mar del Sur. Mientras sus vecinos lo acusan de usurpador, para el cineasta francés, Mathieu Orcel, es el alma del lugar.

Sociedad12/05/2018Alejandra Ponce de LeónAlejandra Ponce de León
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Eduardo Gamba en el Boulevard Atlántico HotelFotos:konsud
  

Posdata Digital | Argentina

En el hotel más antiguo de la Argentina, el Boulevard Atlántico Hotel, en Mar del Sur, vive el último pasajero desde que cerraron sus puertas en 1993: Eduardo Gamba. Lejos de parecerse al típico abuelo de más de 80 años, sentado en la vereda viendo pasar la vida, él continúa siendo protagonista de las mil y unas historias que relata  a turistas casuales sobre  de leyendas y misterios. Este personaje seductor y manipulador fascina a sus interlocutores al recorrer - los 4500 m2 - y lo que quedó en pie de las 76 habitaciones construidas sobre los Médanos en 1889.

Entre mitos y verdades, se develó el gran secreto. El universo conspiró para que el cineasta francés radicado en la Argentina, Mathieu Orcel,  eligiera pasar sus vacaciones en Mar del Sur para descubrir la verdadera historia…

Existen tantas historias de vida como personas en el mundo, en tu caso, como director, ¿Vas en busca de ellas o los sucesos te encuentran?

—Un poco de ambos. Siempre estamos atentos y en busca de historias de vida fuerte o únicas que puedan ilustrar una temática universal desde lo personal. Pero a veces las historias te llegan o cruzan tu camino.

hotel-sur10Eduardo Gamba y Zippo, su perro rengo ingresando al hotel. Fotos:konsud

¿Fue el caso del Boulevard Atlántico Hotel  en Mar del Sur?

—Si. Fuimos a pasar unas vacaciones en una casa de mar del sur y al llegar allí conocimos el hotel, y luego  a Eduardo Gamba por supuesto. Cuando lo vi salir del Boulevard Atlántico con Zippo, su perro rengo y viejo, para recibir (y cobrar la entrada) a un puñado de turistas, tuve una sola reacción: ¡esto es una película!. Apenas terminó la visita guiada del hotel, lo invitamos  a compartir unos vinos. Grabamos el audio de la charla de varias horas y nos pusimos enseguida con el guion.

hotel sur 30Eduardo Gamba en acción: cautivando con sus relatos a sus interlocutores. Foto:konsud

¿Qué parte de esas historias por contar quisiste destacar?

—Lo que me interesó desde un primer momento es el arte de narrador que tiene Eduardo, y notamos que los visitantes terminaban creyéndose cualquier cosa, porque él modifica sustancialmente la verdad.Y ese es el punto, hacía años que quería hacer un film sobre la manipulación de la verdad. Disociar para el espectador la realidad de la verdad, que hoy es un tema central.

hotel sur13Eduardo Gamba. Foto:konsud

La manipulación de la verdad  es un arma muy peligrosa, pero...volviendo al tema de Eduardo: ¿por qué supones que lo hace?

—Eduardo es un narrador. Son mentiras piadosas, es un don de contar y si contará siempre lo mismo, se aburriría mucho. Hay mentiras de las más polémicas como el tema de la apropiación del hotel que denuncian algunos vecinos y mostramos en el film en una especie de twip peaks: cada vecino tiene su versión de la realidad. En definitiva, cada uno tiene su verdad, por más que la realidad sea una. La verdad es subjetiva y tiene que ver con la narración, los sentimientos, la experiencia. Es parte de la magia del lugar. Eduardo es (o era porque volvió a vender el hotel pero no queda claro si sigue siendo accionista) el alma del hotel, es su magia, lo habita y lo anima, lo cuenta, lo vive, son uno y están en simbiosis. Estamos hablando de un hombre muy mayor por más que tenga mucha energía y de un hotel en ruinas pero que sobrevivió en su espíritu gracias a él, que llegó en la década del 50. Hoy, el hotel sólo es una fachada sin Eduardo, perdió su alma, su memoria y nadie más entra. También  mostró un rostro muy interesante en el pre producción que sostiene el film y que fue la razón que me decidió a poner en imágenes la historia. Fue mucho tiempo adepto de Gurdjieff, un seudo filósofo que ponía en jaque el concepto de verdad y usaba la manipulación como eje de su espiritualidad. Eduardo lo mencionó al pasar pero lo pesque -porque estudié filosofía antes del cine-, y da a la película exactamente la complejidad y la profundidad para tratar el tema de la verdad en el documental.

hotel-sur-9Eduardo Gamba y Zippo, su perro rengo. Fotos:konsud

Pensaba en ese hotel en ruinas, otra sería su historia si estuviese en óptimas condiciones. ¿Dejaría de tener ese encanto misterioso?

