Grageas

Posdata Digital| Argentina

Por Eduardo Servente | Ingeniero Civil

“Tomamos el comando de un avión que se estaba por estrellar y lo salvamos”, “nos salvamos de ser Venezuela”, “tenemos un equipo de lujo”, “el mejor equipo en años”, muchas cosas de este tipo se escucharon desde que Cambiemos ganó las elecciones presidenciales en 2015.

Gran parte de la sociedad estuvo inicialmente esperanzada con un cambio profundo en el país tras varias décadas de decadencia.

Es sin duda un proceso difícil que no dudo que todas las personas de buena voluntad tienen el mayor deseo que este sea un proceso exitoso.

Sumando a todos mis artículos con varios comentarios sobre la situación, acá agrego algunas grageas sobre distintos temas.

Billetes

Hoy es difícil encontrar cajeros o bancos que te entreguen billetes de alta denominación, nos tenemos que seguir arreglando con los billetes de $100- para todo, los hay de Evita o del Gral. Roca, para distintas preferencias, pero el día que estoy escribiendo esto, de acuerdo a la cotización del cambio de hoy, cada billete de esos vale solo un poco más que u$s2,50-

Sí, sí, leyó bien, dos dólares con cincuenta centavos. Por este camino no faltará mucho que para comprar una docena de huevos deberemos

transportar el efectivo en una valija o una carretilla. En algo nos estamos pareciendo a Venezuela, ¿no?

Uber

La Ciudad de Buenos Aires combate con fiereza la presencia de Uber en sus calles. Es difícil entenderlo.

Uber es solo una plataforma digital que une dos partes, a alguien que tiene un vehículo y a otro que necesita un traslado; el pasajero está dispuesto a pagar por el servicio y a su vez el dueño del vehículo le paga a Uber por la facilidad de hacer el contacto. Hasta ahí funciona como otros servicios como PedidosYa, o Glovo. Y el parecido va más allá dado que todos usan el espacio público para brindarlo.

El problema “grave” en la Ciudad se presenta porque quienes prestan un servicio parecido protestan. Claro que los deliveries de los restaurantes o los cadetes en moto que prestaban los servicios de Glovo no tienen la fuerza de un gremio para luchar y tampoco tienen la fuerza para convencer a un Jefe de Gobierno que los proteja.

El negocio del taxi, aparentemente perjudicados por Uber, tiene dos aristas que indiscutiblemente son el meollo del problema: los taxis pagan licencia a la Ciudad y pagan contribución (compulsiva) al gremio de taxis. Los choferes de Uber no pagan contribución al gremio y eso enfurece al clásico sindicalismo mafioso argentino.

Es de entender que ese sindicalismo mafioso le debe pagar “servicios” a altos funcionarios del Gobierno de la Ciudad porque sino no se entiende tan grave avasallamiento de la libertad.

Astillero Río Santiago

El Astillero Río Santiago es una empresa de la Provincia de Buenos Aires que siempre dio pérdidas. Hace mucho tiempo casi inoperante, gremios conflictivos y pocos trabajos conocidos.

Lo que es claro es que a la provincia le cuesta mucho, ocupa lugares envidiables en el puerto y además de vez en cuando provocan disturbios sociales molestos y con cuantiosas pérdidas materiales.

Para la provincia es una verdadera pesadilla.

Creo que la solución es simple. La Provincia de Buenos Aires debería regalarle la totalidad de la empresa Astilleros Río Santiago con todos sus bienes y sin subsidios a sus empleados y gremialistas.

Así se terminaría con la disconformidad del gremio y los empleados, quienes pasarían a ser dueños, se eliminaría del déficit provincial y hasta quizás tengamos la suerte que sean productivos y la hagan crecer.

Santo remedio.

Aerolíneas Argentinas

Algo parecido sucede con Aerolíneas Argentinas, que lo explico claramente en mi artículo “/aerorruinas-argentinas-una-empresa-inviable

Tras una historia conflictiva y de competencia siempre desleal, lo más sano para el servicio aerocomercial y para el país en sí es que la empresa se liquide y que sea solo parte de nuestro cambiante pasado.

Trolls

En el mundo de hoy en día interactuar en las redes sociales hace posible que se escuchen las voces de quienes no tienen acceso a los medios tradicionales masivos.

Es conocido el uso de las mismas en campañas políticas en varios países con variado éxito.

Pero algo es notorio y es la cantidad de usuarios que prefieren mantener el anonimato refugiándose detrás de nombres falsos e imágenes ficticias. Esos usuarios son usados por líderes políticos o sociales para tener más cantidad de mensajes y presencia predominante. Son los llamados coloquialmente trolls.

El casi denominador común de todos los trolls es su general inconsistencia intelectual, su constante uso de slogans y muletillas y su invariable agresión, como que no son capaces de mantener diálogo y discusión dentro de parámetros bien educados y ante falta de argumentos agreden e inmediatamente son apoyados por varios de sus colegas fantasmas.

Es una pena porque se transforman medios buenos y potentes en muestrarios de groserías e inconsistencias.

Por un país mejor