Enrique quería espacio

No comprende que para lograr algo es inevitable el esfuerzo del trabajo.

Columnas - La Palabra27/05/2023 Jorge Alberto Rampinini
  


 E.necesita -espacio

 POSDATA Digital Press | Argentina

Jorge-Rampinini

Por Jorge Alberto Rampinini |   Escritor | Miembro de la SADE | Socio  de la Academia Argentina de Letras|Profesor en Tecnologias de información y comunicación  

Archivo literario: publicación original 26/07/2021


Siempre precisa mucho lugar, nadie puede explicar el motivo de su imperiosa necesidad de tener a su alrededor todo grande, extenso, grotescamente espacioso.

No comprende que para lograr algo es inevitable el esfuerzo del trabajo.

 Enrique ocupa espacios, cada año, cada día, poco a poco. Exige en forma enfermiza agrandar su sitio, eso sí, sin sacrificio alguno. Las cosas deben dársele por el simple hecho de quererlas. No duda en abandonar, ni mide los daños que provoca a aquellos por los que debería sentir afecto. En su camino avanza en pos de su requerido lugar.

 Los trabajos que le ofrecen los pierde, porque considera no es necesario esforzarse en obedecer una orden o cumplir alguna tarea. Para tener una casa, no se requiere construir, comprar o alquilar, basta con expropiar o usurpar a su propia familia con el fin de extender su dimensión. Automóvil, ¿para qué comprar? si puede robar o estafar a sus propios hijos.

En una oportunidad, un pasillo que debía recorrer todos los días para ingresar o salir de su propiedad le resultó angosto y se negó a limitar con paredes su recorrido, explicando que su enorme estatura y prominente abdomen seguramente no pasarán si lo llevan en una camilla.

 A esta altura muchos se preguntan ¿qué le provoca a este neurótico invasor querer tanto lugar?

La familia se va alejando de Enrique temiendo que él los atraiga con su delirio a un abismo oscuro y profundo, abierto por sus propios temores y con daños colaterales provocados con el tiempo para tener su ambiente donde habitar.

Tanto esfuerzo por ganar ese espacio no se puede explicar, aunque él lo sabe, necesita dónde guardar el mal que genera.

 Se va quedando solo.

 De a poco se da cuenta que su organismo empieza a fallar; enfermedades lo acosan, muy en su interior presiente que alguien lo está arrastrando a esa oscuridad que él mismo teme y creó. El mal vuelve y lo sabe. El tiempo no lo ayuda y se está volviendo en su contra mucho antes de lo esperado. Comienza a sentir cómo lo sujetan desde lo profundo, desde abajo de la tierra donde su pasado, sus propios demonios, el mal provocado y enterrado lo está esperando para cobrarse una deuda de sangre pendiente. Teme surjan brazos y lo arrastren. 

Le parece que su propia historia lo traiciona y rogando pide a sus pocos allegados que nunca lo sepulten en la tierra, lo sabe, las sombras caminarán sobre su tumba y no habrá ambiente exterior donde refugiarse, no hay duda, abajo lo están esperando, y cuando vuelva a despertar esos demonios, esos espectros serán los que le den espacio, oscuro, frio y solitario para toda la eternidad.

 


 

 

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