—El hotel en ruinas, el hombre de 86 años, el perro viejo y rengo. Son espectros que desaparecen y se están yendo para el último viaje (de hecho es el título de mi próximo largometraje a estrenarse en septiembre), acota Orcel y agrega:"le da toda la poesía y la nostalgia necesaria para abordar ese tema altamente filosófico".También estos componentes permiten explicar que Gamba logra sobrevivir en un hotel gracias a su viveza, y eso me parece una buena metáfora del país, (llegué de Francia en el 2001....), anadió Orcel.

hotel sur 31Lo que queda de aquellas habitaciones en la planta baja del hotel. Foto:konsud

El hotel, Eduardo, sus relatos creados de acuerdo a sus interlocutores, ¿qué te dejó?

—¡Uffff...un montón!. De hecho siempre estamos en contacto y nos vemos relativamente seguido. Me dejó un concepto muy fuerte. Que si la verdad sirve, está bueno tratar de ponerla en palabras, en imágenes, pero cuando la verdad no es tan importante -sino que lo que se busca- es la sonrisa de niños, ancianos, gente común, y saber que se van a ir con una leyenda - por más falsa que sea - el deber del narrador está cumplido. Siempre cuando las mentiras no implican un engaño grosero o de otro índole, sostiene el cineasta.

"Gamba es Drácula en mar del sur", afirmó Orcel. No vive en el mismo espacio y tiempo que sus vecinos. Es el guardián de la memoria y de la nostalgia. De un tiempo que nunca existió y no volverá a ser. Puedo anticipar que hace un bolo en mi próximo film: "El último viaje". Por más que trata de otra cosa, pero sigue los pasos del último pasajero. Él creó casi un set dónde construye sus propias películas de misterio...


¿Que impacto social lograste con tu  película?

—Bueno, el ultimo pasajero tuvo la suerte de encontrar su público, estuvo en el Bafici y luego festivales prestigiosos por el mundo, pero lo más impactante fueron las 7 semanas en Buenos Aires, y en el Gaumont, filas enteras en cada función, y mucha gente grande. Es lo que buscábamos también, y de hecho el último pasajero abre una trilogía de trabajos sobre la tercera edad. (la segunda entrega siendo el último viaje, a estrenarse este año). La meta es dar otra imagen de la tercera edad. Volver a poner a los ancianos como memoria, como narradores, como centro de atención.

hotel sur 33Eduardo Gamba y Zippo, su perro rengo. Fotos:konsud

 ¿Cómo vivió Gamba esa experiencia?

— Se entregó mucho, mucho más que a ningún otro proyecto fílmico...(creo). Aceptó largar "la verdadera historia" de a poco, y con el pacto de no desvelar ciertos misterios,  es más lindos cuando la verdad no se sabe. Él estuvo muy feliz en el rodaje, y en el estreno donde lo invitamos a cada première, un gentleman. Y después de las funciones, había preguntas, y empezaba y volvía a modificar cuentos de la película, y la gente estaba atrapada con una sonrisa de niño dibujada en la cara. Es altamente cinematográfico Eduardo, fue mi mejor "actor", hablando de películas documentales. ¿no? Compartimos 3 pasiones: el cine, el vino y la filosofía.


hotel sur 34El desgastado piso de madera y gran espejo  resisten el paso del tiempo. Foto:konsud

Para cerrar: ¿Cuál será la temática en  tu próximo film?

—Mi próximo largo, o sea la seguidilla de este, mis trabajos más documental o para televisión?

Lo que gustes compartir...

—El próximo largometraje, que vamos a estrenar en septiembre probablemente, cuenta la historia de tres mujeres grandes, que viajan para descubrir el mar por primera vez, al ocaso de sus vidas. Es documental también, y el film abre con un encuentro de las tres protagonistas con Eduardo, en la playa de Chapadmalal  a pocos kilómetros de mar del sur. Las mujeres viajan en el marco del programa de turismo social. 

No es casual que el último pasajero emprenda "el último viaje", el cosmo nuevamente se hace cómplice para cumplir con su objetivo:"vencer la realidad" con sus  cuentos y que perdure el guardián de la memoria y de la nostalgia de un tiempo que nunca existió y no volverá a ser. El deber del narrador está cumplido, sostiene Orcel.

Como brillante  final de la entrevista, el cineasta nos anticipa el trailer de su próximo documental:El último viaje...


Fuente| CVA Producciones Integrales

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