El dinero no tiene banderas
Las inversiones no se direccionan por sentimentalismos, sino por cosas bien concretas que hacen que tomemos nuestra elección en un rumbo u otro
Opinión - La columna de Eduardo15/05/2022 Eduardo ServentePOSDATA Digital Press | Argentina
En los últimos tiempos es común escuchar que los argentinos no invertimos nuestros ahorros en nuestro país, y pensando en las cifras que se comentan todos esos ahorros alcanzarían, por ejemplo, para pagar tres veces la deuda externa, o para hacer 500 hospitales y 300 escuelas, para unir todas las ciudades del país por autopistas, para abastecer de agua potable y cloacas a todos los hogares del país incluyendo a los países vecinos, etc., etc., etc.
Las cifras son monstruosas. No sé de donde se puede obtener esa información, pero los números que se mencionan son siderales.
Ahora bien, analicemos, supongamos por un rato que después de abastecer nuestras necesidades y nuestros gustos nos sobra algo de dinero para ahorrar, pensando en nuestro futuro y el de nuestros hijos, hagámonos la pregunta ¿qué hacemos?
Podemos acaso colocar ese dinero en un plazo fijo en pesos en nuestro banco. Sí, mientras estemos tranquilos que el peso mantiene su valor, que la tasa será superior a la inflación, que no tendré que pagar hoy y mañana impuestos inventados cada vez con mayor creatividad.
También puede ser un plazo fijo en dólares. Si bien garantizamos la moneda entramos en el riesgo de poder cobrarlo sin castigos.
O quizás podemos comprar acciones o bonos. Ahí se nos presentará el riesgo de las cargas impositivas y los cambios impredecibles en la política económica.
También podemos, solos o con socios, hacer un emprendimiento por el cual en forma más directa crearemos fuentes de trabajo y podremos manejar nuestra inversión. Ahí tendremos innumerables trámites para hacer una sociedad o abrir un local, a su vez debemos hacer bien nuestras proyecciones de negocio contemplando con mucho cuidado el factor impositivo, contrataremos personal con todas las dificultades que ello implica, seguros, obra social, sindicatos…, ufff; ni pensar en licencias y despidos.
Realmente podemos pensar en muchísimas inversiones que se pueden hacer en nuestro país. Así será que aquellos críticos del principio de este artículo estarán contentos y dirán que somos unos reales patriotas por invertir nuestros ahorros en nuestra querida nación.
Para ellos seremos patriotas cuando ellos no dejan de ser unos simples -patrioteros, se llenan la boca con procederes inconducentes en vez de pensar por el bien de la patria.
Pero volvamos a pensar en esa decisión que tenemos que tomar de qué hacer con nuestros ahorros. ¿Qué pretendemos? Seguridad, tranquilidad, rendimiento… Bien entonces, si tenemos una suma de dinero para invertir y tenemos la posibilidad de elegir, ¿tomaríamos los riesgos que dijimos más arriba?, ¿tendríamos miedo que los patrioteros de turno nos señalen diciendo que no amamos nuestra patria?, o bien ¿pensaremos en nuestra tranquilidad, nuestra seguridad y un seguro rendimiento de nuestra inversión?
Las inversiones no se direccionan por sentimentalismos, sino por cosas bien concretas que hacen que tomemos nuestra elección en un rumbo u otro.
Es hipócrita pretender que los inversores traigan sus cuantiosos dólares fronteras adentro, corran riesgos que nosotros no correríamos y afecten su tranquilidad por un falso beneficio de nuestra sociedad.
Y no solo es hipócrita para con esos inversores, sino que también es una falsedad grande como una casa que eso será beneficioso.
Lo realmente beneficioso es que cambien las “reglas de juego”, sean estables por muchos años, no traicionemos la estabilidad y todo el conjunto sea tentador para los inversores. De esa manera seguramente vendrán inversiones, no solo el dinero de nuestros compatriotas sino también inversiones de todo el mundo.
El inversionista rara vez tiene preferencias de colocar su dinero en uno u otro lugar por preferencias de sentimiento y mucho menos por obligación. Seguramente intente escapar a cualquier orden u obligación que le impartan.
Las características principales de una inversión son la libertad y la confianza.
No es obligación, no es patriotismo. Las inversiones se acercan por seducción. Esa seducción consta de seguridad, reglas claras, continuidad…
Las inversiones no persiguen un color, no van por una camiseta. No seamos hipócritas, seamos realistas, el dinero no tiene banderas.
Publicación original:27/07/2018
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