Grageas II
Hay mucho para opinar y mucho para corregir...
Opinión - La columna de Eduardo07/12/2018 Eduardo ServentePor Eduardo Servente | Ingeniero Civil
Posdata Digital | Argentina
Llamados de publicidad
Estamos tranquilos, no importa la hora del día ni el día de la semana, disfrutando de nuestra familia, o trabajando, o mirando televisión, o leyendo un libro, o cocinando, o …, y nos suena el celular.
Miramos la pantalla y vemos un número que no conocemos, no lo tenemos agendado y jamás lo habíamos visto antes.
Y bueh…, atendemos.
— Hola… - del otro lado hay silencio, o sonido de llamado, o una musiquita.
Si tenemos suerte luego de unos segundos aparece una voz de una señorita que generalmente no tiene la tonada usual del lugar donde vivís que te dice:
— Hola sr. Fulano, mi nombre es Nancy y lo llamo de…
Interrumpo:
— Perdón Nancy, si vos me llamaste lo respetuoso hubiera sido que estuvieras del otro lado cuando atendí el teléfono y así no habría tenido que esperarte.
—Sí, le pido disculpas sr. Fulano – siempre muy amables -, lo estoy llamando de la empresa “El Escarbadientes sin Punta” para…
Interrumpo nuevamente:
—Perdón Nancy, si me estás llamando por una propaganda o promoción te pido ya mismo que cortes, no me interesa.
— Pero sr. Fulano, ¿usted alguna vez oyó hablar de…
Interrumpo nuevamente, ya con la paciencia llegando al límite:
- Disculpame, si ustedes conocen mi número telefónico, mi nombre, seguramente conozcan mi mail, mi color de ojos y si tengo dada la antivariólica. No me molesten por teléfono a cualquier hora, envíenme un mail y lo leeré cuando tenga ganas, tiempo, o lo eliminaré, pero por favor no me molesten por acá.
—Pero sr. (ya sin el Fulano), ¿usted conoce nuestra nueva promoción de …
Interrumpo por última vez:
— Te dije que no me interesa nada de lo que me digas.
Y llegué a cortar la comunicación escuchando algo más que decía Nancy, pero no llegué a distinguir. Una lástima.
Pocas cosas son más insoportables y juegan tan en contra de su objetivo que los llamados inoportunos queriéndonos vender algo. Yo les aconsejaría a los publicistas y gerentes de marketing que cambien el método, porque el que usan es nefasto y de mal gusto.
Nuestros caminos
Circulé mucho en mi vida por las rutas argentinas, también lo he hecho por el extranjero; todos mis estudios y trabajo durante mucho tiempo garantizan que tengo conocimiento suficiente para opinar sobre el tránsito y las rutas.
Y hay mucho para opinar, mucho para corregir.
Pero eso será en un artículo más profundo y extenso, ahora quiero hacer notar solo un par de cosas que me llaman la atención y seguramente no sean tan importantes como otras cuestiones respecto de la seguridad en forma directa, pero son cosas para corregir.
Lo primero que me gustaría comentar es la falta notoria en las diferentes rutas de balanzas para carga de camiones, y las pocas que se ven en la gran mayoría de los casos están cerradas y los camiones siguen su derrotero sin pesar y muy probablemente dañando las rutas que pagamos entre todos.
No quiero pensar que esta falta de control se deba a otro caso de corrupción, así que espero que dentro del pretensioso plan de obras del gobierno se solucione rápidamente el tema.
Otro de los temas a mencionar es la inteligente iniciativa del gobierno nacional de implementar un sistema único de telepeaje para todas las rutas y autopistas del país. Debo mencionar que este sistema con proyecciones mucho más amplias lo presenté hace más de quince años incluyendo a todos los caminos de Uruguay y los cuatro estados más australes de Brasil, pero en ese momento la corrupción empresarial y la ineficiencia estatal hizo fracasar el proyecto.
Pero ese tema ahora funciona razonablemente bien, y el gobierno debería intensificar su promoción y hasta obligar su uso. Pero el punto en contra que tiene, y realmente produce un enojo importante a quienes lo usan, es que en algunas rutas mezclan las cabinas de telepeaje con la posibilidad de pago en efectivo, produciendo larguísimas colas quitando una de las grandes ventajas al sistema.
Otro tema a corregir y muy fácilmente.
Métodos de pago
La modernidad está presente y cuando de pagar se trata nos facilitan una enormidad de métodos de pago para cobrar y recaudar…
A veces.
Uno puede hacer cola en los bancos correspondientes, pasar por Pago Fácil o por RapiPago, pagar por la red Banelco (Pago Mis Cuentas) o por la red Link, pagar por home banking, etc.
Pero a veces no la hacen tan fácil. No entiendo la razón por la que el estado en cualquiera de sus niveles no facilita TODAS las alternativas, y nosotros, los contribuyentes, los que pagamos, los que mantenemos ese estado, podemos hacerlo como nos convenga. Debería ser una obligación del estado.
Si tengo que pagar el servicio de agua de un pueblo de las sierras cordobesas, lo tengo que hacer en el Banco de Córdoba; si tengo que pagar una multa de tránsito de la provincia de Santa Fe, lo tengo que hacer en el Banco de Santa Fe.
Imposible. Todo sea para complicar al contribuyente.
Gracias.
Antepasados
Debemos estar orgullosos de nuestros antepasados, porque ellos son las piedras por donde caminó la historia para llegar a nosotros.
Romanticismo
Yo soy de la generación en la que el hombre caminó por la luna y se hizo el primer trasplante de corazón. Con la luna pisoteada y corazones ajenos se acabó el romanticismo.
Políticos
Finalmente quiero terminar con una frase de Darío Fo que dice así:
“Dado que existen oradores tartamudos, humoristas tristes, peluqueros calvos…, podría haber políticos honestos.”
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